Paraguay: Mercosur y la idea predominante
Víctor Pavón dice que "El principio alrededor del cual gira el Mercosur se basa en la idea dominante de la sobrevaloración de la política sobre el derecho, como en efecto, lo dijo en su momento el presidente Mujica de Uruguay, afirmación con la que todos los demás mandatarios consintieron, para así explicar nuestra expulsión".
por Víctor Pavón
Recuerdo que el presidente norteamericano Bill Clinton utilizó una idea dominante que le permitió ganar su primera elección diciendo algo muy sencillo: “Es la economía, estúpido”. Una frase, por cierto, fuerte, pero no por ello desacertada en aquel momento en que la gente sentía en sus bolsillos sus problemas de todos los días. Lo mismo podría decirse de Ronald Reagan cuando planteó el retorno a la idea de un EE.UU. conservador, el de la familia y el de las tradiciones propias, así como la “Guerra de las galaxias”, para transmitir seguridad y firmeza en su política exterior ante la entonces Unión Soviética.
Hay otros ejemplos. La idea dominante es el tema o principio alrededor del cual gira una situación o problema. Esa idea es imprescindible en la política interna o externa de cualquier país. Sin ellas los grupos que ocupan el poder del gobierno no podrían permanecer en el y, a la inversa, los que desean aquel poder tampoco podrían entusiasmar a su electorado
La idea dominante surge de las mismas necesidades de la gente o se van imponiendo. Esto es, la idea dominante no solo se da en términos de política electoral. También ocurre en el ámbito de las relaciones internacionales. En efecto, lo que está ocurriendo en el Mercosur luego de la expulsión de nuestro país y el ingreso de Venezuela por parte de los demás miembros del bloque sin consideración alguna al voto paraguayo, prueban una fuerte idea dominante.
¿Cuál es esa idea dominante? El principio alrededor del cual gira el Mercosur se basa en la idea dominante de la sobrevaloración de la política sobre el derecho, como en efecto, lo dijo en su momento el presidente Mujica de Uruguay, afirmación con la que todos los demás mandatarios consintieron, para así explicar nuestra expulsión. Desde aquel momento, la idea dominante en el Mercosur ya no responde a la lógica de las relaciones basadas en los valores del derecho internacional, sino en las circunstancias que la política imponga.
De esta manera se explica el ingreso de Chávez al Mercosur aún con el rechazo de Paraguay, hecho violatorio del mismo tratado. Esta idea dominante que venía pergeñándose hace tiempo en la región, apenas necesitaba una oportunidad para ponerla en ejecución. Desde entonces en el Mercosur ya no se puede ocultar la decadencia del derecho para ponerla en manos de intereses ideológicos que solo buscan destruir las bases de la sociedad libre, para así permitir que los grupos ideologizados puedan amasar inmensas fortunas con perversas influencias.
Ahora bien, esta idea dominante en el Mercosur no acaba por quedarse en el molde. Está en permanente dinámica. Nuevamente el Paraguay está siendo objeto de una agresión, esta vez de un modo que para muchos está pasando desapercibida.
La misma se sintetiza en lo que dijo hace días atrás el secretario para la región latinoamericana de la cancillería brasileña, Antonio José Ferreira Simoes: “Paraguay debe continuar suspendido del Mercosur porque las condiciones no han sido alteradas. Vamos a ver que ocurre en las elecciones del año que viene”.
¿Qué quiere decirnos Ferreira Simoes? Quiere decirnos a los paraguayos que a partir de ahora no somos nosotros los que otorgamos legitimidad a nuestros gobiernos, sino que serán ellos, los mandatarios de los países del Mercosur —incluida la Venezuela de Chávez— los que darán la venia, la bendición, el permiso para que el Paraguay sea considerado como país “democrático”.
A ellos no les interesa que nuestros partidos políticos se encuentren en elecciones internas, eligiendo a sus candidatos dentro de las más estrictas reglas de juego que establece nuestro sistema jurídico electoral. Para ellos, Cuba y Venezuela son mejores ejemplos de “democracia” porque forman parte del mismo signo ideológico con la que comulgan.
El Mercosur, de este modo, nos retrotrae a una época que los paraguayos conocemos demasiado bien, y no la olvidamos. La guerra de la Triple Alianza (1864-1870) no fue más que el pretexto para apoderarse del Paraguay, alegándose que supuestamente la guerra era solo contra López, cuando que también se cometió el delito de genocidio contra una población famélica e indefensa.
Aquella vez, inmensos territorios nos fueron despojados; ahora, hasta quieren sacarnos el derecho de legitimar a nuestras propias autoridades. La idea dominante que quieren imponernos es igual a lo que ocurrió con el pensamiento puesto en la Triple Alianza : son ellos los que quieren decirnos si nuestros gobernantes son legítimos.
Esto los paraguayos ya no estamos dispuestos a repetir. Si Cuba y Venezuela son sus modelos a seguir, aquí les decimos que lo pueden seguir creyendo pero que a nuestro juicio están absolutamente equivocados. Esa será su idea dominante, pero no es la nuestra y no estamos dispuestos a acatarla. En el Paraguay, desde aquel 14 y 15 de mayo de 1811 y por el cual nuestros padres cayeron en memorables batallas, tenemos nuestra propia idea dominante: El Paraguay es una República, y la vamos construyendo con nuestras debilidades y fortalezas.
Este artículo fue publicado originalmente en ABC Color (Paraguay) el 27 de diciembre de 2012.