Politización de la ciencia
Por Patrick Basham y John Luik
John Luik es académico titular del Democracy Institute.
Los conciertos Live Earth fueron reclamos contra los cambios climáticos descritos en el reciente informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (PICC) que inspiraron la participación de gente como Al Gore y Shakira.
Lamentablemente, PICC ha fomentado que se le dé la espalda a las investigaciones científicas, logrando así politizar la ciencia. El nivel de certitud científica se alcanza cuando existe 95 por ciento de probabilidad de que suceda lo que se prevé. Pero con el calentamiento global, ni lejanamente se alcanza ese nivel que comprobaría que se debe a la acción humana.
PICC alega 26 indicaciones “probables”, queriendo decir que sus chances de ser verdad están por encima de 66 por ciento. Pero aplicando esa misma regla, ¿cuán seguro se sentiría usted si le dijeran que los frenos de su automóvil funcionarán 14 de cada 20 veces?
Es importante, entonces, diferenciar entre lo que es realmente un conocimiento científico y lo que son posturas políticas en el informe del PICC. Por ejemplo, el alegato clave es que “probablemente” ha ocurrido calentamiento causado por los humanos en los últimos 50 años.
Las reglas aplicadas al PICC no exigen una revisión de sus conclusiones por científicos, sino por parte de los gobiernos, pero sí exigen que se hagan los mayores esfuerzos por lograr un consenso. Tales reglas comprueban que no se trata de un proceso científico, sino de procedimientos politizados y poco confiables, sujetos a posibles falsificaciones.
Imponer una revisión política a un proceso científico corrompe el proceso al estar la ciencia sujeta a decisiones políticas. Es decir, se utiliza la ciencia para servir fines políticos, en lugar de estar la política sujeta a las reglas de la verdad científica.
Algunos analistas han llegado al extremo de declarar que expresar dudas sobre la ciencia del cambio climático equivale a mantener que no se produjo el holocausto contra los judíos entre 1939 y 1945. Es decir, antes de comenzar cualquier debate todos deben estar claros sobre quiénes son los buenos y quiénes son los malos.
Por la otra parte, aquellos científicos que siguen teniendo dudas respecto al calentamiento y sus causas insisten en la aplicación de normas de evidencia científica en el debate, además de asegurarse de que no se llegue, antes de tiempo, a conclusiones politizadas en la actual controversia científica.
La inconveniente realidad es que Al Gore y sus amigos están totalmente equivocados sobre la evidencia científica. Utilizando normas científicamente comprobadas no hay prueba de que nosotros somos la causa de los aumentos en la temperatura terrestre y, mucho menos, que tales aumentos de temperatura causarán una catástrofe ambiental.
Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE)
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