La Escuela Austriaca de economía en Argentina
Adrián Ravier hace un recuento de la evolución de la Escuela Austriaca de Economía en Argentina.
Por Adrián Ravier
La Escuela Austriaca de Economía nace en Viena, en 1871, con los aportes de Carl Menger. Su mayor protagonismo lo alcanza en los años 1920 y 1930 con las obras de Ludwig von Mises y Friedrich Hayek, y en concreto con debates importantes frente a los socialistas, frente a los macroeconomistas de Cambridge como John Maynard Keynes y también frente a John Clark y Frank Knight sobre temáticas específicas como la teoría del capital.
En Argentina, sin embargo, las ideas de la tradición austriaca recién penetran en los años 1940, seguramente como respuesta al abandono de las ideas liberales presentes en las bases constitucionales de Juan Bautista Alberdi, y al abrazo de un intervencionismo y un proteccionismo creciente en la década anterior.
A partir de 1942 en un aula de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, se reunían cada dos semanas Carlos Luzzetti (quien completó sus estudios en Oxford), William L. Chapman (quien luego fue Decano de la mencionada casa de estudios), Alberto Benegas Lynch (miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas) y José Santos Gollán (h) (más tarde Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA) para estudiar el libro de Gottfried Haberler Prosperidad y depresión, publicado originalmente en inglés en 1937. Haberler, asociado hoy con la Universidad de Chicago, había participado como asistente en el seminario privado de Mises en Viena, y había escrito este libro para estudiar las diversas teorías existentes sobre los ciclos económicos. El libro en cuestión cita a Böhm Bawerk, Mises, Hayek, Lionel Robbins y Fritz Machlup, entre otros autores destacados de la tradición.
Interesado en profundizar en esas ideas Alberto Benegas Lynch contactó a la Foundation for Economic Education (FEE) y tomó contacto con su Presidente, Leonard Read, quien a su turno hizo posible su visita a Nueva York, lo que abrió un canal de diálogo y encuentros con Mises y Hayek.
Ya en la década siguiente, y en concreto en 1957, Benegas Lynch funda el Centro de Estudios sobre la Libertad, el que desarrolla al menos tres grupos de actividades fundamentales para comprender la raíz del pensamiento austriaco en Argentina.
En primer lugar, traduce y publica varios libros de economía austriaca al español. Entre esas publicaciones destaca una revista titulada “Ideas sobre la Libertad” que permitió la expansión de las ideas tanto en Buenos Aires como en el interior.
En segundo lugar, el Centro invitó a los mencionados Read, Mises y Hayek a disertar en Buenos Aires, a los que luego se sumaron Hans Sennholz, Bruno Leoni, Lucas Beltrán y Percy Greaves, entre muchos otros. Las seis conferencias de Mises en la Universidad de Buenos Aires quizás fueron las más destacadas, hoy compiladas en un libro titulado Política económica (Unión Editorial).
En tercer lugar, el Centro becó a numerosos jóvenes para que pudieran doctorarse en EE.UU., destacándose la figura de Juan Carlos Cachanosky, quien completó su doctorado bajo la dirección de Hans Sennholz en 1983.
En una entrevista que tuve la fortuna de hacerle, Juan Carlos comenta que fueron los trabajos de Henry Hazlitt los que movieron las estanterías de su formación keynesiana. Escribió una carta a FEE, y fue precisamente Leonard Read quien amablemente le facilitó el teléfono de Benegas Lynch, con quien rápidamente entró en contacto, y le prestó varios libros de los austriacos, que en esa época eran muy difíciles de conseguir. En la misma entrevista, Juan Carlos destaca que en aquella época, como estudiante de economía en la UCA conoció a Alejandro Chafuén, y juntos empezaron a participar en las actividades de la Escuela de Educación Económica del Contra Almirante Sánchez Sañudo.
La posta de todos estos (y otros) esfuerzos de Benegas Lynch, la toma su hijo, quien en mayo de 1978 invita a Juan Carlos Cachanosky a incorporarse al Departamento de Investigaciones de la Sociedad Rural Argentina. (Posiblemente sea correcto afirmar que Benegas Lynch y Cachanosky son los dos apellidos más importante en las raíces del pensamiento austriaco en Argentina). Unos meses después, en agosto, Alberto Benegas Lynch (h) y un grupo de empresarios fundan ESEADE, la primera Escuela de Negocios que ofrece estudios de posgrado en nuestro país.
