Una victoria para los derechos humanos en la India, pero con gran dificultad
Swaminathan S. Anklesaria Aiyar considera que enhorabuena han sido liberados Sharjeel Imam y otros siete estudiantes que fueron encarcelados en 2019, pero que esa victoria para los derechos humanos no debió tardar tanto.
Por Swaminathan S. Anklesaria Aiyar
Si eres musulmán en India y participas en una agitación estudiantil, te pueden encerrar durante años sin condenarte. Sharjeel Imam y otros siete estudiantes fueron detenidos en 2019 en virtud de leyes antiterroristas por supuesta violencia en una agitación contra una nueva ley de ciudadanía que discrimina a los musulmanes. Tras casi cuatro años de encarcelamiento, el Tribunal Superior de Delhi los ha sobreseído en la fase de instrucción. El juez fustigó los pliegos de acusación de la policía diciendo que "no se pueden iniciar procesos sobre la base de conjeturas y suposiciones y no se pueden presentar pliegos de acusación sobre la base de probabilidades".
Como los dos pliegos de cargos anteriores no habían impresionado al tribunal, la fiscalía había presentado un tercero. El Tribunal señaló: "La agencia de investigación no ha aportado nuevas pruebas, sino que ha tratado de presentar los mismos viejos hechos con el pretexto de una investigación adicional". Advirtió que la presentación de una "serie de pliegos de acusación debe cesar, pues de lo contrario este mamotreto refleja algo que va más allá de la mera acusación y tendría el efecto de pisotear los derechos de los acusados".
El tribunal señaló que ninguno de los testigos había visto realmente a los estudiantes romper las barricadas policiales durante la agitación. Ningún testigo presencial vio a los acusados cometer actos violentos. No se llevó a cabo una rueda de reconocimiento de testigos hasta el tercer pliego de cargos suplementario. Dos testigos independientes grabaron sus declaraciones tras un inexplicable retraso de un año. Estos testigos nombraron a otros que no fueron detenidos ni procesados "por razones que la policía conoce mejor".
El juez declaró: "Es evidente que la policía ha elegido arbitrariamente a algunas personas de la multitud como acusados y a otras de la misma multitud como testigos policiales. Esta selección por parte de la policía va en detrimento del precepto de imparcialidad". En cuanto a las acusaciones de conspiración, el tribunal dijo que el pliego de cargos "no contiene ni siquiera un susurro o insinuación de que los acusados actuaran en tándem o que se unieran en el lugar tras confabularse para hacerlo".
Sharjeel Imam y los demás estudiantes tuvieron que pudrirse en la cárcel durante casi cuatro años, mientras la investigación policial avanzaba a paso de tortuga. El supuesto proceso judicial se convirtió en un castigo. Sin embargo, tuvieron la suerte de estar representados por abogados de alto nivel asociados a ONG centradas en los derechos humanos. La mayoría de los demás tienen menos suerte.
Es una victoria para los derechos humanos que el Tribunal Superior haya liberado a Imam y a sus compañeros. Sin embargo, las penurias de los acusados durante cuatro años ponen de manifiesto los riesgos de llevar a cabo protestas democráticas en India. Las leyes sobre sedición y actividades ilegales son draconianas y pueden utilizarse fácilmente contra manifestantes no violentos. Si estalla la violencia, los manifestantes no violentos pueden ser acusados de complicidad. No es fácil obtener la libertad bajo fianza para los detenidos en virtud de las leyes antiterroristas.
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 7 de febrero de 2023.