Preparando excusas y pretextos

Manuel Hinds llama a los salvadoreños a votar en febrero del próximo año.

Por Manuel Hinds

El gobierno del presidente Bukele parece tener información de que las probabilidades de lograr una mayoría en las elecciones de febrero de 2021, siquiera la simple de 50% más uno, son bajas y están cayendo rápidamente. Esto lo demuestra la estrategia defensiva que ha adoptado para tratar de darle vuelta a esta tendencia a través de intimidar al Tribunal Supremo Electoral (TSE), desprestigiar el resultado si no lo logran, y convertirse en un régimen militar en el que ya no importe tener o no mayoría en la Asamblea. Hay cuatro signos de que esto está pasando.

Primero, el presidente ha comenzado a hablar de que se está planeando un gran fraude electoral. El propósito de esta campaña es obviamente deslegitimar no sólo estas elecciones sino también la institución electoral que está en la base de la democracia y así crear las condiciones para el establecimiento de un régimen de facto, totalmente fuera de la legalidad.

Segundo, los cuerpos de seguridad están abusando de su poder flagrantemente, como en los casos de la desobediencia del jefe de la PNC a la Asamblea Legislativa y del conflicto que se presentó cuando la PNC trató de impedir que la Fiscalía General de la República (FGR) recolectara la información necesaria para auditar las cuentas de los gastos del gobierno durante la pandemia. En estos y otros incidentes, la PNC ha mostrado estar a la orden, no de la Fiscalía, sino de los matones de GANA-Nuevas Ideas o del presidente mismo, lo cual es una trastocación grave del orden institucional del país. Todo indica que los está convirtiendo en su propia guardia pretoriana para que en caso de una crisis provocada por él mismo, como la que parece estar queriendo hacer con sus acusaciones de fraude, las Fuerzas Armadas y la PNC sirvan, no para defender al pueblo, sino para reprimirlo y permitir su asalto al poder total.

Tercero, esto ya está sucediendo. La Policía Nacional Civil (PNC) ha estado haciendo ataques ilegales a miembros de la estructura electoral. Recientemente, con excusas prefabricadas, se llevó presos a los secretarios de las juntas electorales departamentales de Usulután y San Salvador. Las capturas fueron hechas por la PNC sin órdenes de la Fiscalía General de la República (FGR). En el caso de San Salvador, la FGR misma pidió la liberación del capturado. Adicionalmente, un grupo de Nuevas Ideas asaltó la sede nacional del TSE y dejó encerrados a los miembros de dicho tribunal por varias horas, presionándolos para que inscribieran a sus candidatos sin mayor revisión. Todo esto pasó mientras la PNC observaba tranquilamente, dando un apoyo implícito a lo que estaba pasando y mostrando su obediencia a Nuevas Ideas.

Cuarto, el presidente está preparando, vía una comisión que le responde sólo a él, una reforma constitucional que pretende erosionar el poder de la Asamblea Nacional con referendos que el presidente mismo controlaría, además de darle puerta abierta para que se dé a sí mismo poderes absolutos y se perpetúe en la presidencia.

Así, el presidente está preparando la excusa para la pérdida de las elecciones, los pretextos para quitarle el poder a la Asamblea, y los apoyos para hacerlo por la fuerza.

Toda esta estrategia, por supuesto, no hubiera sido necesaria si el presidente estuviera, como él y sus gentes dicen, seguro de su victoria. Esta más bien seguro de su derrota, y quiere volverla inefectiva capturando el poder total alegando un fraude en las elecciones de la Asamblea y sustituyéndola por una Asamblea que servilmente responda sólo a él.

Esto confirma que es esencial que la población se vuelque a las urnas en febrero del próximo año. Uno de los obstáculos más grandes para que lo hagan es el diluvio de fakenews lanzado por el gobierno y sus asociados diciendo que ya no hay nada que hacer, que desde ya han ganado las elecciones, cuando lo contrario pasaría si toda la población votara. No se queje más. No diga que la tiranía viene porque nadie hace nada. Hágalo usted. Vaya a votar.

Este artículo fue originalmente publicado en El Diario de Hoy (El Salvador) el 3 de diciembre de 2020.