Una década de Revolución chavista
Libertad y Desarrollo (Chile) ha preparado un estudio acerca de los resultados de la primera década de revolución chavista.
Por Instituto Libertad y Desarrollo
preparado por Instituto Libertad y Desarrollo (Chile).
Firmantes: Álvaro Vargas Llosa: Independent Institute (EE.UU.)
Carlos Alberto Montaner: Internacional Liberal (Cuba)
Carlos Ball: AIPE (Venezuela)
Rocío Guijarro: CEDICE Libertad (Venezuela)
Cristián Larroulet: Libertad y Desarrollo (Chile)
Martín Krause: ESEADE (Argentina)
Gerardo Bongiovanni: Fundación Libertad (Argentina)
Oscar Ortiz: Fundación Nueva Democracia (Bolivia)
María Luisa Brahm Instituto Libertad (Chile)
Miguel Flores: Fundación Jaime Guzmán (Chile)
Marcela Prieto: Instituto de Ciencia Política (Colombia)
Margaret Tse: Instituto Libertade (Brasil)
Dora Ampuero: Instituto Ecuatoriano de Economía Política (Ecuador)
Carlos Sabino: Universidad Francisco Marroquín (Guatemala)
Guillermo Peña: Instituto Veritas (Honduras)
Rolando Espinosa: Centro de Estudios en Educación y Economía, A.C.
Academia de Investigación Humanística A.C (México)
Edwar Enrique Escalante: Andes Libres (Perú)
Enrique Ghersi: CITEL (Perú)
Ian Vásquez: Cato (EE.UU.)
Julian Morris: International Policy Network (Gran Bretaña)
Otto Guevara: Movimiento Libertario (Costa Rica)
Tapia, José Luis: Instituto de Libre Empresa (Perú)
También puede obtener este estudio en formato PDF aquí.
Resumen ejecutivo
Para conmemorar el Día Internacional de la Libertad y los 20 años de la caída del Muro de Berlín, 22 instituciones de América Latina han preparado un detallado documento en donde exponen los temas más importantes de estos diez años del gobierno de Hugo Chávez.
El estudio “Una década de Revolución Chavista” presenta los hitos políticos, económicos y sociales más importantes.
A través de un análisis sobre el deterioro institucional, el
programa social y las distintas medidas políticas y económicas se busca
exponer el camino que ha seguido Chávez y cómo ha transformado al
gobierno venezolano en una Democracia que en la práctica no respeta la
libertad ni los derechos de sus ciudadanos.
Introduccion
La causa esencial de la Revolución Bolivariana es buscar más y mejor nivel de vida para todos, en la lucha por instalar en Venezuela un nuevo sistema social, económico, político: el socialismo criollo, a lo venezolano.
— Hugo Chávez Frías
Al asumir Hugo Chávez la presidencia de Venezuela, hace ya más de una década, se comprometió con la puesta en marcha de un proyecto nacional, regional e internacional de izquierda radical, bajo la consigna de conformar una gran nación latinoamericana, “como lo soñara Simón Bolívar”.
En ese entonces, Chávez se presentó como un antisistema y prometió terminar con los vicios de la política tradicional venezolana, pero tras diez años no ha hecho nada para resolver los problemas del viejo régimen, en tanto que la crisis general institucional no sólo continúa, sino que ha empeorado. Su concepto de Estado asistencial se ha visto afectado por la baja en el precio del petróleo y el cambio constitucional -realizado en 1999- no ha sido garantía de mejoras sociales que tengan sustento en el largo plazo.
Con el fin de alcanzar sus objetivos, ha utilizado todos los recursos a su alcance -algunos abiertamente ilegales o rayando en la legalidad- para presionar y coartar el accionar de todos aquellos que no coinciden con él, incluyendo el pasar por encima del estado de derecho, de las libertades individuales, la libertad de expresión y la justicia.
