Tributo a James Buchanan
Hernán Bonilla explica que "El punto de partida de Buchanan era simple, ¿por qué los economistas tomaban, en sus modelos para estudiar la realidad supuestos sobre el comportamiento del Estado contrarios a la experiencia y al sentido común? En particular, ¿de dónde sale el supuesto de que el Estado es un agente distinto a todos los demás que actúa en forma benevolente y maximiza el bienestar social?".
Por Hernán Bonilla
El 9 de enero falleció a los 93 años el economista James Buchanan, uno de los principales teóricos de la ciencia económica de las últimas décadas. Fue uno de los fundadores y el principal autor de una fecunda escuela, la del "public choice" (elección pública) y ganador del Premio Nobel en 1986. Sus aportes moldearon la forma en que hoy analizamos el funcionamiento del Estado y su intervención en la economía de una forma profunda y duradera.
El punto de partida de Buchanan era simple, ¿por qué los economistas tomaban, en sus modelos para estudiar la realidad supuestos sobre el comportamiento del Estado contrarios a la experiencia y al sentido común? En particular, ¿de dónde sale el supuesto de que el Estado es un agente distinto a todos los demás que actúa en forma benevolente y maximiza el bienestar social?
Buchanan pensaba en cambio que el Estado y en particular las personas que actúan por él, los políticos y los burócratas, tienen sus propios fines, como todo el mundo, y esto debía incorporarse al análisis económico.
De allí se deriva su aporte y el de la escuela del "public choice" a nuestra comprensión de la economía y la política. Al tomar en cuenta cuáles son los intereses que entran en juego en el proceso político para la formación de las políticas públicas el análisis se vuelve mucho más rico y realista.
De esta forma, Buchanan llegó a la conclusión de que es necesario poner límites a la acción del Estado y que las fallas del mercado no necesariamente justifican la intervención porque sus fallas pueden ser aún mayores y porque de lo contrario el crecimiento del Leviatán se volvería incontrolable. Buchanan fue uno de los grandes economistas liberales del siglo XX pero no por razones ideológicas o dogmatismo; como él mismo señaló la libertad fue la conclusión de sus investigaciones, no el punto de partida.
El éxito de la escuela del "public choice" es evidente en cuanto se ha incorporado al cuerpo principal de la enseñanza de la economía como pocos aportes recientes. También porque su influencia política ha sido enorme. Muchas medidas que han adoptado diversos países del mundo están inspiradas en sus ideas, a modo de ejemplo, las reglas fiscales en sus distintas variantes son una consecuencia directa de la necesidad de establecer mecanismos que orienten la acción pública hacia fines deseables que de otra forma no se alcanzarían.
El exponencial crecimiento del gasto público en EE.UU. en los últimos años y las discusiones por los topes de la deuda están claramente vinculados a este concepto. Cada vez resulta más claro que es necesario que existan restricciones de tipo institucional, en la propia Constitución o a nivel legislativo, que limiten la capacidad de hacer daño de las políticas irresponsables.
En definitiva, Buchanan se ha ganado en buena ley su lugar entre los más destacados economistas de nuestro tiempo, pero también debemos agradecerle, como a los grandes de la tradición clásica, su aporte a ayudarnos a comprender cómo organizar una sociedad a la vez libre y justa.
No es poca cosa cuando vemos otros economistas que tras el prestigio del Premio Nobel atacan sin fundamentos y con consecuencias nefastas la misma base de la prosperidad de los países.
Este artículo fue publicado originalmente en El País (Uruguay) el 18 de enero de 2013.