Salamanca, fuente liberal

Carlos Rodríguez Braun explica la conexión entre la Ilustración Escocesa y la Escuela de Salamanca.

Por Carlos Rodríguez Braun

Sabido es que Marjorie Grice-Hutchinson fue la principal historiadora del pensamiento económico español. Algunos amigos la recordamos hace poco en la Casa Gerald Brenan en Churriana, en una mesa redonda presentada por Silvia Grijalba y moderada por Berta González de Vega. Participaron Andrés Arenas y Enrique Girón, excelentes traductores de un libro favorito de Marjorie: Un cortijo en Málaga.

Allí tuve la oportunidad de citar el trabajo de León Gómez Rivas, profesor de Historia y de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Europea de Madrid, y de comentar la relación de Grice-Hutchinson con Hayek.

Gómez Rivas es autor de una interesante tesis sobre cómo los escolásticos de Salamanca influyeron sobre el liberalismo de la Ilustración Escocesa, tema sobre el que impartió una conferencia en la Universidad Francisco Marroquín. En sus investigaciones, ha aclarado un error.

Se reconoce que el pensamiento de la escolástica tardía alberga elementos liberales, y que en sus textos se subrayan, como dijo Lucas Beltrán, “las formas de vida social que hoy llamamos liberales: un mundo pacífico, en el cual la propiedad privada respetada, la libertad económica, la democracia política y la moneda sana hacen la vida de todos más agradable”.

Como Marjorie Grice-Hutchinson fue discípula de Hayek en la London School of Economics al terminar la II Guerra Mundial, tradicionalmente se pensaba que fue por indicación de este profesor por lo que comenzó a estudiar el contenido económico de las obras de algunos maestros escolásticos. Como han revelado León Gómez Rivas, y otros, esto no fue así. Le escribió Marjorie a Gómez Rivas: “Hayek nunca había escuchado hablar de los autores de ‘Salamanca’ antes de que yo se lo comentara en 1949, o 1950. No empecé a estudiarlos por consejo suyo sino como resultado de haber leído a Larraz. Yo estudiaba entonces, bajo la dirección de Hayek, a Campomanes. ¡Cambiamos de caballo en la mitad del río!”.

Lo que sucedió fue que Marjorie quería estudiar a los españoles del XVIII y XIX, y Hayek la remitió al profesor de Chicago, Earl J. Hamilton, que la remitió a Campomanes, y en un apéndice de su Discurso sobre la educación popular vio a unos autores que habían escrito sobre economía mucho antes, en los siglos XVI y XVII. Dice Gómez Rivas: “Aquí radicaría, con toda seguridad, el origen de un primer acercamiento a los arbitristas españoles, que después se reorientará hacia la escolástica tardía de Salamanca”.

Por tanto, queda corregido el error (que yo también cometí). Marjorie llegó a los escolásticos a través de La época del mercantilismo en Castilla, de Larraz, que leyó por consejo del profesor Viñas Mey. Pero fue un error feliz, porque unir a Marjorie con Hayek y los escolásticos potenció el interés liberal en esos pensadores. ¿Podía haber liberales hace cuatrocientos años? Yo que usted no me perdería la próxima entrega.

Este artículo fue publicado originalmente en Expansión (España) el 31 de mayo de 2017.