Paganismo moderno

Carlos Rodríguez Braun dice que resulta revelador que la pérdida de los valores religiosos no solo sea compensada con la divinización del medio ambiente, sino que sea acompañada de la pérdida de otros valores fundamentales para la comunidad de personas libres.

Por Carlos Rodríguez Braun

Asociamos el paganismo, o el mundo de los que no son cristianos ni creen en las principales religiones monoteístas, a la Antigüedad clásica. Pero, ¿en qué sentido podemos decir que subsiste aún en nuestros días?

Los pensadores que fueron personas de fe, como Chesterton, han señalado los límites del hedonismo de los paganos y la trivialización de las gratificaciones inmediatas permitiría detectar sus insuficiencias lógicas y morales en la actualidad.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

La escritora y ensayista Helen Dale, que habla del retorno de los paganos, apunta que los romanos del Imperio eran diferentes en su paganismo, aunque en un punto la modernidad es similar, y es la ecología. El supuestamente moderno culto al mundo natural, en efecto, nos remite al pasado más remoto (véase Diosa Naturaleza). 

Resulta revelador, e inquietante, que la pérdida de los valores religiosos no solo sea puerilmente compensada con la invención de fantasías como la divinización del medio ambiente, sino que se vea acompañada de la pérdida de otros valores fundamentales para la comunidad de mujeres y hombres libres. En un foro del Wall Street Journal, se observó que la persecución de la religión por parte del Estado en la enseñanza pública en EE.UU. ha sido simultánea con “el creciente escepticismo con respeto a las instituciones tradicionales en general”.

Esto no parece una mera coincidencia, y su gravedad es difícil de exagerar, porque apunta sistemáticamente a la vulneración de derechos y libertades, a menudo perpetrada en nombre de la defensa de los derechos y las libertades.

Por ejemplo, la sobrevaloración de la gratificación inmediata desactiva nuestra prudencia, desincentiva el ahorro y nos prepara en todos los ámbitos para un sometimiento al poder político cada vez más profuso y profundo.

Y encima, la rendición de nuestra libertad ha de ser motivo de celebración. No hay canción de John Lennon que sea más popular y al mismo tiempo considerada más profunda que Imagine, que anticipa un paraíso en la tierra si conseguimos que no haya religión ni propiedad privada. El disparatado anhelo de Lennon efectivamente se concretó en el comunismo, con decenas de millones de víctimas.

Sin embargo, los modernos paganos podrían reforzar su fe cristiana constatando que los senderos del Señor siguen siendo inescrutables. Así, mientras que Imagine fue considerada en el mundo capitalista como un tema anticapitalista, en las dictaduras comunistas la gente la entonó con la esperanza de imaginar que el socialismo podía quedar atrás –ver Cultura y economía–.

Este artículo fue publicado originalmente en Actuall (España) el 19 de abril de 2021.