Sequía e inversión

Eduardo Turrent Díaz indica cómo las promesas se quedaron en el aire dado que cuando llegó la sequía el Fondo de Desastres Naturales del gobierno mexicano no los tiene.

Por Eduardo Turrent Díaz

Las promesas se quedaron en el aire, pues se desapareció el Fonden (Fondo de Desastres Naturales de México) y cuando impactó la crisis por sequía no hubo los recursos prometidos...

En un claro error de claridad explicativa, la cabeza del reportaje publicado por Reforma el pasado domingo rezó: “Atribuyen sequía a falta de inversión”. El error es evidente: la sequía es atribuible a los dictados implacables de la naturaleza, pero la insuficiente capacidad de las autoridades (Gobierno Federal y locales) para enfrentar la actual crisis de falta de agua se deriva de su falta de previsión y preparación. El reportaje se alimentó de una entrevista concedida por el experto José Luis Luege, extitular de la Conagua (2006 - 2012) y cabeza de la Secretaría del Medio Ambiente (2000 - 2006).

En el orden administrativo, la primera andanada de Luege fue contra el secretario de Gobernación, Augusto Adán López. En la responsabilidad de ese funcionario estaba la declaratoria de emergencia seguida del anuncio de desastre natural. Pero en una actitud de pasividad operativa, ninguno de esos dos anuncios fue emitido por el funcionario en omisión de su responsabilidad, ya que “estamos hablando de una sequía extrema” con consecuencias graves para la economía y la población. El alto funcionario parece estar “más concentrado en una campaña para ser candidato presidencial”.

En cuanto a la relación de falta de inversiones con insuficiente capacidad para enfrentar los efectos de la sequía, más que los argumentos del entrevistado cabe destacar los datos aportados. La estadística mas importante es la relativa al presupuesto de Conagua, el cual se fue reduciendo de manera continua de poco más de 62.000 millones de pesos en 2012 a poco menos de 34.000 millones en el presente 2022. El año 2021 fue el más seco en el territorio mexicano desde 2011: era “seguro que faltaría agua” para el año siguiente. Las presas terminaron 2021 “por debajo del nivel que deberían tener. Era evidente que había problemas y no se tomaron previsiones”.

Un punto central en las argumentaciones de Luege es sobre el desmantelamiento interno que ha sufrido la Conagua. La reducción del presupuesto del organismo implicó casi la eliminación de todo su personal técnico reduciéndolo a un nivel mínimo. “No tiene responsables en las presas”.

Y elevando la mira del fusil crítico, Luege denunció la desaparición del Fonden. Las promesas se quedaron en el aire, pues se desapareció ese fondo y cuando impactó la crisis por la sequía no hubo los recursos prometidos para la emergencia. “Las acciones del Gobierno son completamente inconsistentes, incompletas”.

Este artículo fue publicado originalmente en El Economista (México) el 28 de julio de 2022.