¿Son los aranceles de Trump una "liberación"?

Veronique de Rugy dice que la experiencia demuestra que las políticas motivadas por el nacionalismo económico son todo dolor y nada de ganancia.

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Por Veronique de Rugy

En el momento de escribir estas líneas, el presidente Donald Trump planea imponer nuevos y radicales aranceles a las importaciones de todo el mundo.

Se nos dice que los aranceles del "Día de la Liberación" recaudarán 6 billones de dólares ("trillions" en inglés) en ingresos federales durante la próxima década, más otro billón procedente de los aranceles sobre los automóviles. Pero la única "liberación" verdadera seremos nosotros, los estadounidenses –consumidores y contribuyentes–, que seremos liberados de una parte aún mayor de nuestros ingresos ganados con tanto esfuerzo. Así que agárrense bien a la cartera.

Si no cree que el Día de la Liberación sea una mala noticia para la inmensa mayoría de nosotros, recuerde primero que los consumidores estadounidenses son, como siempre, los que pagan los aranceles estadounidenses. Todo lo que el equipo de Trump recaude de las importaciones extranjeras nos será devuelto en forma de precios más altos.

Luego está el hecho de que la administración ya se está preparando para el control de daños económicos con ayudas de emergencia para los agricultores estadounidenses. La necesidad de estas ayudas es una admisión tácita de que la política comercial del presidente, presentada como una herramienta para fortalecer a Estados Unidos, desencadenará represalias de nuestros socios comerciales que perjudicarán a muchos productores estadounidenses, incluidos los agricultores que exportan la riqueza agrícola de este país para ayudar a alimentar al mundo.

Y para disimular esta política destructiva, la administración abrirá otro enorme agujero en el presupuesto federal con dinero de rescate para compensar a las víctimas.

¿Qué sé yo? Ya hemos pasado por esto.

Durante el primer mandato de Trump, su guerra comercial con China desencadenó aranceles de represalia que costaron a los agricultores estadounidenses unos 27.000 millones de dólares en exportaciones agrícolas perdidas. Para amortiguar el golpe a los agricultores, la administración gastó 23.000 millones de dólares en pagos de rescate a través de la Commodity Credit Corporation del Departamento de Agricultura. Según una estimación, los agricultores recibieron el 92% de los aranceles sobre los productos chinos pagados por nosotros a través de precios más altos en el supermercado.

Ahora la Administración se prepara para repetir la operación con aranceles aún más elevados y amplios, incluso sobre aliados como Canadá, Europa, México y Japón.

Resulta que la agricultura estadounidense es uno de los sectores de la economía más dependientes de las exportaciones. Cuando los socios comerciales toman represalias, se centran en productos agrícolas como la soja, el maíz, el trigo, el algodón y la carne de cerdo. ¿Por qué? Porque es políticamente sensible y económicamente eficaz.

Grupos como la Asociación Nacional de Cultivadores de Maíz y la Asociación Americana de la Soja ya se están preparando para el impacto. Como dijo un miembro de esta última a The New York Times, los agricultores no quieren limosnas, sino "acceso a un mercado comercial libre y justo".

Lo que están obteniendo en su lugar es incertidumbre, caída de los precios de las materias primas y la posibilidad muy real de quedar excluidos de mercados largamente cultivados a medida que los compradores mundiales se vuelvan hacia Brasil, Argentina y la Unión Europea. De hecho, antes incluso de que empiecen las represalias, la Secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, ha declarado que el USDA apoyará a los agricultores mientras entren en vigor los aranceles. El resto no tendremos tanta suerte.

Los aranceles de 2018-20 aumentaron los precios al consumidor de bienes como lavadoras, automóviles y productos electrónicos. Según economistas de la Reserva Federal y varias universidades, los consumidores estadounidenses soportaron casi todo el costo, mientras que las industrias nacionales protegidas capturaron solo beneficios modestos.

Con un conjunto mucho más amplio de aranceles ahora sobre la mesa, las familias con rentas más bajas, que gastan la mayor parte de sus ingresos en bienes –y que se han visto muy perjudicadas por la reciente inflación– serán probablemente las que más sufran. Se trata de una propuesta peligrosa en una economía que ya se enfrenta a una persistente presión sobre el costo de la vida.

Aquí es donde las cosas pasan de perjudiciales a desastrosas: si la administración sigue adelante con nuevos y costosos aranceles y más rescates, al tiempo que amplía los recortes de impuestos que expiran y añade nuevas exenciones fiscales sin los correspondientes recortes de gastos, el resultado será un agujero negro fiscal.

Es cierto que Elon Musk y el Departamento de Eficiencia Gubernamental están recortando el gasto y que la Administración está haciendo retroceder muchas de las costosas normativas impuestas por la Administración Biden. También quiere liberar el sector energético y generar más abundancia de energía.

Pero se tardará mucho tiempo en percibir los beneficios de estos esfuerzos, si es que llegan a materializarse. Después de todo, muchos de estos cambios requieren la acción del Congreso, y éste últimamente ha estado desaparecido en combate.

La estrategia arancelaria de Trump es peor que una apuesta; es una pérdida segura. La experiencia demuestra que las políticas motivadas por el nacionalismo económico son todo dolor y nada de ganancia.

Los detalles de los daños a largo plazo aún están por revelar. Sin embargo, a corto plazo, sabemos a ciencia cierta que el Día de la Liberación perjudicará a los agricultores, supondrá una carga para los consumidores y aumentará aún más el déficit presupuestario, todo ello en el engañoso nombre de "América primero".

Lo que Estados Unidos realmente necesita son mercados abiertos, responsabilidad fiscal y relaciones comerciales estables, no una repetición y ampliación de la última guerra comercial.

Este artículo fue publicado originalmente en Newsmax (Estados Unidos) el 3 de abril de 2025.