Reformadores rápidos y graduales
Gabriela Calderón de Burgos señala evidencia que demuestra que, a más de 25 años después de la caída del Muro de Berlín, les fue mejor a los reformadores rápidos que a los reformadores graduales.
Por Gabriela Calderón de Burgos
En 1989 cayó el Muro de Berlín y se inició la transición de varios países de ser economías centralmente planificadas con regímenes autoritarios o totalitarios a llegar a ser economías de mercado con gobiernos democráticos. Estos países diversas estrategias de reforma. ¿A quiénes les fue mejor en el largo plazo, a los reformadores graduales o a los rápidos?
Gran parte de la literatura que critica las reformas rápidas está basada en estudios realizados en la primera mitad de los noventa, cuando era demasiado temprano para derivar conclusiones. Sucede que ahora que hay al menos 25 años de datos para evaluar estas diferentes estrategias de transición, poco se ha escrito acerca de los resultados. Recientemente, mi colega Marian L. Tupy junto con Oleh Havrylyshyn (profesor de George Washington University) y Xiaofan Meng (también de GWU) publicaron un estudio que evalúa la evolución de estos países clasificándolos en grupos según la velocidad de sus reformas.
Los opositores a las reformas económicas rápidas sostenían era que estas acarrearían un costo social mayor que las reformas graduales. Ahora vemos que los reformadores rápidos —Estonia, Letonia, Lituania, República Checa, Polonia, Eslovaquia— superaron con creces a los reformadores graduales —Rusia, Albania, Bulgaria, Ucrania, Azerbaiyán, entre otros— en el desempeño en indicadores como reducción de la pobreza, PIB per cápita y el Índice de Desarrollo Humano. Por ejemplo, el PIB per cápita (en dólares constantes de 2011 ajustados para la paridad del poder adquisitivo) de Polonia, un reformador rápido, pasó de estar ligeramente por encima de $10.000 hasta llegar a $24.835. En cambio, Ucrania, uno de los reformadores graduales, iniciando en un nivel de ingreso similar al de Polonia ($10.490), en 2015 tenía un ingreso de $7.449. Si se toma el promedio de los reformadores rápidos y el de los reformadores graduales, vemos una divergencia similar.
Esto se refleja también en los datos de pobreza. La porción de la población que vive con menos de $2 al día cayó a niveles más bajos en los reformadores rápidos que en los países que reformaron de manera gradual. Los reformadores rápidos también han empezado a experimentar una mayor reducción en su nivel de desigualdad de ingresos que los países que reformaron de manera gradual o que no realizaron reformas.
Otro indicador más amplio de la calidad de vida es el Índice de Desarrollo Humano de la ONU (IDH). Teniendo en cuenta que el socialismo que imperaba en estas economías había derivado en economías sobre-industrializadas, altamente ineficientes y con un exceso de empleo en labores no productivas, un periodo de declive luego del colapso del comunismo era inevitable y esperado. Pero según el IDH, para el 2000 los reformadores rápidos habían recuperado su nivel de vida pre-transición, mientras que los reformadores graduales continuaron registrando un declive en este indicador hasta 2005.
Este debate es necesario realizarlo ahora que estamos sumidos en una recesión producto del modelo del Socialismo del Siglo XXI. La transición hacia un modelo de economía de mercado con un gobierno democrático se realizará tarde o temprano.
Otros factores importantes que vale la pena discutir en un próximo artículo es el nexo entre la liberalización económica y la democratización y expansión de las libertades civiles.
Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 16 de septiembre de 2016.