Sir Anthony Fisher, campeón de la libertad
Por Carlos A. Ball
Tuve el privilegio de conocer a Antony Fisher en Queens' College, Cambridge, en 1984, durante la conferencia de la Sociedad Mont Pelerin que celebraba el 40° aniversario de la publicación de "El camino de Servidumbre", dedicado por su autor -y fundador de la Mont Pelerin- Friedrich Hayek a los socialistas de todos los partidos. Indiscutiblemente que ese fue uno de los libros más trascendentales del siglo XX, logrando despertar a la humanidad de los sueños colectivistas que entonces predominaban a ambos lados del Atlántico. Hayek argumentó que la barbarie es la consecuencia inevitable, aunque no intencional, del proyecto socialista de reorganizar nuestra civilización comercial, advirtiendo que la gradual pérdida de libertad individual conduce al ciudadano, drogado por las nobles ideas de la "justicia social", del Estado nodriza sueco a los campos de concentración soviéticos.
Recientemente ha sido publicada biografía "Antony Fisher, campeón de la libertad" por Gerald Frost (Profile Books, Londres 2002). El autor relata que Fisher leyó en la revista "Selecciones del Reader's Digest", de abril de 1945, una versión condensada del libro de Hayek. Esta impactó tanto al joven piloto de la Real Fuerza Aérea que pronto fue a visitar al profesor Hayek al London School of Economics, fundada por socialistas fabianos que continuaban dominando la cátedra de ciencias políticas, mientras que en economía prevalecían profesores liberales, críticos de Keynes, como Arnold Plant, Lionel Robbins y el mismo Hayek.
Fisher consultó a Hayek sobre la mejor manera de influenciar las políticas públicas y éste lo disuadió de lanzarse a una carrera política, explicándole que las grandes batallas de las ideas las llevan adelante los intelectuales. En el mundo de entonces predominaban las ideas socialistas que veían erradamente la Gran Depresión como una falla del capitalismo, sin detectar que el nacional socialismo, el fascismo y el comunismo son los resultados finales de la planificación central, la nacionalización de los medios de producción, la inflación y devaluaciones provocadas por el intento de combatir el desempleo a través del gasto público y las regulaciones con las cuales se intenta redistribuir la riqueza y "proteger" al débil, violando así los derechos de propiedad y el imperio de la ley. Ya en los años treinta, el famoso periodista estadounidense Walter Lippmann había descrito a las dos ideologías más poderosas de la época, el fascismo y el comunismo, como versiones extremas del impulso colectivista.
La recomendación de Hayek a Fisher fue unirse a otros en la creación de un instituto de estudios públicos para suplir ideas y soluciones, a través de investigaciones, conferencias, seminarios y publicaciones, a los intelectuales, profesores, periodistas y políticos, demostrando la aplicación práctica de los fundamentos de la filosofía de la libertad y la economía de mercado.
Antony Fisher siguió al pie de la letra el consejo de Hayek, dedicando gran parte de su fortuna personal a la creación de institutos de estudios públicos, primero en Londres, con la fundación del Institute of Economic Affairs, bajo la magistral dirección de Ralph Harris y la guía editorial de Arthur Seldon, quien puso a los economistas a escribir prosa inteligible. Fisher se aseguró que sus institutos persiguieran el objetivo de la persuasión intelectual, en lugar del activismo político.
El modelo del IEA fue repetido por Fisher en la creación del Pacific Research Institute en San Francisco y el Manhattan Institute en Nueva York. Luego tuvo la brillante idea de fundar una organización internacional que se ocupara de promover, guiar y ayudar a intelectuales de todo el mundo a crear sus propios institutos o "think tanks", llamándola Atlas Economic Research Foundation, hoy presidida por el economista argentino Alejandro Chafuen.
Al final de la biografía hay una lista de 90 fundaciones en 39 países, desde Albania a Venezuela, en cuya creación y desarrollo Antony Fisher y Atlas colaboraron. De esa misma reunión de la Sociedad Mont Pelerin en 1984 y de las conversaciones con Antony Fisher surgió la idea de fundar el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice) en Caracas y ese mismo año Hernando de Soto, por recomendación del profesor Hayek, se puso en contacto con Fisher para fundar el Instituto Libertad y Democracia en Lima.
Para los amigos y admiradores de Antony Fisher fue grato recibir ejemplares de su biografía durante la reunión de la Mont Pelerin en Londres a principios de octubre. Allí tuvimos la oportunidad de honrar a distinguidos miembros, como Milton Friedman, James Buchanan, Gordon Tullock, Gary Becker, Harold Demsetz, Henry Manne y Armen Alchian. Y también celebramos el premio Nobel de economía concedido este año a otro miembro de nuestra sociedad, Vernon Smith. La organización de la conferencia fue responsabilidad del Institute of Economic Affairs y allá elegimos presidente de la Sociedad Mont Pelerin al gran historiador liberal estadounidense Leonard Liggio, actualmente vicepresidente ejecutivo de Atlas Economic Research Foundation. Fisher falleció en 1988, pero su obra florece alrededor del mundo.
Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE)
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