Prohibición absurda
Juan Carlos Hidalgo indica que la marihuana es muy útil para aliviar dolores relacionados la esclerosis múltiple, la fibromialgia, desordenes digestivos, Parkinsons, entre otros males y que por ende, debería ser regulada mediante una política de reducción de daños.

El verdadero escándalo detrás de la detención del hijo de la exministra de Salud y otras 5 personas por fabricar y comercializar ceras y aceites con alta concentración de tetrahidrocannabinol –el principal componente psicoactivo de la marihuana– es que dicha actividad económica siga siendo un crimen. En otras latitudes se trata de un emprendimiento legal y perfectamente legítimo. A eso debería aspirar nuestra legislación.
Después de leer las noticias sobre los arrestos, es imposible determinar quiénes son las “víctimas” que ahora se encuentran a salvo de la truncada “banda criminal”. De hecho, resulta más razonable pensar que fue la acción policial la que arrojó víctimas: no solo los detenidos –que se dedicaban a un negocio que no le violentaba derechos a nadie–, sino también sus clientes, dentro de los cuales es muy probable que se encuentren personas que utilizaban dichos productos para fines médicos.
Según el Harvard Health Review, la marihuana es muy útil para aliviar dolores, especialmente los relacionados con la esclerosis múltiple y la neuropatía. También sirve de relajante muscular que aplaca los temblores provocados por el síndrome de Parkinson y es efectiva para la fibromialgia, endometriosis y cistitis. Además, ha dado resultados positivos en el tratamiento del glaucoma, colón irritable y enfermedad de Crohn. Y es probable que esto sea solo la punta del iceberg. Conforme desaparece el tabú alrededor de la marihuana y avanza su legalización, habrá más investigaciones científicas que descubrirán beneficios terapéuticos adicionales.
Es una lástima que doña Giselle Amador haya perdido su cargo por este incidente. Se trata de una profesional con una amplia trayectoria de servicio público y cuyos planteamientos sobre política de drogas –crítica del prohibicionismo y promotora del enfoque de reducción de daños– más bien deberían haber sido adoptados como política oficial por parte de la administración Alvarado. Lamentablemente todo indica que este gobierno abraza con entusiasmo la estrategia absurda y fallida de andar persiguiendo a productores y consumidores de cannabis.
No dudo que algún día veremos con incredulidad estos titulares sobre arrestos espectaculares de gente que se ganaba la vida cultivando marihuana y comercializando productos elaborados a partir de esta. Solo espero que ese día no sea muy lejano.
Este artículo fue publicado originalmente en La Nación (Costa Rica) el 3 de febrero de 2019.