Desde que Chávez llegó al poder, Venezue¬la se vio inmersa en una serie de consultas electorales que comenzaron con el llamado a una Asamblea Constituyente, la que no estaba prevista en la Constitución vigente, y culmina¬ron con su reelección presidencial el 3 de diciembre del 2006, prolongando su mandato hasta diciembre de 2012, pudiendo reelegirse indefinidamente gracias a la enmienda aprobada en enero de este año. A través de esas consultas, y mediante una eviden¬te manipulación de la opinión pública y las instituciones, el Presidente fue tomando control absoluto del país.
El resultado de lo anterior, ha sido que Venezuela a partir del año 2003 perdió su calificación de país Libre, especialmente por las transgresiones a las libertades civiles, como lo evidencia el Índice de Democracia de Freedom House y por consiguiente el fracaso en el fortalecimiento de una verdadera democracia más estable y segura.
El presente documento centrado en los cambios efectuados durante la “revolución chavista”, en el panorama institucional, político y económico de Venezuela, tiene como objetivo demostrar que tras una turbulenta década, el país ha desaprovechado su ventaja -por el alto precio del petróleo- de convertirse en un ejemplo de crecimiento económico y desarrollo democrático.
El Deterioro Institucional
Desde que asumió el poder en 1999 Chávez inició una profunda reestructuración de las instituciones del país. Un año después de su triunfo impulsó la creación de una nueva Constitución que creó un modelo político denominado de democracia participativa y protagónica cambiando el nombre del país a República Bolivariana de Venezuela.
Según la Constitución de 1999, la República es un Estado democrático y social de derecho y de justicia, organizado en forma Federal con fundamento en el principio de la descentralización. Se preservan en esa Constitución, en general, los derechos civiles, políticos y económicos que ya venían del ordenamiento constitucional precedente. Entre los principios que acoge la Constitución económica se encuentran el de libertad económica y el derecho a la propiedad, limitados solamente en los términos que fijen la Constitución y la ley en función del interés colectivo. La expropiación sólo procede por causa de utilidad pública y social, mediante sentencia firme y mediando el justo pago de indemnización (Pensar en Venezuela, 2009).
Sin embargo, estos principios han sido consistentemente vulnerados por el Ejecutivo, con la anuencia y el respaldo de los restantes poderes públicos. La centralización del poder y el culto a la personalidad del Presidente Chávez han ido en detrimento de los poderes locales.
El resultado inevitable es la polarización política de un país donde la violencia y la retórica radical se incrementaron. Tras la aprobación de la nueva Constitución el régimen afrontó varios intentos, tanto constitucionales como inconstitucionales, de deponer al Presidente. En abril de 2002 enfrentó un golpe de Estado que lo alejó del poder por 48 horas; a finales de 2003 tuvo un prolongado paro nacional, pero en agosto de 2004 emergió victorioso de un referéndum revocatorio. A partir de esa fecha y apuntalado por los altos precios del petróleo y una oposición dividida pasó a la ofensiva. Los frenos y equilibrios moderadores del poder ejecutivo prácticamente desaparecieron, en la medida en que las instituciones estatales claves como la Fiscalía General, el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral y las Fuerzas Armadas cayeron progresivamente bajo el control del Presidente Chávez y de sus más leales seguidores.
El Informe de Crisis Group (2007), señala que el poder cada vez mayor de Chávez también se refleja en la tendencia hacia el debilitamiento del gobierno regional, la concentración de la información sobre las actividades gubernamentales y el nombramiento de militares, en servicio activo o retirados, en cargos civiles claves. En este esquema ha colocado a la Nueva Reserva Nacional, la Guardia Territorial y los grupos armados no oficiales bajo su mando exclusivo, al mismo tiempo que ha establecido estructuras militares paralelas que eventualmente se podrían utilizar para intimidar a los opositores.
Como denuncian los 18 economistas de la Asociación civil Pensar en Venezuela (2009), en agosto de 2007, con el expreso propósito de construir una economía y un Estado Socialista, en abierta violación a lo dispuesto en la Constitución de 1999, el Presidente promovió, mediante un referéndum, la aprobación de un proyecto de reforma constitucional que permitiría su reelección indefinida, introduciría nuevos conceptos de propiedad de los medios de producción, con el consiguiente debilitamiento del régimen de propiedad privada, y definiría una nueva “Geometría del Poder”, según la cual, se anularía la descentralización y se concentraría un poder omnímodo en el Presidente de la República. Todo ello con el objeto de imponer un sistema de planificación central de la economía y el sometimiento y control de los niveles de gobierno de elección popular, es decir, gobernaciones y alcaldías. Aunque el proyecto fue rechazado por el 51% de los votantes, la Asamblea Nacional aprobó, a fines de 2007, el Primer Plan Socialista de la Nación (2007-2013) y en julio de 2008 el Presidente aprobó los 26 decretos-leyes que habían sido rechazados por la mitad de los votantes en la consulta.
