Si, la guerra rusa en Ucrania elevó el precio de la gasolina
Alan Reynolds considera que la invasión rusa de Ucrania elevó el precio de venta al consumidor del galón de gasolina en al menos un dólar en EE.UU. y mucho más en Europa.
Por Alan Reynolds
Los críticos del Presidente Biden algunas veces son demasiados rápidos para descartar la afirmación de que los precios de la gasolina en EE.UU. han aumentado este año en gran medida debido a la guerra de Putin con Ucrania. Por ejemplo, “La conductora de FOX Business Maria Batiromo reaccionó el viernes a la culpa que endilgó el Presidente Biden al Presidente Vladimir Putin, al COVID-19 y a las empresas petroleras por los precios de gasolina en niveles históricamente altos, argumentando en ‘America’s Newsroom’ que la línea de tiempo de la inflación de EE.UU. empezó ‘mucho antes de que Rusia invadiera a Ucrania’”.
Esto fue confuso en dos aspectos. Primero, las preguntas acerca de qué sucedió con los precios de la gasolina durante los últimos tres meses no tratan de exactamente lo mismo que “la línea de tiempo de la inflación” para todos los precios al consumidor desde principios de 2021. Lo que sucedió con el precio del crudo de petróleo en 2022 no explica la inflación en general (aunque los costos de energía afectan una amplia gama de productos agrícolas e industriales y su distribución) y ciertamente no explica lo que sucedió el año pasado.
Muchos números de inflación año a año desde 2020 hasta 2021 inevitablemente aumentaron el año pasado debido al “efecto de línea base” conforme los precios pandémicos desinflados rebotaron cuando la economía mundial volvió a abrirse. El crudo tejano por lo tanto subió desde $16,55 por barril en abril de 2020 (razón por la cual la producción estadounidense se detuvo) hasta $61,70 en abril de 2021. Podemos llamar eso inflación y culpar de eso al nuevo Presidente, pero solo si cualquiera se imagina que los productores estadounidenses pudiesen haber sobrevivido con un barril de $16,55.
Segundo, el precio del crudo en los mercados futuros naturalmente reflejaba una cobertura prudente (y especulación) en contra del riesgo de evasión mucho antes de que sucediera la invasión el 24 de febrero. Un reporte del 7 de enero del New York Times ofreció un mapa mostrando “fuerzas rusas rodean ahora a Ucrania por tres lados, y los funcionarios occidentales temen que una operación militar podría empezar tan pronto como este mes”.
El gráfico muestra que el precio spot del crudo WTI estaba por debajo de $80 por barril antes de que las noticias del 7 de enero se publicaran y luego se desplazó hasta llegar a $90 antes de que el riesgo se volviera más importante cada semana. El crudo luego se ubicó por encima de $110-120 durante algunos momentos desde la invasión del 24 de febrero. No debería sorprender (dado que el crudo constituye la mitad del costo de la gasolina) que los precios de la gasolina y del combustible diésel también saltaran a un nivel mucho más alto desde que se dio la invasión, alrededor de todo el mundo.
Los precios de la gasolina (fijados por contrato) suben y caen más gradualmente que los precios diarios spot del crudo de petróleo, siguiendo los precios del crudo con un retraso. Esperar que los precios de venta al consumidor de la gasolina cambien hacia arriba o hacia abajo cada día con el precio spot de ayer del crudo es algo que solo podría tener sentido para los políticos.
Realmente no podemos dudar que la guerra de Rusia con Ucrania elevó el precio de venta al consumidor del galón de gasolina en al menos un dólar en EE.UU. (y mucho más en Europa). Pero la energía costosa es mucho más problemática para la industria, el transporte y la agricultura (y por lo tanto los consumidores) que el mero “precio en el surtidor”.
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 6 de abril de 2022.