Cuando la "imparcialidad" se convierte en censura: la presión para regular las redes sociales

Jeffrey Miron considera que la solución a la parcialidad percibida es más competencia, desde Bluesky a la izquierda hasta Truth Social a la derecha, y más libertad de expresión, no una supervisión reguladora.

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Por Jeffrey A. Miron

En nombre de la "imparcialidad política", algunos funcionarios estadounidenses abogan por una regulación estatal sin precedentes de las redes sociales. El presidente de la FCC, Brendan Carr, afirma que las plataformas "discriminan puntos de vista" y suponen "la mayor amenaza [a la libertad de expresión] que hemos visto".

El senador Josh Hawley (Republicano de Missouri) aboga por la supervisión gubernamental de las redes sociales, presentando la "Ley para acabar con el apoyo a la censura en Internet" para denegar las protecciones de la Sección 230 a menos que las plataformas demuestren que sus prácticas de moderación son "políticamente neutrales". Según la propuesta de Hawley, los reguladores federales certificarían periódicamente la neutralidad política de las plataformas, abriendo las compuertas a los litigios y al control burocrático.

Esto equivale a un renacimiento de la Doctrina de la Imparcialidad, una política que los conservadores denunciaron en su día por amedrentar la libertad de expresión. Irónicamente, estos mismos conservadores abogan ahora por una "nueva doctrina de la imparcialidad" que obligaría a las plataformas en línea a justificar la moderación de contenidos ante los burócratas federales. Tal intervención estatal invita inevitablemente al abuso partidista. Hoy, puede dar poder a los republicanos que exigen la restitución de cuentas de extrema derecha; mañana, los demócratas podrían exigir la supresión de voces conservadoras con el pretexto de combatir la "desinformación".

Obligar a la neutralidad a través del poder estatal socava la libertad de expresión y corre el riesgo de convertir al gobierno en un regulador nacional de la expresión. La verdadera amenaza no son las empresas privadas, sino la interferencia del gobierno.

Los liberales insisten con razón en que el gobierno se abstenga totalmente de la moderación, sin coaccionar ni obligar a la expresión. La solución a la parcialidad percibida es más competencia, desde Bluesky a la izquierda hasta Truth Social a la derecha, y más libertad de expresión, no una supervisión reguladora. La libertad de expresión prospera cuando el gobierno mantiene sus manos fuera del dial de la moderación.

Este artículo apareció en Substack el 11 de abril de 2025. Karthi Gottipati, estudiante de Palo Alto High School, coescribió este artículo.