Por qué el capitán del Ever Given debería recibir una medalla

Tom G. Palmer dice que detrás de casi todas las restricciones y regulaciones del comercio se encuentra la doctrina falaz de la balanza comercial y que basta usar tan solo un poco de lógica para dinamitarla.

Por Tom G. Palmer

¡Qué gran logro! Las cadenas de suministro repatriadas. Los déficits comerciales reducidos. El comercio predatorio reducido. Un gigantesco barco de contenedores de 1.312 pies de largo, el Ever Given, hizo con su peso enorme lo que las simples leyes no habían logrado: bloqueó el flujo de productos, muchos de los cuales debían llegar a EE.UU. Lo hizo paralizando el Canal del Suez, a través del cual pasa cerca del 30% del volumen de carga transportada en contenedores cada año. Fue realmente un logro heroico. 

Al estrellar su embarcación en el Canal del Suez, los propietarios del Ever Given, la empresa japonesa Shoei Kisen KK, unilateralmente realizaron el sueño de Peter Navarro y otros proteccionistas radicales. Por siete gloriosos días más de $9.000 millones en productos por día vieron su paso por el Canal de Suez detenido. Mucho de esto iba dirigido hacia EE.UU. y se hubiese sumado al “déficit comercial”, por lo tanto (supuestamente) provocando un caos en EE.UU. Muchos cientos de barcos cargados con cientos de miles de contenedores llenos de todo tipo de exportaciones todavía están detenidos. El impacto sobre las cadenas de suministro seguirá sintiéndose mucho después de que las fuerzas del libre comercio lograran que el barco siga su camino. Según Lars Jensen, el ejecutivo titular de la Consultoría SeaIntelligence basada en Dinamarca, “El efecto no solo será el sencillo e inmediato de la carga siendo retrasada durante las próximas semanas, sino que de hecho tendrá repercusiones durante varios meses para la cadena de suministro”.

Los proteccionistas deberían otorgarle al capitán del Ever Given una medalla por —literalmente— bloquear el comercio. 

Los proteccionistas buscan bloquear el comercio. Eso es lo que el Ever Given ha hecho (los partidarios del libre comercio argumentan que el proteccionismo no es un término descriptivo útil, porque bloquear el comercio no protege a un país, aunque si protege los intereses especiales de la competencia). 

Por supuesto que ninguna persona seria propondría premiar al capitán del Ever Given, pero realmente no hay diferencia económica entre la masa de una embarcación gigantesca bloqueando físicamente el comercio y la fuerza policial de Aduanas y Control Fronterizo bloqueando el comercio a la fuerza. 

Algunas personas ven el comercio a través de las fronteras como algo negativo. Ellos creen que cuando usted compra algo de los extranjeros, usted pierde. Por lo tanto deberían estar felices cuando los productos son bloqueados y no logran entrar al país. El ex presidente Donald Trump dijo notoriamente, “China ha estado tomando 500.000 millones al año de nuestro país y reconstruyendo China”. Desde su punto de vista, esa riqueza se fue de EE.UU. y fue a China, una visión que extrañamente ignora todas las cosas que los productores en China envían a los estadounidenses, incluyendo las computadoras, los muebles, los circuitos integrados, los equipos deportivos, las máquinas eléctricas y, si, el té. Esto deja fuera todas las cosas que los productores estadounidenses envían a China, desde los aviones hasta los granos de soja, los autos y camiones, y los instrumentos ópticos y médicos. El proteccionista piensa que si usted envía dinero al extranjero, usted está perdiendo. Según ese mismo razonamiento, cuando envío dinero a mi tienda local de supermercado, la riqueza está abandonando mi casa para construir la de otro. Yo “pierdo” cada vez que compro alimentos del supermercado, o electricidad de la empresa eléctrica, o medicina de la farmacia. Esa visión es conocida como la “balanza comercial”.

Adam Smith en su obra maestra de 1776, notó que “Nada…puede ser más absurda que toda esta doctrina de la balanza comercial, sobre la cual, no solo estas restricciones, sino casi todas las demás regulaciones del comercio están basadas. Cuando dos lugares comercian entre sí, esta doctrina [absurda]  supone que, si la balanza está equilibrada, ninguno de ellos pierde o gana; pero si se inclina en cualquier grado hacia un lado, que uno de ellos pierde y el otro gana en proporción a su desviación del equilibrio exacto”.

La doctrina de la balanza comercial ha existido desde hace siglos. También ha sido refutada por siglos, pero, como la “falacia de los apostadores” (pensar que observar cinco lanzamientos de monedas que resultan en “caras” hace más probable que la próxima serán “cruces”), es persistente. Como sucede con la falacia de los apostadores, la falacia de la balanza comercial tiene que ser explotada una y otra vez. 

El economista Henry George una vez señaló que bloquear el comercio es imponer un embargo sobre nosotros mismos, y que, “Lo que la protección nos enseña, es a hacer nosotros mismos en tiempos de paz lo que los enemigos buscan hacernos en tiempos de guerra”. Podríamos agregar que también nos enseña a celebrar el bloqueo de embarcaciones que portan productos. Por supuesto, si no celebramos el bloqueo físico del comercio, no deberíamos celebrar cualquier otro medio de bloquearlo. Las falacias del proteccionismo, como la del apostador, pueden ser dinamitadas con tan solo un poco de pensamiento lógico.

Este artículo fue publicado originalmente en Foundation for Economic Education (EE.UU.) el 8 de abril de 2021.