Venezuela: !Se fue la luz!
Hace cinco años tomé la decisión de salir de mi país debido a varios factores. Uno de ellos, no el principal pero si muy importante, fue la angustia crónica en la cuál vivía debido a los desastrosos servicios públicos. En la zona de Carabobo donde residía el servicio eléctrico se interrumpía dos o tres veces a la semana, con frecuencia por todo un día. La comida congelada se nos arruinaba, sudábamos, teníamos que bañarnos con una vasija. Cuando esto sucedía yo salía corriendo para Tocuyito, a la oficina de Eleoccidente (CADAFE, empresa eléctrica del Estado venezolano) y tenía que pegar gritos para lograr que las cuadrillas de reparación saliesen al campo. La empresa se encontraba ya en una etapa de total desorganización. Allí nadie trabajaba ni a nadie le importaba el usuario, generalmente gente muy humilde de la zona, acostumbrada a guardar silencio frente a los abusos de la fauna gubernamental.
Un día fuí y no encontré a los miembros de las cuadrillas. Entré a las oficinas y la gerente no había llegado aún. Mi indignación fue tan grande que les dije a la gente haciendo cola que debíamos prender en fuego a esas oficinas. Menos mál que llegó la Gerente y, temblorosa, ordenó las reparaciones de urgencia. Ese dia comprendí que, o me iba del país o me iba a convertir en un salvaje, no muy diferente de aquellos quienes estaban destruyendo el país.
Ya el desastre del sector eléctrico venezolano no me afecta directamente pero afecta a millones de venezolanos, tantos quienes adversan a Chávez como a quienes aún lo siguen. Los mismos sindicalistas del sector dicen que CADAFE se murió, debido a la desidia e incompetencia de la gerencia (y, aunque no lo confiesan, también debido a su propia codicia y desidia).
El sector eléctrico venezolano no tiene déficit de capacidad de generación, al menos en teoría. Su capacidad es de unos 22.500 megavatios, si funcionaran bien las plantas y sistemas, mientras que su demanda pico histórica ha sido de unos 16.000 megavatios. Sin embargo, en abril de este año 17 estados se quedaron a oscuras y hace varios días el país entero se quedó sin electricidad. En este momento hay racionamiento operacional semi-disimulado en los estados andinos, en Falcón y en el Oriente. Durante los últimos cinco años Venezuela ha experimentado 507 apagones, 113 de ellos en el 2007. El ministro Ramírez dice que “los apagones son programados, a fin de optimizar el servicio”, añadiendo la burla al insulto. Lo cierto es que el sector eléctrico nacional sufre cuatro crisis en paralelo: gerencial, operativa, institucional y financiera.
La tercera parte de la energía generada es robada por los usuarios. La mitad de la que no es robada ni siquiera es facturada. La mitad de la que si es facturada no es pagada. Finalmente, la que es pagada es subsidiada, ya que a CADAFE le cuesta Bs. 2.800 entregar 200 Kwh y cobra (cuando cobra) Bs. 1.600. El monto de este subsidio debería ser compensado a CADAFE por el régimen de Chávez pero no lo hace. Como resultado, no hay inversiones ni mantenimiento suficientes. El sector requeriría unos 5.000 megavatios de nueva capacidad, lo cuál necesita de una inversión de unos $5.000 millones, dinero que Chávez prefiere darle a Putin para la compra de armas y a Argentina, a cambio de bonos de dudoso valor.
Cuando hay una falla en los sistemas eléctricos toda empresa organizada pone en marcha sistemas de emergencia o de apoyo, los cuáles existen esencialmente para cubrir esas emergencias. La Planta Centro, situada en Morón, Estado Carabobo, fue por mucho tiempo la garantía de que una falla inesperada de la energía hidroeléctrica proveniente de Guayana pudiese ser compensada. Esta planta termoeléctrica comenzó a operar en 1978 y trabajó bien por décadas, hasta que cayó en las pezuñas del chavismo. Según denuncia un grupo de sus operadores (Diario 2001, 30 de agosto de 2008), Planta Centro tiene más de cinco años totalmente paralizada. Los módulos 2, 3 y 4 están parados, el módulo 1 tiene cinco años “convirtiéndose” a gas, proceso que normalmente duraría ocho meses y el módulo 5 se quemó hace unos cinco años y fue convertido en chatarra. Hace unos meses Chávez anunció la “inauguración” de Planta Centro (se refería al módulo 1, el cuál nunca se terminó), lo cual era mentira. Igualmente anunció la inversión de $150 millones en la Planta Pedro Camejo, de Valencia. Fue a “inaugurar” la planta y lo engañaron como a un niño, arrancando !un ventilador! ¿Qué se hicieron los $150 millones?
Este desastre del sector eléctrico venezolano es uno más de los que hay que cargarle a Chávez y su pandilla de incompetentes. Faltan a sus deberes de servidores públicos aquellos quienes debiendo enjuiciar a este desquilibrado mental no lo hacen. Son cómplices de Chávez y de sus crímenes los miembros del llamado poder moral, los magistrados del tribunal supremo de justicia, los miembros de la asamblea nacional y los miembros del alto mando militar, instituciones degradadas por funcionarios frecuentemente serviles y corruptos.
Y nosotros, el pueblo, ¿debemos echar mano a todos los recursos que tienen los ciudadanos de un país amante de la libertad y de la democracia, cuando su constitución ha sido violada por un tiranuelo? Si no lo hacemos, también seremos cómplices del inmenso crimen que ese tiranuelo comete contra la nación venezolana.
¿ Nos podremos ver en el espejo?