ESEADE forma un departamento de investigaciones con nombres destacados para la Escuela Austriaca en Argentina, cada uno de los cuales requeriría una nota aparte. Nos referimos a Juan Carlos Cachanosky, Gabriel Zanotti, Federico Thomsen, Alfredo Irigoin, Eduardo Zimmermann, Ricardo Manuel Rojas, Enrique Aguilar, entre otros. La incorporación de Ezequiel Gallo como Director de este Departamento le dio un vuelvo fundamental, convirtiendo a jóvenes entusiastas en académicos profesionales. Más tarde, el propio Juan Carlos Cachanosky será Director de este departamento. Las investigaciones de esta época hoy se pueden encontrar en Libertas, la revista académica de ESEADE, nacida en 1984 y publicada semestralmente hasta hoy.
Alberto Benegas Lynch (h) fue Rector de ESEADE durante 23 años, y durante ese tiempo sus cuatro programa de Maestría en Economía y Administración de Empresas, en Economía y Ciencias Políticas, en Derecho Empresario y en Finanzas, formaron centenares de graduados muchos de los cuales hoy dirigen las empresas más importantes del país. Esa formación incluía e incluye hoy día cursos donde el emprendedor es el motor de la economía, y el proceso de mercado aunque siempre en desequilibrio no es caótico, sino que permite coordinación.
En 2001 Alberto Benegas Lynch (h) deja ESEADE para presidir la Fundación Friedrich Hayek, y deja el cargo a Martín Krause, quien también lo sucede como titular de cátedra de economía en la Facultad de Derecho de la UBA. Krause convoca a Gabriel Zanotti a dirigir el Departamento de Investigaciones, donde aparece una nueva generación de intelectuales interesados por la obra de Hayek y la Escuela Austriaca. Destacan allí Eduardo Stordeur y Eliana Santanatoglia en el área de derecho, Constanza Mazzina en ciencias políticas, Ricardo López Gottig en historia y yo personalmente estudiaba temas económicos.
Este departamento de investigaciones recibía frecuentemente la visita de académicos de diversa ideología, desde un Axel Kicillof hasta un joven Javier Milei, alcanzando siempre un diálogo respetuoso que nos nutría a todos desde un enfoque multidisciplinar.
En paralelo con la trayectoria de Alberto Benegas Lynch (h) en ESEADE, Juan Carlos Cachanosky tomaba la dirección de la Escuela de Negocios de la Universidad Francisco Marroquín en Guatemala, llevando un cuerpo docente argentino (del cual tuve la fortuna de participar) a dictar clases en programas internacionales. Juan Carlos siempre insistió a su cuerpo docente que debían doctorarse para alcanzar el más alto nivel, y ello le permitió contar con un equipo de alta calidad donde destacaban Alejandro Gómez en historia económica, Pablo Guido y Sebastián Landoni en economía, y Florencia Roca en Finanzas.
Poco tiempo después Ricardo Manuel Rojas se convierte en Director de la Fundación Hayek y el departamento de investigaciones de ESEADE se traslada a esas oficinas bajo la dirección de Osvaldo Schenone, Doctor en economía de Chicago, y con Gabriel Zanotti como sub-director. A ese departamento de investigaciones se suman nuevos jóvenes investigadores como Nicolás Cachanosky, hijo de Juan Carlos, quien poco después completa su doctorado en economía en Boston, y se convierte en profesor de tiempo completo en Denver, EE.UU.
Alrededor del 2007, Unión Editorial desembarca en Argentina, ya no sólo con envíos de miles de libros, sino con la intención de tener ediciones propias en América Latina. Unión Editorial es en el mundo hispano la principal editorial en publicar libros de la Escuela Austriaca, actividad iniciada por Juan Marcos de la Fuente y seguida hoy por su hijo Juan Pablo Marcos. En Argentina Rodolfo Distel es quien dirige Unión Editorial, la que ha publicado en la última década centenares de obras clásicas y nuevos títulos que se exportan al interior, a los países limítrofes, e incluso llegan a todo el Continente.
Sería injusto no mencionar al profesor Francisco Navarro Vilches en formar austriacos en Mendoza; lo mismo con Rogelio Pontón y su esfuerzo por formar jóvenes austriacos en Rosario; Federico Fernández por ejemplo ya lleva organizados más de diez Congresos Internacionales de la Escuela Austriaca en esa ciudad con la Fundación Bases que preside; y por supuesto habrá que mencionar tantas otras instituciones para las cuales aquí ya no tenemos espacio.
Sin dudas que el trabajo entusiasta de Javier Milei está expandiendo las ideas de la Escuela Austriaca en Argentina, pero pienso que vale la pena señalar la plataforma sobre la que se sostiene este proceso, destacando el trabajo de hormiga de muchas personas e instituciones que también contribuyeron al mismo fin.
Este artículo fue publicado originalmente en Infobae (Argentina) el 23 de octubre de 2021.