Un futuro extraño
Macario Schettino señala que el mundo está atravesando un profundo cambio debido al envejecimiento de la población y ahora podrían suceder cosas como que una economía pase largo tiempo estancada y sin embargo su PIB per cápita aumente (Japón).
¿Por qué, si hoy tenemos energía más barata y más información, hay personas muy calificadas que creen que el futuro no será bueno?
Creo que la causa más importante de esta preocupación resulta de un fenómeno actual: llevamos ocho años con las tasas de interés más bajas de la historia, y no hay inversión. Me refiero al mundo industrializado, por supuesto. EE.UU. ha mantenido una tasa de interés de prácticamente cero desde entonces, Japón ya lo hacía antes, y Europa lo ha hecho desde 2011, y la inversión nada más no crece. Es decir, los inversionistas creen que cualquier inversión productiva les producirá sólo pérdidas, y por eso prefieren tener el dinero líquido, sin ganar nada, en instituciones financieras.
Viendo eso, cualquiera pensaría que efectivamente el futuro será de estancamiento. Si no hay inversión con tasa cero, pues ya no habrá incremento en el capital productivo, y sin eso, no hay crecimiento alguno. La pregunta entonces debe ser, ¿por qué no hay inversión, si el crédito no cuesta?
Creo que la respuesta es que no hubo explosión demográfica. ¿Recuerda usted que nos decían, por allá de los años setenta, que seríamos tantos seres humanos que no alcanzaría la comida y la civilización terminaría? Bueno, pues eso no pasó. La población se duplicó entre 1960 y 2010, y la comida creció tres veces, de forma que cada persona hoy tiene más comida disponible de la que tenía alguien en 1960. Un caso más de anuncios del fin del mundo que no ocurren.
Pero ahora tenemos el problema inverso: se nos acaban los seres humanos. La población dejó de crecer en buena parte del mundo. China y Japón pierden población, y lo mismo ocurre en varios países europeos. De hecho, con base en los datos de Naciones Unidas, se puede ver que lo que ellos llaman 'región más desarrollada' estaría perdiendo población desde fines del siglo pasado, si no fuese por la inmigración. Con todo y ella, estarán perdiendo población en 20 años. En América Latina, aunque usted no lo crea, estamos ya cerca de eso, y lo mismo ocurre en el sur de Asia. Sólo en África hay crecimiento poblacional importante, y no sabemos por cuánto tiempo lo haya.
Si las estimaciones indican que habrá menos personas en el futuro, la cantidad que hay que invertir hoy se reduce significativamente. No tiene caso construir, digamos, grandes edificios de departamentos en Rusia o Italia, si no habrá quien viva en ellos. Y tampoco vale la pena construir plazas comerciales, si no sólo no crecerá el número de clientes, sino que la mayoría ya prefiere comprar por internet (50 por ciento del crecimiento en ventas al menudeo en EE.UU. es a través de Amazon). Fábricas, ¿como para qué? Las personas ya trabajan menos tiempo.
Lo que está ocurriendo es una transformación que nunca habíamos visto, y creo que ni siquiera imaginado. Como le dicen ahora, estamos en downsizing, achicándonos, y eso requiere una estrategia totalmente distinta a lo que por décadas llamaron 'desarrollo'. Déjeme terminar con un dato interesante: Japón lleva 25 años sin crecer, pero el ingreso por habitante sí lo hace, porque su población es menor.
Dicho de otra forma, el objetivo debe ser diferente: no se trata de crecer, sino de vivir mejor. Ya platicaremos de ello en otra ocasión.
Este artículo fue publicado originalmente en El Financiero (México) el 5 de junio de 2017.