Paraguay: Además de la ley de responsabilidad fiscal
Víctor Pavón considera que la ley de responsabilidad fiscal propuesta por el presidente Horacio Cartes va en la dirección correcta aunque además de una ley se requiere cambiar el modelo mediante el cual "Se considera al Estado como dispensador de privilegios y de riqueza personal, en donde no interesan ni se respetan los recursos pagados por los contribuyentes".
Por Víctor Pavón
El presidente Horacio Cartes se ha decidido correctamente por proponer una ley de responsabilidad fiscal. El propósito, entre otros, consiste en evitar el crecimiento de los gastos corrientes, sin contrapartida genuina de los ingresos. El año pasado, infelizmente, se rompió con una tradición superavitaria de ocho años, llegándose en el presente al déficit fiscal. Si no se toman medidas, como la mencionada legislación, el fisco irá cayendo en un desorden estructural de graves consecuencias sobre la economía en su conjunto.
El desorden es presupuestario y fiscal y no debe seguir. De modo que el presidente está viendo correctamente la cuestión, ocupándose de restablecer las finanzas desordenadas. La llamada de atención es legislativa y se halla dirigida hacia la práctica común de inflar el gasto público desconociendo los ingresos requeridos.
Supongo que el presidente Cartes también debe saber que esta ley de responsabilidad fiscal es apenas el comienzo de algo todavía mayor. Contener los gastos corrientes irresponsables es, sin duda, importante. Pero igualmente el nuevo gobierno debe iniciar la ciclópea tarea de transformar, mejor dicho desmantelar, el actual modelo de gestión estatal. Este modelo está implantado en la mente de demasiados dirigentes. Predomina la ineficiencia exacerbada por la corrupción sobre la gestión eficiente basado en la ética pública. Se considera al Estado como dispensador de privilegios y de riqueza personal, en donde no interesan ni se respetan los recursos pagados por los contribuyentes.
Este modelo estatal se fue imponiendo a lo largo de estos años. Se encuentra a contramano de lo que la gente desea y exige. Solo por citar dos ministerios importantes en la materia, como el de Educación y Salud, en éstos se observan procesos de deterioro presupuestario, con direcciones que se superponen entre sí y una gestión que acaba por no llegar a servir a la ciudadanía. En algunas secciones ni siquiera se cuenta con un manual de funciones.
De ahí que el presidente Cartes además de promover leyes correctas como el de la responsabilidad fiscal, debe desmantelar aquel modelo que hoy está agotado y no hace más que sacar oportunidades de progresar a la gente, las mismas oportunidades de las que el presidente suele señalar con acierto e insistencia.
Además, y salvando algunas diferencias, en la actualidad asimismo sucede en Europa, acuciada por el desempleo. El Estado está desmoronándose a causa de incumplir con sus tareas de velar por la seguridad, la propiedad, las finanzas sanas y una política prudente. Se ha relegado al olvido una regla de oro, ya sea en el sector público como en el privado, que los beneficios que cualquiera desearía tener en su vida, requieren de pagar el precio de tan importantes y deseosos beneficios.
Los problemas fiscales y financieros que hoy se notan en países desarrollados incluso, no son más que el efecto de una causa primaria que tiene marca internacional, sin importar que sean países ricos o pobres.
Básicamente, no se puede gastar más de lo que se recauda, que cualquier incremento del gasto a favor de alguien o en forma de programas, requiere gastar menos en otros sectores y que la legión de funcionarios y políticos administrando esos programas terminan por convertirse en el mejor caldo de cultivo de la corrupción.
Este es el modelo de pensamiento y práctica a cambiar. Es además de la ley de responsabilidad fiscal. Caso contrario, pronto contaremos con leyes de responsabilidad fiscal guardadas en los archivos.