Progreso social
Isaac Katz señala la posición No. 66 de México en el Índice de Progreso Social, que comprende 169 países, y describe los distintos componentes que derivaron en su puntuación y ranking.
Por Isaac Katz
Ante un crecimiento económico en el tercer trimestre de 0,9% respecto del trimestre anterior y de 4,3% respecto del tercer trimestre de 2021 (ambas con cifras ajustadas por estacionalidad), hubo una revisión al alza de los pronósticos para el cierre de este año. Así, el crecimiento esperado por los analistas consultados por el Banco de México, que en la encuesta de octubre preveían una expansión de 2,1%, para la encuesta realizada en noviembre su pronóstico se incrementó a 2,8 por ciento. Por otra parte, el pronóstico de crecimiento para el próximo año se situó en 0,95% en vista de la posible recesión de la economía estadounidense y su impacto sobre la economía mexicana principalmente a través del canal de las exportaciones de manufacturas.
Con la infornacion del crecimiento registrado en el periodo 2019 - 2021 y si se cumplen los pronósticos arriba señalados, para todo el sexenio del presidente López el crecimiento promedio anual sería de solo 0,28%, con una expansión acumulada del PIB de apenas 1,7 por ciento. Con ello, el PIB por habitante habrá caído en 4,3% lo que implica un significativo retroceso en una de las variables claves en el proceso de desarrollo económico.
Es importante señalar que aunque lo que le suceda al PIB por habitante es crucial para medir el desarrollo económico, este es solo una de las variables relevantes. Medir el progreso social requiere tomar en consideración muchos otros elementos y tener así una medición multidimensional del bienestar de los individuos y familias en particular y del país como un todo. Al respecto, el INCAE y la organización Social Progress Imperative estimaron el Índice de Progreso Social para 169 países ocupando los cincos primeros lugares Noruega, Dinamarca, Finlandia, Suiza e Islandia; Mexico ocupó en la evaluación el lugar 66 con un valor del índice de 70,8.
Como parte de este esfuerzo para medir el progreso de la sociedad, la organización México, ¿cómo vamos? elaboró el Índice de Progreso Social 2021 para el país en su conjunto y para cada una de las 32 entidades federativas, en donde resalta la alta correlación positiva que existe entre el nivel del PIB por habitante y el progreso social estatal; el ingreso familiar y estatal no lo es todo, pero sin duda es muy importante. El índice se construye a partir de tres grandes agregados.
El primero es Necesidades Humanas Básicas que mide cuatro dimensiones: nutrición y cuidados médicos, agua y saneamiento, vivienda y seguridad personal. Para el país en su conjunto, el valor de este agregado que en 2014 tuvo un valor de 74,3, para 2020 cayó a 69,9, siendo ésta caída explicada casi en su totalidad por la drástica disminución en el subíndice de nutrición y cuidados médicos, el cual cayó de 78,9 en 2018 a 47,9 en 2020, desplome explicado por la destrucción institucional del sector salud emprendida por el gobierno y que dejó a 15 millones de personas sin acceso a los servicios de salud a lo cual hay que agregar el desabasto de medicamentos.
El segundo agregado es Fundamentos del Bienestar que mide cuatro dimensiones: acceso a conocimientos básicos, acceso a información y comunicaciones, salud y bienestar y calidad medioambiental. El valor del índice de este segundo agregado que mostró una ligera mejoría en el periodo 2014 - 2018 al pasar de 66,4 a 65,8, cayó a 63,4 en 2020. Aquí resalta la importancia que tiene para efectos de una mejora en el progreso y el bienestar individual y familiar la acumulación de capital humano de alta calidad, particularmente a través de la educación y el acceso a servicios de salud. Los estados con mayor nivel capital humano tienen también los mayores niveles de progreso en un sentido amplio.
El tercer agregado es Oportunidades que contiene cuatro elementos: derechos personales, libertad personal y de elección, inclusión y acceso a educación superior. El valor de este índice pasó de 48,1 en 2015 a 56,3 en 2020, cayendo a 56,6 un año después.
Aumentar el nivel de progreso social tal que ello se traduzca en mayores niveles de bienestar individual y familiar necesita de la implementación de políticas públicas nacionales, estatales y locales que sean conducentes a mejorar la educación, la salud, la seguridad personal, el medio ambiente y el capital social en el cual se desenvuelven e interactúan los individuos sin olvidar que la principal fuente de mejora es el crecimiento alto y sostenido del ingreso. En este renglón, como en varios otros (educación, salud, seguridad) el gobierno ha fallado rotundamente.
Este artículo fue publicado originalmente en El Economista (México) el 5 de diciembre de 2022.