Héroes del Progreso, Parte 1: Norman Borlaug
Alexander C. Hammond comenta la extraordinaria contribución de Norman Borlaug, quien desarrolló semillas de alto rendimiento, que resisten las pestes y los cambios de clima.
Nuestro primer héroe del progreso es Norman Borlaug, el hombre conocido como “el padre de la Revolución Verde”.
Norman Ernest Borlaug fue un agrónomo y humanitario estadounidense que nació en Iowa en 1914. Luego de recibir su PhD de la Universidad de Minnesota en 1944, Borlaug se mudó a México para trabajar en el desarrollo agrícola para la Fundación Rockefeller. Aunque la fuerza de trabajo de Borlaug se inició para enseñarle a los agricultores mexicanos métodos para aumentar la productividad de sus sembríos, rápidamente se volvió obsesionado con desarrollar mejores cultivos (esto es, que tengan mayor rendimiento por hectárea y que sean resistentes a las pestes y a los cambios del clima).
Como Johan Norberg señala en su libro de 2016 Progress:
“Luego de miles de cruces de trigo, Borlaug logró descubrir un híbrido de alto rendimiento que era resistente a los parásitos y que no era sensible a las horas con luz del día, de manera que podía crecer en distintos climas. Es importante que era una variante enana, dado que el trigo alto requería de mucha energía dando tallos que no eran comestibles y que colapsaban cuando crecían demasiado rápido. El trigo nuevo fue introducido rápidamente en todo México”.
De hecho, para 1963, 95 por ciento del trigo mexicano era de la variedad de Borlaug y la cosecha mexicana de trigo aumentó por un factor de seis de lo que había sido cuando él llegó por primera vez al país hace 19 años.
Norberg continúa, “en 1963, Borlaug se mudó a la India y Paquistán, justo cuando se encontraban enfrentados a la amenaza de una hambruna masiva. Inmediatamente, ordenó que 35 camiones de semillas de alto rendimiento sean enviados de México a Los Ángeles, para poder reenviarlos desde allí”. Desafortunadamente, el convoy de Borlaug se enfrentó a problemas desde un principio; fue detenido por la policía mexicana en la frontera debido a una prohibición de importación de semillas, y luego fue demorado por las manifestaciones en contra del racismo que habían obstruido el puerto de Los Ángeles.
Eventualmente, la carga de Borlaug empezó su viaje a la India, pero esto estaba lejos de ser algo sencillo.
Antes de que las semillas llegasen al sub-continente, los monopolios estatales de la India empezaron a trabajar en contra de la carga de Borlaug y entonces, una vez que llegó al puerto, se descubrió que la mitad de las semillas habían sido matadas debido a un exceso de fumigación en las aduanas. Si esto no era suficiente, Borlaug se enteró que el gobierno indio estaba planificando prohibir la importación de fertilizantes dado que “querían desarrollar la industria doméstica de fertilizantes”. Afortunadamente, esa política fue abandonada una vez que Borlaug memorablemente retó al Primer Ministro de la india.
Borlaug recordó después, “Me fui a dormir pensando que el problema finalmente estaba resuelto y me levanté con la noticia de que se había desatado una guerra entre India y Paquistán”. En medio de la guerra, Borlaug y su equipo continuaron trabajando sin descanso para sembrar las semillas. Muchas veces los sembríos estaban a la vista del cruce de fuego.
A pesar de una siembra tardía, los rendimientos en India aumentaron en un 70 por ciento en 1965. El éxito comprobado de estos cultivos junto con el miedo de una hambruna en tiempos de guerra, significó que Borlaug obtuvo el permiso de los gobiernos de Paquistán y de la India para desarrollar su programa a una escala mayor. La siguiente cosecha fue todavía más exitosa y la hambruna en tiempos de guerra fue evitada.
Los dos países agradecieron considerablemente a Borlaug. El ministro de agricultura de Paquistán fue a la radio a celebrar las nuevas variedades de cultivos, mientras que el ministro de agricultura de la India incluso sembró la zona central de su cancha de crícket con el trigo de Borlaug. Luego de un envío gigantesco de semillas en 1968, la cosecha en ambos países se disparó. Se reportó que no habían suficientes personas, vagones, camiones o facilidades de almacenamiento para lidiar con la abundante cosecha.
Esta transformación extraordinaria de la agricultura asiática en los sesenta y setenta casi desapareció las hambrunas de todo el continente. Para 1974, las cosechas de trigo se habían triplicado en la India y, por primera vez, el sub-continente se volvió un exportador neto del cultivo. Norberg señala, “hoy ellos (India y Paquistán) producen siete veces más trigo que lo que producían en 1965. A pesar de una población que crece rápidamente, ambos países están mucho mejor alimentados que lo que solían estar antes”.
A las variedades de trigo y de arroz enano de Borlaug que vinieron después se les atribuye la Revolución Verde. Luego de la guerra entre India y Paquistán, Borlaug pasó años en China y luego en África.
En 1970, Borlaug recibió el Premio Nobel de la Paz por sus logros. El es una de las siete personas que ha recibido la Medalla de Oro del Congreso y la Medalla Presidencial de Libertad, además del Premio Nobel. Se dice que estaba particularmente satisfecho cuando la gente de Sonora, México, donde hizo uno de sus primeros experimentos, nombró una calle en su honor.
El trabajo de Norman Borlaug sin duda cambió el mundo para bien, salvando casi mil millones de vidas.
Este artículo fue publicado originalmente en HumanProgress.org (EE.UU.) el 12 de septiembre de 2018.