En el último tiempo, se ha intensificado la utilización de las instituciones democráticas como un medio para neutralizar a la oposición política y debilitar al gobierno local y regional. Las autoridades de oposición electas han sufrido hostigamientos, han sido objeto de procesos judiciales ilegítimos y hasta les han disminuido poderes para administrar recursos, sin respetar la legitimidad de sus cargos y la voluntad popular.
Hoy el orden democrático en Venezuela se ve amenazado, ya que la creciente vulnerabilidad del sistema judicial y la manipulación política socavan el Estado de Derecho. Como se aprecia en el cuadro Nº 1 el Banco Mundial entiende que uno de los elementos básicos de la gobernabilidad es el estado de derecho y el control de la corrupción. El estado de derecho es la medida de confianza en el acatamiento de las reglas de la sociedad, incluyendo los derechos sobre la propiedad privada, así como la acción de la Policía y los Tribunales de Justicia contra el crimen. La caída de este parámetro en Venezuela fue de -0,69 a -1,47 durante el último decenio, evidenciando el deterioro de la gobernabilidad en ese país.
El puntaje va desde -2,5 a +2,5, mientras más alta mejor estado de derecho.
Fuente: Governance Matters, Banco Mundial.
Como ha denunciado Transparencia Venezuela, la filial de la organización internacional Transparencia Internacional (TI), la percepción que tienen los venezolanos sobre la corrupción ha empeorado. Desde la llegada al poder de Chávez el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional no ha logrado alcanzar una puntuación igual o superior a 3 (Cuadro N° 2), cuando 10 es percepción de ausencia de corrupción.
Como sostiene Human Rights Watch (2004) el Presidente Hugo Chávez y sus aliados han venido adoptando medidas para asumir el control del Poder Judicial, erosionando la separación de poderes y la independencia del sistema judicial, a través de medios que violan los principios fundamentales de la Constitución venezolana, imponiendo un sistema donde la voluntad del gobernante desplaza el Estado de derecho y se socavan los derechos de los ciudadanos.
Usando la evolución reciente del país en las escalas de Freedom House (2009), se concluye que Venezuela ha sufrido un decaimiento tanto en lo que respecta a derechos políticos como en relación a las libertades civiles. En diez años Chávez ha logrado transformar una democracia frágil, pero pluralista, en un régimen semi-autoritario.
Si bien hay libertades que siguen existiendo, y las elecciones se siguen manteniendo, el sistema de frenos y contrapesos se ha convertido en inoperante. El gobierno no negocia con las fuerzas de oposición, el Estado insiste en socavar la autonomía de la sociedad civil y la ley se invoca en su mayoría para sancionar a los opositores y no para limitar el gobierno.
Seguridad Civil
El deterioro institucional ha generado un contexto de inseguridad y conflicto social. Venezuela aparece como el país más inseguro del mundo, en donde la delincuencia tiene a veintiséis mil millones de venezolanos en un profundo temor. “Las cifras de las víctimas de la delincuencia organizada superan la centena cada fin de semana, siendo lo sectores más pobres los más afectados”. (Comisión de Asuntos Exteriores de la Oposición Venezolana, 2009)
Según los expertos, existe una carencia de políticas adecuadas para el combate contra la delincuencia. Esto ha significado la pérdida de 150 mil vida humanas en estos diez años de gobierno chavista.
En ésta década, la desesperanza y la frustración se han apoderado de los ciudadanos venezolanos. “El populismo y las demagógicas promesas se toparon con la incapacidad y la incompetencia y corrupción gubernamental, concluyendo en un paquete de iniciativas inconexas” (Comisión de Asuntos Exteriores de la Oposición Venezolana, 2009).
