Referéndum en Bolivia
Por Ángel Soto
Este domingo se realizará en Bolivia el referéndum revocatoria que definirá la permanencia en el cargo del Presidente Evo Morales, de su vicepresidente Alvaro García Linera y de ocho prefectos.
El acto se realizará en medio de un clima de tensión rodeado de un ambiente de cuestionamiento respecto de su legitimidad no sólo por parte de sus detractores, sino que incluso del propio gobierno. El mandatario lo ha dejado entrever al declarar que, cuando algún jurista le dice “Evo, te estás equivocando jurídicamente, eso que estás haciendo es ilegal’, él responde, “bueno, yo le meto por más que sea ilegal. Después les digo a los abogados: ‘Si es ilegal, legalicen ustedes, para qué han estudiado’”. La verdad es que —aunque pueda discutirse su legitimidad— el referéndum no es ilegal, ya que es una ley de la república aprobada en el Senado.
Las encuestas señalan que Morales cuenta con un apoyo superior al 50% (necesita solo el 47%), de manera que salvo que ocurra un milagro o una catástrofe, lo más seguro es que sea ratificado, pero no así todos los prefectos. En esto tiene mucho que ver el intervencionismo electoral del gobierno y, fundamentalmente con la “carnetización” que con ayuda del gobierno venezolano ha permitido el aumento del padrón electoral inexplicablemente. Sólo en Santa Cruz se habrían detectado más de 30.000 ilegalidades y hay más de 155.000 nuevos inscritos, es decir, casi un 15% más de electorado.
A la retórica discusión sobre democracia participativa versus democracia representativa, se suma un clima de tensión que tiene enfrentamientos y muertos. Recién ayer, día nacional de Bolivia, la gente no festejó. A las protestas de la Central Obrera Boliviana (COB), cuyos dirigentes demandan la aprobación del proyecto de ley de pensiones, se unieron la violenta represión en contra de los discapacitados, quienes fueron impedidos por la fuerza de acceder a la Plaza Murillo en La Paz y las huelgas de hambre de los prefectos de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca en defensa del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y las regalías departamentales.
¿Dónde esta la oposición? No existe. Pero no sólo por culpa del gobierno, sino porque ella misma ha perdido espacios. PODEMOS, la principal fuerza opositora ha dado pasos confusos al apoyar la ley de la constituyente, su ampliación, el impuesto confiscatorio del IDH y el referéndum revocatorio.
Explicaciones hay muchas, desde el engaño con que actuó el gobierno, hasta la amenaza por parte de éste de cercar el Congreso para aprobar el referéndum de la Constitución. Ha sido quizás la salida política para “ganar tiempo”, sin embargo la ciudadanía no lo percibe así. Por el contrario, reprueba su conducta y hoy en Bolivia no hay una oposición con liderazgo nacional, sumado a las rencillas entre oriente y occidente que impiden una articulación contraria al gobierno central. El apoyo ciudadano de Morales también se explica por su populismo redistributivo financiado por las nacionalizaciones y la plata venezolana, que le permiten un asistencialismo directo, como la entrega de los cheques.
Esta semana la población ya le impidieron a los presidentes de Venezuela y Argentina llegar a Tarija, y en Sucre ocurrió lo mismo con el vicepresidente García Linera. Mientras tanto, en Bolivia se gobierna con la metodología chavista: se insulta, ataca, amedrenta y compra. En tanto que la oposición no reacciona. Parafraseando las pancartas de las juntas vecinales: “La libertad y la democracia han muerto en Bolivia”.
Este artículo fue publicado originalmente en La Tercera (Chile) el 7 de agosto de 2008.