Permitan que los clínicas usen la metadona para tratar las adicciones

Jeffrey A. Singer destaca el potencial de la metadona para tratar las adicciones y prevenir más muertes por sobredosis.

Por Jeffrey A. Singer

Los profesionales de salud que tratan la adicción han reconocido el valor de la metadona en los tratamientos asistidos con medicina (MAT) desde mediados de la década de 1960. Esta es una herramienta crítica dentro de la caja de herramientas para reducir daños. La especialista en adicción e investigadora Sarah Wakeman publicó, junto a otros colaboradores, investigaciones de eficacia comparada a principios de 2020 que concluyeron que los MAT ya sea con metadona o buprenorfina eran las únicas estrategias de tratamiento “asociadas con reducciones en las sobredosis y en los cuidados críticos relacionados con opioides comparadas con otros tratamientos”— incluyendo la naltrexona, la desintoxicación del paciente hospitalizado y el tratamiento residencial, y con los servicios ambulatorios e intensivos de salud del comportamiento. Con casi 108.000 muertes por sobredosis ocurriendo en 2021 (87 por ciento de estas involucran al ilegal fentanilo), uno esperaría que quienes formulan las políticas ubiquen un enfoque renovado sobre la expansión de la disponibilidad del tratamiento de metadona para las personas que tienen un desorden en el uso de sustancias.  

Como discutí aquí, la Administración para el Control de Drogas (DEA) impone regulaciones muy estrictas sobre los MAT con metadona. Los pacientes deben viajar diariamente —algunas veces largas distancias— a las clínicas de metadona y tomar la metadona en la presencia del personal clínico. Como una medida de emergencia debido a la pandemia del COVID-19, la DEA relajó algunas de estas restricciones onerosas permitiendo que las clínicas distribuyan pequeñas cantidades de metadona para llevar a casa y permitan que estas operen mediante furgonetas móviles. Pero esto es temporal y no es suficiente.  

La DEA desde ya permite la atención primaria y que otros profesionales prescriban buprenorfina a los pacientes que tienen un desorden en el uso de sustancias. Como he señalado antes, a los profesionales de atención médica primaria que desean tratar a sus pacientes con un desorden en el uso de sustancias se les ha permitido prescribir metadona de manera ambulatoria a sus pacientes, y les hacen seguimiento en sus clínicas, en el Reino Unido, Canadá y Australia, desde la década de 1960. Los programas piloto en EE.UU. han demostrado que esta estrategia puede ser segura y eficaz en las comunidades estadounidenses. Un artículo de 2018 en el New England Journal of Medicine destacó el éxito de este y otros programas piloto e hizo un llamado al Congreso a aprobar legislación que permitiese que los profesionales de salud prescriban metadona como un MAT a sus pacientes con desorden en el uso de sustancias. En enero de 2020, la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NASEM) hizo un pedido similar. Yo también he esbozado este argumento

En una edición reciente de Health Affairs, Zoe Adams y otros presentan un argumento contundente a favor de permitir que los profesionales de salud prescriban metadona para llevar a casa a sus pacientes con desorden en el uso de sustancias, diciendo: “La dosificación de metadona para llevar a casa debería ser decidida en base a la ciencia, los clínicos y los pacientes”. Señalan a la legislación introducida por el Representante Donald Norcross (Demócrata de Nueva Jersey), llamó la Ley de Acceso al Tratamiento para Opioides de 2022 (H.R. 6279) como defectuosa, pero un paso en la dirección correcta. Estoy de acuerdo. 

Felicito a los autores de este artículo y espero que los formulados de las políticas lo consideren seriamente.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 27 de mayo de 2022.