Libertad económica e igualdad de género van de la mano
Guillermina Sutter Schneider reseña el capítulo sobre igualdad de género y libertad económica del Informe Anual de Libertad Económica en el Mundo 2017.
Por Guillermina Sutter Schneider
El nuevo Índice de Libertad Económica califica 159 países en base a cinco mediciones de libertad económica: tamaño del Estado, estructura jurídica y garantía de los derechos de propiedad, moneda sana, libertad de comercio internacional y regulación crediticia, laboral y de la empresa.
Publicado por el Instituto Fraser, los datos muestran una fuerte correlación entre la libertad económica y el progreso humano. Las personas que viven en países pertenecientes al primer cuartil de libertad económica no solo gozan de un PIB per cápita promedio mayor que aquellos en el último cuartil, sino que también viven más tiempo, tienen mayores niveles de libertades políticas y civiles y tienden a ser más felices.
Por primera vez, el Índice cambió su metodología para incluir un Índice de Disparidad de Género (GDI, por sus siglas en inglés) que refleja los obstáculos legales y regulatorios sobre las actividades económicas de las mujeres. Los informes anteriores asumían que las mujeres y los hombres enfrentaban las mismas barreras. Pero este no es el caso de muchos países, como Arabia Saudita, donde las mujeres todavía necesitan del permiso de un hombre para conseguir un trabajo o para abrir una cuenta bancaria.
El GDI utiliza datos de los informes del Banco Mundial Mujeres, Negocios y la Ley y 50 años de Derechos de las Mujeres, que siguen de cerca modificaciones en la igualdad de género durante el tiempo. El puntaje de un país en el GDI puede variar de 0 a 1. Esto significa que un país recibirá una puntuación más cercana a 0 si las mujeres no tienen los mismos derechos económicos que los hombres. Por otra parte, un país con una puntuación más cercana a 1 otorga el mismo trato a hombres y mujeres ante la ley, por lo que las mujeres no enfrentan barreras adicionales en la actividad económica.
El año más reciente para el cual los datos más recientes se encuentran disponibles, 2015, el GDI apenas afectó los resultados globales de 122 de los 159 países. Pero para un pequeño grupo de naciones, esta nueva metodología significó una disminución significativa tanto en sus puntuaciones como en sus puestos. Algunos de los países con las mayores caídas fueron Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Jordania, Bahrein, Qatar, Omán, Irán, Egipto, Marruecos y Siria.
La autora del capítulo, Rosemarie Fike, señala que el GDI afectó en mayor medida a la región de Medio Oriente y Norte de África. Muchos de estos países serían relativamente libres económicamente sin las restricciones impuestas a las mujeres. Por ejemplo, los Emiratos Árabes Unidos y Jordania, que habrían estado entre los primeros 20 puestos en el índice de Libertad Económica si el GDI no hubiese sido incluido, cayeron a los puestos 37 y 39 respectivamente.
Otro de los hallazgos más importantes es que las puntuaciones más bajas en el GDI han ido aumentando significativamente desde 1970, cuando los puntajes más bajos oscilaron entre 0,00 y 0,44. En el 2015, oscilaron entre 0,41 y 0,65. Los países han ido eliminando sus barreras a las actividades económicas de las mujeres a lo largo del tiempo al mismo tiempo que las mujeres son cada vez más iguales a los hombres ante la ley.
El siguiente gráfico muestra el promedio de desigualdad de género por cuartiles de libertad económica. Los países en el cuartil menos libre tienen una puntuación más baja en el GDI con un promedio de 0,76. A medida en que uno avanza hacia los cuartiles más altos, los puntajes del GDI aumentan hasta llegar al cuartil de los países económicamente más libres con un puntaje promedio en el GDI de 0,95.
Fuente: Reporte Anual de Libertad Económica en el Mundo 2017; Rosemarie Fike.
La igualdad de género ante la ley mejora a medida que los países se vuelven más libres económicamente. Aquellos que aún restringen los derechos económicos de las mujeres pagarán mayores costos económicos. Tratar a mujeres y hombres como iguales ante la ley trae mayores grados de libertad económica y aumenta el potencial de crecimiento de la sociedad.
Este artículo fue originalmente publicado en Economics 21 (Estados Unidos) el 4 de octubre de 2017.