¿Rompe monopolios o rompe negocios?
Jeffrey Miron and Pedro Fraga Soares señalan que romper las big tech es probable que perjudique a los consumidores y a la innovación considerando que estas empresas lideran el gasto en investigación y desarrollo en EE.UU.

Por Jeffrey A. Miron y Pedro Fraga Soares
En un artículo de opinión el senador Josh Hawley dijo que la economía estadounidense está presenciando una amplia toma de control por parte de los monopolios —las “big tech”, la grandes farmacéuticas, las empresas financieras importantes, entre otras. Esas empresas, dice el relato, luego utilizan su poder de mercado para imponer agendas ideológicas progresistas sobre un público no dispuesto.
Este relato es engañoso en el mejor de los casos. Primero, grande no es sinónimo de malo. La concentración puede surgir en un mercado competitivo por razones legítimas. Las empresas innovadoras pueden —y deberían— expandir su porción del mercado entregando mejores productos a precios más bajos. De hecho, un estudio de 2017 encontró que las tendencias de una creciente concentración en una industria están asociadas con más innovación y con un aumento en la productividad.
Segundo, los monopolios ejercen poder económico mediante la restricción de cantidades para presionar los precios al alza. En muchos casos, esto es lo contrario de lo que vemos. Google y Facebook ofrecen una oferta ilimitada de servicios sin costo para el consumidor. Incluso si Google utiliza su supuesto poder monopolio para obtener rentas no de los consumidores, sino de los anunciantes, esto implicaría que los anunciantes pagan más, conforme los consumidores ven menos anuncios.
Tercero, la evidencia de una creciente concentración no es contundente. Un estudio reciente señala que aun cuando la concentración ha estado aumentando en los mercados de productos nacionales, esto en gran medida está disminuyendo a nivel local. Los descubrimientos sugieren que conforme se expandieron las empresas grandes, estas ingresaron en mercados locales anteriormente concentrados, aumentando la competencia; considere a Amazon llegando a ciudades pequeñas que antes eran atendidas por una o dos tiendas de barrio.
Algunas de las cifras citadas también son sumamente engañosas. El senador dice que Facebook y Google constituyen un 60 por ciento del mercado de publicidad digital. Pero olvida mencionar que la publicidad digital constituye solo la mitad del gasto en publicidad en EE.UU. Los mercados definidos de manera obtusa rendirán cifras altas de concentración, aun cuando estos muchas veces no representan los márgenes relevantes de competencia. La porción del mercado de publicidad digital de ambas empresas también ha experimentado una ligera tendencia a la baja durante los últimos años.
Si el diagnóstico está equivocado, el tratamiento propuesto es poco probable que mejore de alguna forma al paciente. El senador Hawley propone romper las empresas de big tech, reducir el tamaño de las corporaciones, y relajar los estándares para designar un comportamiento como anti-competitivo.
Romper las big tech es probable que perjudique a los consumidores y a la innovación. Las empresas big tech lideran el gasto en investigación y desarrollo (I+D) en EE.UU., y su escala probablemente es lo que permite su modelo de negocios que ofrece servicios gratuitos. Como hemos visto, reducir el tamaño a cualquier costo también es una idea mal concebida, dado que grande no es una señal de que algo está mal. Finalmente, relajar los estándares judiciales para caracterizar el comportamiento anti-competitivo es una receta para la intervención política. En los días anteriores al estándar del bienestar del consumidor, el Premio Nobel de Economía Ronald Coase dijo que si las empresas suben los precios, esto era evidencia de un monopolio. Si los bajaban, era evidencia de precios depredadores. Y si los precios permanecían iguales, entonces era evidencia de que había una colusión tácita.
El enfoque en las industrias que se cree que tienen un sesgo anti-conservador hacen que uno piense que las consideraciones políticas ahora están por encima de las económicas. El senador republicano apunta el arsenal antimonopolio al sector tecnológico, pero las tendencias de concentración a lo largo de sectores de alto nivel muestran que el de manufacturas es el más concentrado, mientras que las ventas al por menor han visto el mayor incremento.
De cualquier manera, si el senador está preocupado acerca del poder de mercado excesivo y de la competencia, abundan mejores estrategias. Eliminar los aranceles y fortalecer la competencia extranjera sería una forma de hacerlo. Reducir los requisitos de licencias ocupacionales también facilitaría que nuevos participantes entren al mercado y desplacen a los que dominan actualmente. Finalmente, las medidas de desregulación podrían fortalecer la competencia en varios mercados.
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 4 de mayo de 2021.