Panorama Político
La Revolución Bolivariana acabó, en sus primeros siete años, con quinientos años de analfabetismo. Estamos dejando atrás la democracia representativa y dándole vida a la nueva democracia revolucionaria, participativa, donde el pueblo impone las decisiones.
— Hugo Chávez Frías
Chávez ha logrado desviar muchas críticas al señalar
correctamente, que Venezuela ha celebrado más elecciones desde 1998,
cuando llegó a la presidencia, que cualquier otra nación de la región.
Todas las elecciones fueron ganadas por él con la única excepción
del referéndum de diciembre de 2007.
Como han señalado los observadores internacionales estas elecciones han sido libres en relación a la ceremonia del voto. Sin embargo, han aumentado las denuncias de fraude y los índices de abstención, en tanto que las condiciones en que se desarrollan las campañas favorecen fuertemente a los sectores oficialistas.
El sistema electoral está diseñado para crear el espejismo de la mayoría . Como denuncia la Asociación civil Súmate, el padrón de votantes ha crecido un 52% en 10 años gracias a programas intensivos de cedulación (emisión de cédula de identificación) manejados por el gobierno de manera poco transparente . Además contrario a lo que se esperaba, la automatización ha empeorado la precisión y robustez de los resultados electorales, como señala Álvaro Vargas Llosa (2009) las máquinas “captahuellas” que registran las impresiones dactilares en los centros de votación permiten a las autoridades rastrear la identidad de quienes votan en contra de Chávez .
Otras formas de control “democrático” incluyen la enorme expansión del Estado. Casi 5 millones de venezolanos —el 28 por ciento del padrón electoral— dependen de él para su subsistencia. Si sumamos a sus familias y las Fuerzas Armadas, hablamos de la mayoría de los votantes (Álvaro Vargas Llosa, 2009).
A su vez, la movilización política de respaldo a Chávez descansa especialmente en el uso de los recursos públicos. Es así como, en contra de la ley que prohíbe la financiación estatal para las campañas, la propaganda oficialista se intensifica en el período pre-electoral. La maquinaria chavista domina las transmisiones de radio y televisión.
Como señala el informe de Human Rights Watch (2008), a pesar de que a principios de la presidencia de Chávez existía una casi absoluta mayoría de canales privados de televisión hostiles a su gobierno, hoy la situación es completamente diferente. Ha aumentado la diversidad de los medios estatales y la fuerte inversión en esa área, construyendo un imperio mediático. El Gobierno controla 72 estaciones de televisión, 400 radioemisoras y 18 periódicos de cobertura local y nacional (Ocando, 2008).
Chávez utiliza arbitrariamente los medios de comunicación estatales y se encuentra en continuo conflicto con los medios privados. Bajo el argumento de que los medios se comportan como un partido político, y que manipulan la información en función de sus intereses, ha desarrollado una relación de confrontación con ellos.
Sus actitudes autoritarias han logrado establecer una dictadura mediática que ha socavado la calidad del debate público y uno de los cimientos principales para el progreso democrático: la libertad de expresión. Cada vez son más explícitas las amenazas y presiones. Esto se evidencia en el informe anual de la organización no gubernamental Freedom House, donde Venezuela desde el año 2003 figura entre los “países sin libertad de prensa“ (Cuadro Nº 4). Venezuela y Cuba son los únicos países de América Latina "sin libertad de prensa", situándose a un nivel más bajo que Irak.
Esta situación también queda en evidenciada en el último informe del Banco Mundial “La Gobernabilidad Importa, 2009”, se observa que Venezuela empeoró significativamente en la última década en representación democrática y rendición de cuentas del gobierno (Voice and Accountability) .
Otra modalidad relevante de censura, son las denominadas cadenas presidenciales que se contemplan como instrumento de “razón de estado” en la Ley de Telecomunicaciones. Chávez hace abuso de este derecho, entre los años 1999 hasta agosto de 2008 se contabiliza un total de 1.091 horas de transmisión (Correa, 2008: 34).
