Reformas al sistema de justicia

Gabriela Calderón de Burgos destaca cómo Brasil fortaleció las instituciones de sus sistema nacional de justicia a lo largo de casi tres décadas.

Por Gabriela Calderón de Burgos

En columnas de colegas, a quienes mucho aprecio, presentan la necesidad de que venga una comisión internacional de la ONU para que venga a “darnos haciendo” la tarea de acabar con la impunidad en el país. Pero para quienes creemos que esto solo se puede resolver en casa, la historia reciente de Brasil nos aporta luces.

El sistema nacional de justicia de Brasil ha logrado llevar a los hombres más poderosos del país ante la justicia y lo ha hecho respetándoles su derecho a un debido proceso y a la presunción de la inocencia.

El abogado Geanluca Lorenzon explica en un estudio que este evidente fortalecimiento de las instituciones que conforman el sistema nacional de justicia de ese país se debe a varios factores.

Uno de estos es la cooperación eficaz. Aunque esta, conocida en Brasil como “delación premiada”, fue introducida en los noventa, no tuvo dientes hasta que varias leyes entre 1995 y 2011 expandieron su alcance a más tipos de delitos. Lorenzon destaca que en 2013 en una “Ley en contra del crimen organizado” se tipificó criterios específicos para aplicar la delación premiada. El COIP nuestro podría ser mejorado en este aspecto. Así fue que en Brasil la delación premiada del ex director de Petrobras derivó en la implicación y posterior condena del Senador Delcídio do Amaral, quien luego, a su vez, llegó a involucrar a la entonces presidenta Dilma Rousseff y al ex presidente Lula da Silva.

Otro factor es el proceso de la selección de jueces, que cambió de tal forma que hoy 80 por ciento de los jueces son seleccionados mediante un proceso abierto y basado en méritos que explícitamente ignora las conexiones políticas de los candidatos. Los candidatos deben haber culminado la carrera de Derecho, haber ejercido al menos tres años la carrera para concursar por el puesto. Luego deben atravesar un proceso de cinco pasos: los primeros dos pasos tienen que ver con evaluaciones que ponen a prueba los conocimientos legales de los candidatos; el tercer paso evalúa la salud mental y física; el cuarto paso es un examen oral; y el quinto paso consiste de una puntuación en torno a las publicaciones académicas del candidato, credenciales y otras características. Uno de los jueces seleccionados mediante este proceso es el ahora célebre juez Sergio Moro, quien desde la Corte Federal de Curitiba logró llevar ante la justicia a Lula da Silva.

Otra reforma importante se realizó en 2004 creando el CNJ y el CNMP, dos instituciones creadas para supervisar al poder judicial y a la fiscalía. Si bien nosotros hemos intentado algo similar con el Consejo de la Judicatura, este no ha gozado de independencia frente al ejecutivo, incluso se convirtió en una institución que disciplinaba a los jueces que no fallaban según los deseos del ejecutivo. Por ejemplo, el CNJ tiene la misión explícita de velar por la independencia del poder judicial. 

Nada de esto se hace de la noche a la mañana. Pero al final del día tendríamos un sistema nacional de justicia que logra llevar a rendir cuentas hasta los individuos más poderosos del país, y podríamos jactarnos de haberlo hecho respetando los derechos fundamentales de nuestros ciudadanos.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 11 de enero de 2019.