La maldición de la ayuda externa

Gabriela Calderón dice que relajar los criterios para darle más ayuda externa a los países en desarrollo probablemente no ayudará a reducir la pobreza sino solamente a disminuir la presión fiscal de gobernantes que buscan seguir en el poder.

Por Gabriela Calderón de Burgos

Guayaquil, Ecuador— La semana pasada los líderes del G-20 se propusieron en Londres triplicar los recursos del FMI (de $250.000 millones a $750.000 millones), aumentar en $250.000 millones los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, incrementar los recursos del Banco Mundial en $100.000 millones y darle a esta entidad $250.000 millones para que financie el comercio1. Ellos aprobaron esa inyección de $1,1 billón ignorando la evidencia de que la ayuda externa no solo no ha demostrado ser un factor determinante para dejar la pobreza atrás2 sino que inclusive puede retardar el desarrollo económico y la consolidación de gobiernos democráticos.

Se suele hablar de la “maldición de los recursos naturales” (cuando la riqueza en recursos naturales crea abundantes incentivos y oportunidades para la corrupción), pero es políticamente incorrecto hablar de la otra maldición que acecha a los países subdesarrollados: la ayuda externa. Sin embargo, vale la pena discutirlo ahora que habrá muchos fondos para repartir y una cola cada vez más larga de ministros alineándose para pedir su porción. Inclusive ministros de gobiernos tan “soberanos” y críticos de las instituciones financieras internacionales. Por ejemplo, el gobierno ecuatoriano espera recibir un préstamo de $500 millones del BID antes de diciembre, encima de los $150 millones que ya ha recibido este año3.

Simeon Djankov (Banco Mundial), José Montalvo y Marta Reynal-Querol (Barcelona Graduate School of Economics) realizaron un estudio4 en el que compararon la “maldición de los recursos naturales” con aquella de la ayuda externa. El estudio incluyó a 108 países receptores de asistencia oficial (incluyendo a Ecuador) y comprendía el período de 1960 a 1999. Los autores indican que los recursos naturales y la ayuda externa comparten una característica: “Pueden ser captados por políticos corruptos sin que estos tengan que recurrir a medidas impopulares, y normalmente menos lucrativas, como la tributación”. En este estudio los autores descubren que la ayuda externa tiene un impacto negativo mayor que la dependencia del petróleo, y que las naciones que recibieron más ayuda como porcentaje de su PIB experimentaron el mayor empeoramiento en sus instituciones democráticas. Por ejemplo, entre 1992 y 1996 Zambia recibió 29,52% de su PIB en ayuda externa solo para obtener uno de los mayores retrocesos de entre los 108 países en su calificación de instituciones democráticas.

¿Qué tiene que ver esto con lo acordado en Londres la semana pasada? Mucho puesto que se pretende relajar (todavía más) los criterios para realizar los préstamos y de esta manera los gobiernos desarrollados terminarán regalándole dinero a gobiernos que han demostrado capacidad de apropiarse de los recursos recibidos—por petróleo o en ayuda externa—sin beneficiar a la población en general.

El gobierno ecuatoriano es un ejemplo de esto: luego de gastar la bonanza petrolera ($20.000 millones durante 2007-20085) sin rendir cuentas a la población ni estar sujeto a fiscalización alguna, el BID, la CAF, el FLAR y el Banco de Desarrollo de China están dispuestos a prestarle cuantiosas sumas supuestamente para combatir la crisis y eliminar déficits en la cuenta corriente. En la práctica la ayuda externa servirá para que gobiernos como el nuestro continúen gastando en políticas que solo buscan perpetuar en el poder a los gobernantes actuales, más no el desarrollo a largo plazo del país.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 8 de abril de 2009.

Referencias:

1. “Global Plan for Recovery and Reform: The Communiqué from the London Summit”. G-20. 2 de abril de 2009. Disponible en: http://www.londonsummit.gov.uk/en/summit-aims/summit-communique/.

2. Ver Easterly, William, The Elusive Quest for Growth (MIT Press, 2002) y The White Man’s Burden (Penguin Press, 2006). También tomar en cuenta que según Djankov, Montalvo y Reynal-Querol se gastaron $2,3 trillones en la segunda mitad del siglo XX en ayuda externa sin haber demostrado todavía la efectividad de estos fondos.

3. “Ecuador espera acortar la brecha fiscal con préstamos por $752 millones”. El Comercio. 4 de abril de 2009. Disponible en: http://www.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=267473&id_seccion=6.

4. Djankov, Simeon; Montalvo, José; Reynal-Querol, Marta. “The Curse of Aid”. Banco Mundial. Disponible en: http://www.doingbusiness.org/documents/Djankov_curse_of_aid.pdf.

5. “Boom petrolero dilapidado”. Boletín OJO No. 65. Observatorio de la Política Fiscal. Diciembre de 2008. Disponible en: http://www.observatoriofiscal.org/docs/boletines/boletin65final.pdf.