¿Debe ser legal el uso de información privilegiada?

Jeffrey A. Miron sostiene que aunque la mayoría de los países tienen fuertes protecciones contra el uso de información privilegiada, la evidencia histórica sugiere que las economías eficientes no necesitan tales regulaciones.

Por Jeffrey A. Miron

Las operaciones con información privilegiada consisten en la compra o venta de valores –típicamente acciones u obligaciones– por parte de alguien que dispone de información material no pública (MNPI, por sus siglas en inglés) sobre estas empresas. La MNPI son noticias corporativas o información que aún no se ha hecho pública y que podría afectar a los precios de los valores. Algunos críticos del uso de información privilegiada argumentan que viola el principio de igualdad de oportunidades porque los actores negocian con información de la que sólo ellos disponen, mientras que otros afirman que crea ineficiencias al desincentivar la inversión.

Ninguno de los dos argumentos es convincente. Cada transacción de valores tiene un comprador y un vendedor dispuestos. Además, muchas operaciones con "información privilegiada" son legales, como las que realizan los fondos de alto riesgo sobre la base de sus propios estudios. Es probable que las operaciones con información privilegiada hagan que los mercados sean más eficientes al incorporar más rápidamente los MNPI a los precios de las acciones. Según un estudio de 1992, tanto en los días en que se negocia con información privilegiada como en los que preceden al eventual anuncio de información, se produce una deriva de los precios previa al anuncio. Si el mercado permaneciera estático, los inversores se enfrentarían a mayores riesgos, ya que los precios de los valores no reflejarían el verdadero valor informado por el conocimiento de información privilegiada.

Además, los mecanismos no gubernamentales pueden proteger a los no iniciados. Amazon aplica ventanas de negociación, requisitos de autorización previa y restricciones para compartir MNPI para sus empleados, protegiendo a los inversores del uso de información privilegiada. Otras empresas pueden aplicar acuerdos de confidencialidad y ventanas de bloqueo para evitar la divulgación selectiva. Las empresas también pueden ofrecer disposiciones de recuperación que reduzcan los beneficios derivados del uso de información privilegiada por parte de los empleados. La única medida reguladora del gobierno sería hacer cumplir estos contratos.

Aunque la mayoría de los países tienen fuertes protecciones contra el uso de información privilegiada, la evidencia histórica sugiere que las economías eficientes no necesitan tales regulaciones. Hong Kong no prohibió el uso de información privilegiada hasta 2003, y un estudio de 2004 concluyó que la Bolsa de Hong Kong ocupaba el décimo lugar en eficiencia entre los 25 mercados más fuertes de Norteamérica, Europa y Asia. La prohibición de las operaciones con información privilegiada parece innecesaria para garantizar la eficiencia del mercado o proteger a los inversores. Permitir que las fuerzas del mercado y los contratos privados gestionen las operaciones con información privilegiada fomentaría una fijación de precios más precisa sin necesidad de una fuerte intervención gubernamental.

Este artículo apareció originalmente en Substack el 30 de septiembre de 2024. Jonah Karafiol, estudiante de la Universidad de Harvard, ha colaborado en esta columna.