Dichas transmisiones, como denuncia Reporteros Sin Fronteras (RSF, 2009), se caracterizan por la violencia verbal del presidente Chávez, que se materializa después en acciones de activistas y otros seguidores del gobierno con el fin de causar terror e intimidar a los propietarios de medios de comunicación y periodistas independientes.
Como la prensa se ha convertido en el mayor enemigo con el que se ha topado la instauración del modelo socialista del siglo XXI, ya hace dos años –mayo de 2007- revocó la concesión del canal Radio Caracas Televisión (RCTV). Esta situación encerraba un objetivo estratégico, porque era el único canal no estatal que transmitía con cobertura nacional. Hay que destacar que aún existen canales de televisión privados en Venezuela, como Televen o Venevisión, pero éstos siguen la línea chavista, por lo que más que mostrar una línea propia comulgan claramente con las propuestas del Gobierno. En la actualidad sus dardos apuntan contra el último canal de televisión abierta independiente, llamado Globovisión. Dadas las amenazas y violentos ataques de que es objeto, el medio se encuentra protegido por medidas provisionales otorgadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), desde el 2004 y ratificadas el 29 de enero de 2008 .
Pero esta ofensiva contra la televisión no ha sido suficiente, a partir del 2009 el Gobierno venezolano anunció la apertura de procedimientos administrativos para revocar la concesión al menos a 240 emisoras de radio, que representan el 40% del total bajo control privado en el país. Lo que se comenzó a ejecutar diligentemente a partir del 31 de julio, quitando hasta la fecha 63 concesiones.
También los medios impresos se han visto acosados por el Gobierno y otros entes del Estado. Como denuncia Súmate (2005), durante los años 2002, 2003 y 2004, al igual que los medios televisivos y las emisoras de radio, las sedes de oficinas de periódicos fueron atacadas por simpatizantes del Gobierno de Chávez. Igual suerte corrieron cientos de reporteros quienes salían a trabajar con chalecos antibalas, cascos y máscaras antigás para protegerse de los ataques de la Guardia Nacional y de grupos violentos seguidores del Presidente .
En sus informes anuales desde el año 2000, diversas organizaciones nacionales e internacionales (Human Rights Watch, Comisión Internacional de Derechos Humanos, Parlamento Europeo, Reporteros Sin Fronteras, Sociedad Internacional por los Derechos Humanos, Sociedad Interamericana de Prensa) , han venido reflejando estas violaciones de los derechos humanos y su incremento en los últimos años. En este sentido, el gobierno de Chávez ha adoptado una postura de abierta confrontación frente a los defensores de derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil, que han sido objeto de hostigamiento judicial, acusaciones infundadas, e iniciativas para excluirlos de los foros internacionales y restringir su acceso al financiamiento internacional.
Es así que con la vaga excusa de “defender la paz social”, se restringe la libertad de expresión y se censura. Pero no es posible la democracia sin libertad de expresar la opinión y sin medios libres de la presión del Gobierno.
Panorama Económico
Este proyecto nacional bolivariano va rumbo a un socialismo nuevo. No se trata de copiar nada, tenemos que inventar nuestro propio modelo de desarrollo.
— Hugo Chávez Frías
En los últimos cinco años el crecimiento de la economía de Venezuela ha venido cayendo de manera sostenida. El país vivió una profunda crisis en los años 2002 y 2003, en los que el PIB se contrajo un 8,9% y un 7,8% respectivamente.
Sin embargo, sólo en el año 2004 tuvo una transitoria recuperación. En los años siguientes, el crecimiento ha caído, esperándose que el 2009 la economía se contraiga un 1,5%. Esto ha sucedido a pesar de que los precios internacionales del petróleo alcanzaron el máximo histórico en el período previo al inicio de la crisis financiera internacional.
