Los beneficios de la dolarización en El Salvador
Manuel Hinds explica cómo se benefició El Salvador de la dolarización durante la última década.
Por Manuel Hinds
Aprovecho el artículo de don Julián Salinas, “Lecciones de la dolarización: el caso de El Salvador” publicado en La Nación del martes 8 de junio del 2010, para exponer los resultados del proceso de dolarización en El Salvador, que podrían ser de interés para los costarricenses.
La dolarización reemplaza la moneda local con el dólar, de tal forma que todas las cuentas en los bancos —depósitos, créditos, capital, etc.— están en dólares, igual que los billetes en circulación.
Mucha gente confunde la dolarización con el régimen de caja de convertibilidad que colapsó en Argentina en 2001. La dolarización es totalmente diferente, ya que en la caja de convertibilidad hay una moneda local y una tasa de cambio entre esta y el dólar (que en Argentina era uno a uno).
En la dolarización, la moneda local desaparece y queda solo el dólar. Lo importante es que esto suceda en las cuentas de los bancos, ya que la inmensa mayoría de las transacciones en la economía se llevan a cabo a través de ellos.
En El Salvador, la ley convirtió a dólares todas las cuentas bancarias y permitió que los billetes de colones siguieran circulando. Estos, sin embargo, desaparecieron después de unos meses por falta de demanda.
Beneficios. La dolarización trajo varios beneficios al país. Primero, las tasas de interés cayeron inmediatamente, aliviando la carga financiera de las empresas, los compradores de vivienda y los consumidores. Las tasas cayeron a pesar de que en Latinoamérica los intereses subieron durante la crisis de 2001-02.
Desde entonces, las tasas salvadoreñas han sido las más bajas o las segundas más bajas en Latinoamérica. Como resultado, los prestatarios privados se ahorraron $3.000 millones en pagos de intereses en el período del 2001 al 2009.
Este ahorro ha permitido a las empresas aumentar sus inversiones productivas y pagar mejores sueldos, mientras que para los compradores de vivienda y los consumidores fue como un aumento de sueldo que no causó costos a las empresas.
Segundo, la dolarización permitió que los bancos prestaran a largo plazo en la moneda en que están denominados los salarios y los precios. Antes de la dolarización, había créditos a mediano y largo plazo pero, como en otros países, estaban denominados en dólares, lo cual generaba un riesgo cambiario muy serio. Si el colón se devaluaba, el monto en colones de los créditos en dólares aumentaría proporcionalmente, amenazando con graves pérdidas a los prestatarios y a los bancos mismos. Con la dolarización los prestatarios pueden tomar créditos de largo plazo sin exponerse a este riesgo.
Tercero, desapareció la segmentación del mercado que existía antes de la dolarización, en la que las empresas pequeñas y la clase media tenían que tomar prestado en colones mientras que los que tenían garantías en dólares podían prestar en esta moneda con menores costos. Esto ayudó a nivelar la competencia entre empresas de diversos tamaños.
Cuarto, la dolarización les quitó a los políticos el poder de inflar la economía a través de imprimir dinero, con lo que se institucionalizó una tasa baja de inflación y se dio confianza a los inversionistas de que sus utilidades y su capital no serían devaluados.
Desde el 2001, El Salvador ha estado entre los dos o tres países con menor inflación en Latinoamérica. Cuando se implementó la dolarización, los comerciantes redondearon hacia arriba cuando tradujeron los precios de colones a dólares. Pero con todo y el redondeo, que fue un fenómeno temporal, la inflación en ese año fue de sólo 3,8%.
Existe la idea de que los países dolarizados tienen problemas para hacer crecer sus exportaciones porque no pueden devaluar su moneda. En realidad, la dolarización ha fomentado las exportaciones porque reduce los intereses y el costo del capital. Esto, más la seguridad de que no habrá manipulaciones populistas de la moneda, ha fortalecido el atractivo de invertir en el país.
El Salvador no ha devaluado desde 1992 y sin embargo sus exportaciones han crecido más que las de la mayor parte de Latinoamérica desde esa fecha.
Últimamente, sus exportaciones han crecido menos que las del resto de la región, pero esto ha sido porque El Salvador no ha gozado del aumento de los precios de productos primarios, que casi no exporta.
Frente a las crisis. Se dice también que los países dolarizados están en desventaja porque su banco central no puede emitir moneda para contrarrestar una crisis. La verdad es que los países no dolarizados tampoco pueden emitir moneda sin perder reservas en dólares, como recientemente comprobaron varios países centroamericanos.
En las crisis todos necesitan dólares, los dolarizados y los no dolarizados, de modo que los últimos no están en desventaja. Al contrario, la dolarización reduce el riesgo de fugas de capital al eliminar el temor a l devaluaciones, lo que más erosiona las reservas.
Resumiendo, la dolarización ha traído grandes ventajas a El Salvador sin causarle los problemas que muchos creen que están asociados con ella.
El resultado neto ha sido altamente positivo, particularmente en tiempos de grandes incertidumbres económicas y políticas como los que estamos viviendo.
Este artículo fue publicado originalmente en La Nación (Costa Rica) el 10 de junio de 2010.