Impulsando el nuevo modelo laboral: flexibilidad y dinamismo
Jesús Renzullo explica que la mayor inestabilidad laboral del mercado laboral resultante de la Cuarta Revolución Industrial es compensada con la diversificación de ingresos.
Por Jesús Renzullo
En un popular reporte hecho por Frey y Osborne (2013), se estimó que con la llegada de la Cuarta Revolución Industrial, alrededor del 47% del empleo en EE.UU. estaba en riesgo de automatizarse. Esta declaración, por demás alarmante, ha sido fuertemente criticada por varias razones.
Primero, los trabajos consisten en varias tareas, de las cuales unas cuantas no son fácilmente automatizables, por lo que no es posible eliminar puestos en su totalidad. Segundo, el miedo a la destrucción del empleo es tan vieja como lo son las revoluciones industriales. Desde la primera revolución industrial se ha tenido el temor de que las máquinas reemplacen en su totalidad a los humanos, cuando en la realidad siempre se crean muchos más empleos mejor remunerados y menos intensivos en fuerza bruta. La gente tiende a sobreestimar la destrucción de empleos producto del desarrollo y subestimar el potencial de los nuevos empleos por el nacimiento de nuevas empresas e industrias.
Luego de una investigación más profunda, Arntz y al. (2016) determinaron que las tasas de automatización en EE.UU. serían del 9% solamente. Las tasas en los países desarrollados oscilan entre el 12% y el 6%. Hay consenso entre los economistas expertos en empleo de que el desempleo masivo no es una posibilidad en las décadas venideras.[1]
Podemos, entonces, sentirnos seguros de que no nos quedaremos sin puestos de trabajo que llenar. Pero aún existe una gran preocupación alrededor de la Cuarta Revolución Industrial: ¿Seguiremos trabajando de la misma manera o tendremos que adaptarnos a un nuevo modelo?
La realidad es que un nuevo modelo laboral está naciendo, lleno de oportunidades así como de algunos retos.
Este nuevo modelo se caracteriza por: 1. Un sistema de empleo “por proyectos” con varios empleadores en contraste con el sistema antiguo de trabajador fijo; 2. Trabajos intensivos en creatividad en contraste con los trabajos mecánicos o intensivos en fuerza bruta; 3. Una diversificación de las habilidades de los trabajadores en contraste con la híper especialización del modelo anterior.
Antiguamente, el modelo común de desarrollo laboral enfatizaba el desenvolvimiento del trabajador dentro de la empresa, donde escalaba paulatinamente puestos hasta llegar a la cima luego de décadas de arduo trabajo. Esto se ve reemplazado por el nuevo modelo de “crowd work” o modelo on-demand que está desarrollándose en la actualidad. Hoy en día, individuos completan una serie de tareas para varias compañías o individuos según estos lo demandan. Servicios freelancing por internet (a través de plataformas como Fiverr o ClickWorker) o aplicaciones para solicitar servicios de envío, limpieza, cuidado infantil, etc. (como Uber, Care.com o Taskrabbit) se hacen cada vez más famosas y tienen cada vez más trabajadores deseosos de proveernos de sus servicios.
La segunda característica del nuevo modelo es la proliferación de trabajos intensivos en creatividad y la reducción de trabajos mecánicos o intensivos en fuerza bruta. Antiguamente, las fábricas se llenaban con trabajadores que cumplían cada uno un pequeño paso en la producción de bienes. Cientos de individuos ayudaban a ensamblar mecánicamente cada uno de los autos que luego los consumidores compraban; obreros trabajaban cargando sacos de cemento y grava para construir los edificios en los cuales ahora residimos; granjeros plantaban una por una las semillas que se convertirían en las frutas y vegetales en nuestros supermercados.
Pero ese modelo ha perdido vigencia con el pasar de las revoluciones industriales. Las máquinas se han hecho más inteligentes y actualmente se pueden programar para ejecutar tareas repetitivas y precisas de una manera mucho más veloz y a un menor costo.
En contraste, nosotros los seres humanos ahora somos capaces de concentrarnos en lo que mejor sabemos hacer: pensar. De acuerdo con un reporte del Foro Económico Mundial respecto al futuro del empleo, mientras que para 2015 la creatividad era la décima habilidad más importante, para el 2020 se cree que será la tercera, luego de resolución de problemas complejos y pensamiento crítico. Uno de los sectores que más ha crecido entre los últimos años ha sido el creativo, sobre todo en países desarrollados, incluso durante la crisis financiera del 2007-2008.[2]
Finalmente, hay un cambio respecto a cómo se desarrolla el trabajador dentro de su ambiente laboral. Como el nuevo modelo laboral no confina al trabajador en una compañía que se encarga de su desarrollo profesional, éste adquiere habilidades diversas trabajando con distintas firmas gracias al modelo de crowd work. Su desarrollo como trabajador se convierte en su propia tarea y por lo tanto se centra en mejorar sus habilidades para ser atractivo al mercado, en vez de desarrollarse para cubrir las necesidades de una empresa específica.
Estas tres características componen los modelos de trabajo conocidos como Protean y Boundaryless, que traen tanto retos como oportunidades para los trabajadores de nueva generación.
Los principales retos a los que se enfrentan son: 1. la inestabilidad laboral y los problemas de ansiedad relacionados con ellos; 2. La responsabilidad del trabajador de procurarse su desarrollo profesional; y 3. La pérdida de beneficios sociales típicos de los empleos del modelo anterior.
Sin embargo, también posee grandes oportunidades como: 1. La diversificación de ingresos típica del modelo crowd work; 2. Mejor remuneración en empleos intensivos en creatividad: 3. Reducción de los problemas de salud consecuencia de los trabajos mecánicos o intensivos en fuerza bruta; y 4. Mayor sincronía en el desarrollo profesional respecto a las necesidades del mercado.
Muchas de las oportunidades aquí señaladas contrarrestan los efectos negativos del nuevo modelo. La inestabilidad laboral es compensada con la diversificación de ingresos trabajando para distintas compañías a la vez, lo cual crea un sistema laboral que no pone “todos los huevos en una sola canasta”. La responsabilidad del trabajador de procurarse su propio desarrollo le permite educarse en aquello que más le apasiona y/o que más solicita el mercado, en vez de moldearse a las necesidades de una sola empresa (que en el caso de quebrar, dejaría al trabajador en desventaja con un set de habilidades que quizás no necesite el resto del mercado). Finalmente, la pérdida de beneficios sociales se compensa con un mayor ingreso, lo cual le permitirá al trabajador producir su propio plan de retiro, costear sus seguros, pagar por su salud, todo sin depender del sistema burocrático típico de estos beneficios.
Un trabajador más libre, con mejores ingresos y mayores oportunidades de crecimiento son una buena señal de que el futuro que nos trae la Cuarta Revolución Industrial será brillante, siempre que permitamos que ésta se desarrolle en libertad.
Referencias:
[1] Para saber más al respecto, el trabajo de Andreas Hirschi (2017) sobre las implicaciones para las profesiones de la Cuarta Revolución Industrial es muy completo.
[2] Para saber más sobre el crecimiento de los servicios creativos, leer: https://www.gsb.uct.ac.za/po-business-creativity