Programa Social: Luces y Sombras
A finales de 2003, una vez controlada la Empresa Estatal de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y con la importante alza en el precio del crudo, el gobierno de Chávez se embarcó en ambiciosos proyectos sociales, que se convirtieron en una herramienta electoral. Desembolsando grandes sumas de dinero se lanzaron una serie de programas, los que denominaron “misiones” para abordar problemas en varios frentes, entre ellos educación, salud, abastecimiento de alimentos, empleo y vivienda, con el objetivo de recapturar el apoyo de los sectores más pobres. Estos planes son administrados por comisiones presidenciales, de manera ineficiente y en muchos casos corrupta, de acuerdo a lo que reflejan los índices y ranking respectivos, muestran que están lejos de ser eficientes.
El sector primario exportador petrolero es la pieza fundamental para el financiamiento del modelo, que además, es fuertemente dirigido por el Estado, lo que lo hace aún más vulnerable. Tal como se muestra en el cuadro N° 5 la dependencia que tiene la economía con el petróleo se transforma en una amenaza para los organismos sociales que busca impulsar el Gobierno, ya que no podrá financiarlos a largo plazo porque es imposible pronosticar el precio del crudo en un mercado que no necesariamente se sustenta en el tiempo. La fuerte caída que ha sufrido este año refleja la sensibilidad que tiene la economía a las fluctuaciones en el precio del petróleo.
Esta dependencia genera inestabilidad en el crecimiento nacional, lo que pone en riesgo la sustentabilidad de los planes sociales, teniendo como consecuencia grandes fluctuaciones en los índices de pobreza.
(% PIB) en Venezuela
Fuente: JP Morgan.
Desde el año 1999 en adelante, se observa una disminución en los niveles de pobreza –medida por ingreso- lo que se relaciona con el aumento creciente en el gasto público. Según los datos de la CEPAL la pobreza bajó de un 49,4% en 1999 a un 28,5% en el 2007; mientras que la indigencia o pobreza extrema pasó del 21,7% al 8,5% en el mismo periodo (ver cuadro Nº 6).
(en % total de personas)
Sin embargo, como señala el Banco Mundial las tasas de pobreza son volátiles debido al también inestable crecimiento de la economía, lo que trae como consecuencia, en líneas generales, que los niveles de pobreza sigan siendo altos al compararlos con los crecientes niveles de ingresos del país en la década.
En los últimos cuatro años se ha registrado un incremento del gasto
social, aumento que no se había percibido desde 1990.
Como señala José Guerra, ex Director de Estudios Económicos del Banco
Central, en Venezuela “en 10 años han tenido más dinero que un siglo de
gobiernos precedentes. Son recursos enormes con los que se hubiera
podido encarar y resolver problemas estructurales, pero eso no se ha
hecho” (Márquez, 2009).
En tanto Carlos Malamud, Director de Investigaciones sobre América Latina del Instituto Real Elcano argumentó que “el chavismo no aprovechó la bonanza petrolera para cimentar bases de una economía diversificada”.
Las medidas sociales aplicadas, si bien con una impronta populista, han arrojado algunos logros en aspectos determinados y le han valido una aprobación popular principalmente de los sectores más desposeídos que están cautivos en el asistencialismo. No obstante, los resultados de su gestión son pobres y los pilares del Estado de Derecho están seriamente debilitados por sus prácticas autoritarias. Adicionalmente ha habido una gran pérdida o fuga de capital humano que debilita a las empresas especialmente públicas y también a las privadas.
En el balance de los programas sociales de Chávez hay luces y sombras, pero el problema es que se actuó políticamente y sin prestar atención a la sustentabilidad de estos planes en el largo plazo.
Además del financiamiento de los proyectos sociales a nivel nacional, Chávez también apoya este tipo de planes a nivel regional, un ejemplo son las exportaciones de petróleo subvencionadas. Todo esto ha ayudado a Venezuela a crear una red de leales aliados en América Central (Nicaragua), el Caribe (Cuba), la zona andina (Bolivia y Ecuador) e incluso en el Cono Sur (Argentina). Pero esta lealtad, tanto interna como externa, depende crucialmente del dinero del petróleo. Si los precios del crudo caen, o si sufren por un deterioro del nivel de producción, este apoyo político podría erosionarse significativamente (Isbell, 2007).
Indicadores Económicos
Al evaluar el rendimiento de la economía venezolana en términos de su crecimiento en la última década se aprecian, tras fuertes caída durante el año 2002 y 2003 (Gráfico N° 3), períodos de gran inestabilidad política.
