Nuevos programas estatales para arreglar programas estatales fracasados
David Boaz dice que antes de crear nuevas políticas, deberíamos primero eliminar aquellas que podrían haber causado el mismo problema que estamos intentando resolver.
Por David Boaz
Scott Lincicome señala que “La legislación y regulaciones estadounidenses están llenas de intentos de ‘arreglar’ problemas causados por otras políticas estatales —no mediante la reforma o eliminación de esas políticas sino a través de todavía más subsidios, aranceles, regulaciones o dispensas”. Se enfoca particularmente en las propuestas de política industrial que proponen usar la acción estatal para contrarrestar las políticas estatales existentes —no para derogar aquellas políticas existentes sino para acumular nuevas intervenciones. Pero ese no es el único lugar donde podemos ver el fenómeno.
Considere, por ejemplo, el voto en la legislatura de California para gastar “$100 millones para rescatar a la industria legal de marihuana”, como lo expresa el titular del Los Angeles Times. El dinero no va a ir directamente a los vendedores de marihuana. En cambio, irá a las ciudades y condados para que estas los ayuden a contratar al personal que a su vez ayude a estas empresas a completar los onerosos estudios ambientales necesarios para obtener la licencia requerida. Hace tres años escribí que el horario costoso de regulaciones e impuestos terminarían excluyendo a los pequeños agricultores y empresarios, asegurando que tan solo unas pocas grandes empresas que podrían asumir los costos legales y de cumplimiento dominarían el mercado. Resulta que el cumplimiento es tan costoso que incluso las grandes empresas “continúan luchando para competir con el mercado ilegal grande de marihuana” de granjas y vendedores al por menor que presumiblemente y simplemente no están tratando de legalizarse y registrarse.
O considere el programa federal de vivienda asequible del Presidente Biden de $213.000 millones. Él propone construir 500.000 unidades asequibles y mejorar otras. También “un programa de nuevo, innovador y competitivo de subvenciones” para alentar a las ciudades y estados a reformar o eliminar las normas de zonificación excluyentes. De manera que esa parte es buena pero, ¿por qué las ciudades y estados necesitan una subvención federal para cambiar sus leyes? Mientras tanto, Amazon está planeando gastar $2.000 millones para alentar vivienda asequible. ¿Por qué gastar todo este dinero de los contribuyentes (y accionistas)? Solo arreglen el problema original: las regulaciones de zonificación y uso de la tierra elevan el costo y la complejidad de construir viviendas. Todos estos nuevos programas de vivienda asequible están tratando de arreglar un problema causado por programas estatales existentes. Lincicome concluye:
“Entonces las distorsiones creadas por las políticas económicas establecidas pueden ser empapeladas con nuevas acciones estatales, muchas veces empeorando las cosas todavía más, y pueden socavar las nuevas políticas económicas que podrían en teoría tener una justificación más legítima. Estas viejas políticas, además, son difíciles de reformar y—en muchos casos—de hecho se vuelven más arraigadas con el tiempo”.
Antes de crear nuevas políticas, deberíamos eliminar las políticas que podrían haber causado el mismo problema que estamos tratando de solucionar.
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 17 de junio de 2021.