Presentación del "Manual de Cato sobre órdenes ejecutivas y directivas presidenciales"

Alex Nowrasteh dice que la perspectiva de reducir el poder del presidente a su función constitucional adecuada es escasa, pero si se persiguiera ese objetivo, se devolvería una cantidad significativa de libertad al pueblo estadounidense.

Por Alex Nowrasteh

Los presidentes estadounidenses tienen un poder enorme y creciente sobre nuestras vidas, nuestra libertad y nuestra propiedad privada. El Artículo II de la Constitución confiere al presidente el "poder ejecutivo", que incluye ejecutar fielmente las leyes aprobadas por el Congreso y actuar como comandante en jefe de las fuerzas armadas. Durante generaciones, los sucesivos Congresos han delegado gran parte de su poder en el presidente o se han quedado de brazos cruzados mientras los presidentes usurpaban más poder de naturaleza y efectos legislativos. Gran parte de este poder presidencial se redistribuyó y amplió en respuesta a crisis como las guerras, la Gran Depresión y otras emergencias, pero el poder del presidente nunca retrocedió del todo tras la conclusión de esas crisis.

Mi colega Gene Healy escribió: "La presidencia moderna se ha convertido en la falla central de la polarización en Estados Unidos porque el presidente, cada vez más, tiene el poder de remodelar vastas franjas de la vida estadounidense". En consecuencia, debemos centrarnos más en los "formidables instrumentos de poder" del presidente: órdenes ejecutivas (OE) y otras proclamaciones, memorandos, directivas, acuerdos ejecutivos, edictos y directivas con fuerza de ley.

El desplazamiento del poder del Congreso al presidente y la consiguiente reducción de la libertad de los estadounidenses me impulsaron a editar la primera edición del Manual de Cato sobre órdenes ejecutivas y directivas presidenciales. El manual tiene dos objetivos. El primero es explicar por qué el crecimiento del poder ejecutivo y presidencial socava la libertad individual, el gobierno limitado, el libre mercado, la paz y la separación de poderes tal y como la concibe nuestra Constitución. La conclusión analiza varias reformas que invertirían el crecimiento del poder ejecutivo y limitarían adecuadamente el poder del presidente.

El segundo objetivo del manual es ofrecer una lista parcial y una explicación de las OE y otras directivas que el próximo gobierno debería revocar o modificar. Muchas OE y directivas son de naturaleza o efecto legislativo y reducen la libertad y la prosperidad estadounidenses, pero un gran número de ellas son inocuas o están dentro de los límites del poder del presidente. Sin reformas sistémicas de los poderes presidenciales y del alcance de las OE y directivas que puede emitir el presidente, la siguiente mejor alternativa es eliminar las peores OE. Así, el manual identifica las OE en cuestiones políticas tan variadas como la gestión del Estado administrativo, la inmigración, el comercio, la política exterior, la defensa nacional, la sanidad, la tecnología, la energía, el medio ambiente y otras más que el próximo presidente debería revocar o modificar.

El objetivo principal del manual es orientar a los responsables políticos y a la próxima administración entrante. En cada capítulo del manual, los académicos de Cato identifican las OE y directivas que crean problemas políticos, explican esos problemas, si la OE debe ser revocada o modificada y, si la modificación es la respuesta, cómo deben modificarse las OE. Los presidentes tienen más poder que antes y es probable que su autoridad siga aumentando. Incluso si el poder presidencial sigue creciendo, la revocación o modificación de las OE analizadas en el manual en la línea sugerida mejoraría al menos la política.

En años anteriores publicamos el Cato Handbook for Policymakers, que contiene numerosas recomendaciones políticas para cada tema investigado por los académicos de Cato. El recién publicado Manual de Cato sobre órdenes ejecutivas y directivas presidenciales no sustituye a ese otro manual, sino que se limita a centrar las recomendaciones en el presidente a medida que su poder se hace cada vez más legislativo.

Como escribí en la conclusión del manual:

Los defectos constitucionales, legales, políticos y judiciales que han desplazado parte del poder legislativo del Congreso al presidente deben ser descubiertos, remediados e invertidos para que la separación de poderes no se vea fatalmente socavada. James Madison advirtió del peligro tiránico cuando los poderes legislativo, ejecutivo y judicial se acumulan en las mismas manos, pero esa tendencia hacia el poder centralizado y no separado es más pronunciada en el caso del presidente, y las OE son su principal medio para ejercer un poder indiviso .... Hasta que esas reformas y otras se conviertan en ley, las administraciones actuales o futuras que estén interesadas en detener esta hemorragia constitucional pueden empezar por revocar o modificar las OE identificadas en este manual siguiendo las líneas sugeridas por los académicos de Cato. Las recomendaciones mejorarían la política pública, reducirían el poder del Gobierno sobre la vida de los estadounidenses y aumentarían la protección de las libertades individuales y la propiedad privada. Estas razones justifican su promulgación, pero queda mucho por hacer para reducir el impacto de las órdenes ejecutivas.

El asesor del presidente Bill Clinton, Paul Begaladescribió alegremente el proceso y el poder de las OE modernas como un "golpe de pluma. Ley del país. Qué agradable". Ojalá se equivocara. Sin embargo, las OE y directivas divisorias y destructivas creadas a golpe de pluma pueden deshacerse a golpe de pluma. La deriva legal y constitucional que nos ha llevado al punto en el que los presidentes tienen este enorme poder debería preocupar a todos los estadounidenses. Demasiado poder concentrado en un solo individuo es una tremenda amenaza para el orden constitucional que ha sido indispensable para mantener la libertad individual, el gobierno limitado, los mercados libres y la paz que sigue existiendo en Estados Unidos.

La perspectiva de reducir el poder del presidente a su función constitucional adecuada es escasa, pero si se siguieran las recomendaciones del Manual de Cato sobre órdenes ejecutivas y directivas presidenciales se devolvería una cantidad significativa de libertad al pueblo estadounidense. Eso ya es justificación suficiente.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 8 de octubre de 2024.