En los últimos años la economía se ha ido deteriorando en todos sus indicadores, desde el peak alcanzado el 2004 (Cuadro N°7). Ese año fue fruto de un ajuste tras dos años de fuerte contracción, lo que no necesariamente representa un crecimiento. Lo único positivo, fueron los mayores ingresos experimentados por el alza del petróleo, en el 2007 y 2008, pero la mala utilización que se hizo de estos recursos impidió que tuvieran un efecto de largo plazo en la capacidad productiva y en el crecimiento del país.
Fuente: Institute of International Finance (IIF)
Como lo demuestra el cuadro N° 8, en la última década la especialización petrolera se ha hecho extrema, ha pasado a ser casi una dependencia total. En el año 2008 las exportaciones de esta materia prima representaron el 95% del total de las exportaciones de Venezuela. Esto último fue impulsado por la fuerte alza que experimentaron los precios internacionales del petróleo.
(como % del total de las exportaciones)
Fuente: Institute of International Finance (IIF).
Es así como las cifras revelan una situación vulnerable que se agudiza con los bajos precios del crudo, pero aún más por el descenso en la producción, una situación que puede hacerse irreversible si no se realizan importantes inversiones y mantenimiento. Según un estudio oficial elaborado por expertos de Empresa Estatal de Petróleos de Venezuela, la producción de las empresas mixtas cayó de 346,000 barriles por día a 267,000 barriles entre el 2006 y el 2009, una diferencia de unos 80,000 barriles diarios de crudo en tres años (Miami Herald, 22.10.09). Situación que se mantendrá, ya que la empresa estatal funciona como un proyecto político: produce menos petróleo que hace una década atrás, mientras que su deuda casi se ha duplicado (The Economist, 2009).
La bonanza petrolera apoyó políticas de expansión de la demanda agregada a través del acelerado aumento del gasto público, el impulsor de un crecimiento importante a partir de 2003 hasta 2008, cuando los síntomas de agotamiento se manifestaron con claridad.
Así, el aumento en el gasto público venezolano presenta un incremento muy significativo desde hace casi tres años. Ese aumento lo sitúa, como se aprecia en el cuadro Nº 9 para el 2004 y el 2005, en uno de sus niveles más elevados en su historia. Generando gran ineficiencia económica y fuertes desequilibrios macroeconómicos.
(Billones de Bolívares)
Fuente: Institute of International Finance (IIF).
Sin embargo, como afirma el documento de los 18 economistas (2009), el desequilibrio de los mercados y la incapacidad de la política monetaria del Banco Central contribuyeron a crear intensas presiones sobre los precios de los bienes, especialmente los de primera necesidad. El gobierno ha enfrentado estas presiones inflacionarias con controles de precios, de cambio de monedas y una penetrante represión sobre el aparato productivo privado, cada vez que supone conductas alejadas de sus propios parámetros, los cuales resultan ajenos por completo a las realidades de la economía y de los mercados. Estas presiones inflacionarias se han agravado por la monetización de la deuda, estrategia que ha llevado adelante el Gobierno.
La contraparte de la falta de disciplina fiscal y el gasto creciente ha sido la dificultad para controlar la inflación. Esta creció a tasas mayores a pesar de los controles de precios y de cambios de 2003, y de la red de mercados populares (Mercal) puesta en marcha el mismo año. El gobierno endureció las sanciones legales el 2007, explicando inflación y episodios de escasez como consecuencias de especulación y acaparamiento. No obstante, como se observa en el cuadro Nº 10, la inflación oficial a nivel nacional se había incrementado de un 18,7% a un 30,6% en el 2008, lo que la convierte en la más alta de Latinoamérica.
(Var.% promedio año)
Fuente: Institute of International Finance (IIF).
La elevada inflación contribuye fuertemente al declive del poder de compra de los consumidores venezolanos, afectando también el nivel de inversión en el país.
