Otro aspecto negativo de las licencias ocupacionales

Jeffrey Miron y Jacob Winter sostienen que las licencias ocupacionales no mejoran la calidad de los servicios, pero si reducen su oferta.

Por Jeffrey A. Miron y Jacob Winter

Las licencias profesionales –para médicos, abogados, fontaneros, barberos y otros innumerables oficios– afirman que mejoran la calidad del servicio. Muchas pruebas contradicen esta afirmación. E incluso si las licencias a veces mejoran la calidad, reducen la oferta de servicios y, por tanto, aumentan los precios.

Una investigación reciente (Cato Research Brief nº 378) identifica otro aspecto negativo de la concesión de licencias: la reducción de los ingresos en otras ocupaciones. El análisis "concluye que un aumento de 10 puntos porcentuales en la proporción de trabajadores con licencia... se asocia a unos ingresos entre un 1,6 y un 2,3 por ciento inferiores en todas las ocupaciones [con cualificaciones similares]. Estos efectos negativos son mayores en el caso de las mujeres, los negros no hispanos y los hispanos nacidos en el extranjero".

La explicación es que la concesión de licencias hace más difícil que los trabajadores cambien de ocupación. "Por ejemplo, un trabajador puede elegir entre trabajar de camarero o de barbero. Si ser barbero requiere una licencia (y ser camarero no), entonces los restaurantes pueden pagar menos a los camareros sin preocuparse de que renuncien para convertirse en barbero".

Además de estos aspectos negativos, la investigación (Cato Research Brief nº 356) concluye que las licencias dificultan a los consumidores la búsqueda de proveedores de servicios necesarios.

¿Cuál es la solución? Eliminar las licencias. Si no se eliminan, los estados deberían reconocer las licencias expedidas por otros estados. La investigación (Cato Research Brief nº 357) sugiere que esto aumentaría "el empleo de profesiones con licencia sin sacrificar la calidad del servicio".

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 15 de abril de 2024.