200 años de crecimiento económico
Iván Alonso hace un breve recorrido por el Bicentenario del Perú para indicar el crecimiento mediocre que se había registrado en casi todo el periodo, salvo el periodo posterior a la adopción de la Constitución vigente.
Por Iván Alonso
Se acaba este año del Bicentenario y no quisiéramos dejar que se vaya sin responder a algunas necedades que se han dicho sobre este último desde la extrema izquierda. Se ha dicho, concretamente, que “la derecha” ha gobernado el Perú 200 años y sólo ha producido miseria. Basta para refutar lo primero acordarse de la dictadura de Velasco, que estatizó el petróleo, las minas y la pesca; que expropió y repartió la tierra, causando una crisis en la agricultura; que prohibió o limitó severamente las importaciones; que puso un techo a los sueldos que se podía pagar, propiciando la emigración de futbolistas a México; que impuso un control de cambios y una veda de carne; que confiscó los periódicos y los canales de televisión… O del primer gobierno de Alan García, que pretendió estatizar la banca; que dejó de pagar la deuda externa; que nos acostumbró a las colas y la escasez; y que nos sumió en la hiperinflación gracias a las pérdidas de Petroperú y otras empresas públicas y al crédito agrario. Para refutar lo segundo, nada mejor que una mirada a las estadísticas de los últimos tres siglos, reconstruidas por el desaparecido profesor Bruno Seminario en su monumental obra sobre El desarrollo de la economía peruana en la era moderna.
Seminario divide su obra en tres períodos: la economía colonial, 1700-1824; la República temprana, 1824-1896; y la República tardía, 1896-2012. Los dos últimos, tomados en conjunto, coinciden –años más, años menos– con el Bicentenario.
En esos casi 200 años, el PBI per capita (o ingreso por habitante) creció 1,3% al año, en promedio. Si excluimos los años de la guerra con Chile, que mermó seriamente la producción agrícola de la costa (pero no la de la sierra) y la producción industrial, el crecimiento es de 1,7% al año. A esa tasa, el PBI per capita se duplica cada 40 años. El crecimiento se acelera, en cualquier caso, durante la República tardía –el siglo XX y los primeros años del XXI–, acercándose al 2%, suficiente para duplicarlo cada 35.
Hubo en esos 116 años, sin embargo, dos grandes crisis. La primera, entre 1929 y 1932, los años de la Gran Depresión, con una caída acumulada de 26% del PBI per capita (9,4% por año, en promedio). La segunda fue peor aún: una caída de 28% entre 1987 y 1990 (10,5% por año), como resultado de las insensatas políticas de un gobierno de izquierda que, para desgracia del país, despreciaba a la ciencia económica.
Si bien con Velasco, otro presidente de izquierda, más radical inclusive que García, el país no se empobreció, el PBI per capita creció apenas 1,1% al año entre 1968 y 1975, muy por debajo del promedio histórico.
El crecimiento más alto y más prolongado ocurrió hacia el final del tercer período estudiado por Seminario: 3,8% al año, en promedio, entre 1993 y el 2012, después de la entrada en vigor de la constitución actual. El llamado modelo neoliberal duplicó el PBI per capita en menos de 20 años, algo que no se había visto en todo el Bicentenario.
Las cifras de Seminario destruyen, de paso, otro mito –un mito, digamos, fundacional– de la ultraizquierda: que el modelo neoliberal ha “reprimarizado” la economía peruana. A juzgar por el peso de los sectores primarios o extractivos (agropecuario, pesquero, minero y petrolero) en el PBI, hace tiempo que la economía peruana dejó de ser una economía primaria. La producción secundaria y terciaria (la industria y los servicios, respectivamente) supera año tras año, desde 1965, el 50% del PBI. En 1993 había llegado al 57% y en el 2012 ya era más del 60%.