Los programas de nacionalización también se han extendido al sector eléctrico, las telecomunicaciones y la industria del cemento. Además, Chávez controla la banca local, lo que queda demostrado con su compra del Banco de Venezuela del grupo Santander. Esto ha provocado una disminución en la inversión interna y en la proveniente del extranjero, con lo que ha intensificado el deterioro de la capacidad productiva de la economía venezolana. Los datos de CEPAL muestran que Venezuela atrajo US$646 millones en inversión interna y extranjera en el 2007, mientras que Colombia y Perú consiguieron US$9.000 millones y US$5.300 respectivamente. Venezuela fue incluso superada por países relativamente pequeños en términos económicos, como El Salvador y República Dominicana, que atrajeron cerca de US$1.500 millones cada uno.
A la situación económica del país tampoco aporta la errática política monetaria, que ha llevado adelante el Banco Central de Venezuela, controlado directamente por el Ejecutivo, así como tampoco contribuye la creciente carga burocrática del Estado, ni el precario estado en que se encuentran los derechos de propiedad. Los desequilibrios que están presentando la economía y el sector público venezolano se han traspasado también a importantes empresas públicas, afectando con ello a la estructura productiva del país en su conjunto. Esto está incidiendo en la competitividad de las empresas estatales, las que bajo el gobierno de Chávez han adquirido un peso cada vez mayor en la economía nacional.
Fuente: World Economic Forum.
Posiciones en el Ranking para cada categoría en el informe 2009-2010
Fuente: Banco Mundial.
En materia de competitividad, Venezuela es el país más rezagado de la región, ubicándolo en la posición 113. Esto contrasta con el lugar que ocupa Chile, número 30 (Cuadro N° 12). Al comparar estos dos países vemos que Chile tiene una expansión más grande que Venezuela (Cuadro N° 11), lo que se debe a que las variables comparadas en el índice se mueven de manera diferente, esto porque Chile tiene instituciones más estables y cualitativamente mejores que las venezolanas.
Tal como se puede ver en cuadro N° 12 Venezuela, a pesar de poseer un recurso de la importancia del petróleo, está lejos de acercarse a países como Brasil, México y Colombia.
Conclusión
El resultado tras diez años de administración chavista acentúa una dependencia casi total del ingreso petrolero, la que ha sido instrumentalizada, para concentrar el poder político y económico. El gobierno ha inducido un patrón de inestabilidad económica que repercute en la producción, el consumo, la inversión y el empleo productivo, y de allí que ha comprometido las posibilidades de desarrollo integral que se esperaban con el alto precio del petróleo.
A ello se agrega el avance del proceso de deterioro institucional, y pérdida del capital humano, pues los poderes públicos son cada vez más parciales y dependientes del Ejecutivo. La ausencia de un instrumento importante de control del actuar público, que se suma a la desaparición de los frenos y contrapesos del poder, tienen como resultado inevitable la erosión del sistema democrático, que debe estar fundado en el pluralismo.
Chávez defiende la legitimidad de su gobierno invocando sus orígenes democráticos, pero ha convertido a su país en un Estado que vive una democracia plebiscitaria, pero no como ampliación de la democracia republicana, sino como algo que se le opone. La democracia no se agota en su origen, sino que requiere del ejercicio democrático, que supone respeto a las minorías y un Estado de Derecho efectivo, componentes que no existen actualmente en Venezuela.
En estos diez años, su gobierno ha dejado de cumplir varias de sus promesas, no ha sido capaz de encarar los problemas como la delincuencia, la violencia y la corrupción que han aumentado significativamente y pueden generar inestabilidad social. De hecho, se ha ido generando mayor movilización social en el último tiempo, encabezada por los estudiantes.
Las acciones de Chávez nos muestran como cada día Venezuela atenta contra la Democracia, transformándose en un Gobierno ilegítimo. Además, el nivel de vida de los venezolanos ha caído a niveles alarmantes debido al gasto ineficiente de los ingresos petroleros. Junto con ello, con el ALBA se ha impedido la integración de la región, dificultando la unión de las naciones Latinoamericanas.
Si continúa acentuándose el deterioro económico, social e institucional, como consecuencia directa de las políticas empleadas por el gobierno chavista y si la tendencia a la autocracia prevalece, el futuro de este país se perfila cada vez más incierto.
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