La sospechosa muerte del juez Zavascki en Brasil y el futuro de la operación Lava Jato
Hana Fischer comenta la muerte del juez brasilero Teori Zavascki, encargado de la investigación del caso de corrupción conocido como Lava Jato.
Por Hana Fischer
El jueves 19 de enero Brasil quedó convulsionado, al conocerse que había muerto en un accidente de aviación el juez Teori Zavascki, miembro del Supremo Tribunal Federal (STF). De inmediato emergió una ola de sospechas hacia el poder político de ese país, debido a que Zavascki era el relator de la Corte en la investigación por corrupción conocida como Lava Jato.
El magistrado viajaba a bordo de una avioneta con capacidad para ocho personas, que cayó al mar en el sur del estado de Río de Janeiro por causas desconocidas. No hacía ni una hora que la aeronave había despegado desde Sao Paulo, trasportando al piloto y cuatro pasajeros. No hubo sobrevivientes. En el momento del accidente caía una intensa lluvia y para la zona regía advertencia climática.
Teori Zavascki -hermana del magistrado- reclamó a las autoridades que se "investigue bien" para conocer con certeza las causas del accidente. Afirmó que "Tengo miedo de que pueda haber muchas cosas por detrás. Quiero que hagan una buena investigación". A su demanda se unió Francisco -hijo del juez fallecido- quien exigió una "investigación a fondo" porque "sería malo para el país tener un juez asesinado".
Pero no solo a nivel familiar hay recelos sino también entre los brasileros en general. Las redes sociales “hierven” con comentarios que aluden a un asesinato disimulado bajo la apariencia de un “accidente”. Ese estado de opinión pública no se limita al Brasil, sino que incluye a toda la región.
Y a decir verdad, hay fundamentos de sobra para tanta desconfianza por varios motivos:
1) Entre los miembros del STF, el juez Zavascki era el mayor impulsor de investigar hasta las últimas consecuencias, el brutal esquema de corrupción conocido como “Lava Jato”. Envilecimiento que implica a los ex presidentes Lula da Silva y Dilma Rousseff; al actual mandatario Michel Temer; gran parte de los senadores y diputados brasileros; y a los mayores grupos empresariales del país, especialmente los relacionados con la construcción. Entre las acciones que emprendió Zavaski, se destaca la autorización dada el 6 de marzo de 2015, para que se comenzara a investigar a 47 políticos sospechosos de haber participado en la red de corrupción cuyo eje era Petrobras.
2) El juez Zavascki tenía bajo su responsabilidad en el STF, todos los procesos relacionados con el Lava Jato. Tenía previsto dar a conocer a principios de febrero, su decisión acerca de cuáles de las delaciones premiadas firmadas entre la Justicia y 77 ejecutivos de la empresa Odebrecht quedaban homologadas. Filtraciones a la prensa señalaban que habían sido acusados numerosos políticos, entre ellos, el presidente Temer. La expectativa –dentro y fuera del Brasil- era enorme.
3) El magistrado había adelantado su regreso de las vacaciones, con el fin de analizar a fondo junto con su equipo, los más de 900 testimonios brindados. Él era el responsable de darles crédito o no a esas confesiones. Todo apuntaba a que homologaría alrededor de 80 delaciones. Por consiguiente, faltaban pocos días para que gran parte del mundo político fuera a la cárcel.
4) Abundan los casos de regímenes mafiosos que han mandado asesinar a las personas “molestas” disimulándolo bajo la apariencia de un “accidente”.
En consecuencia, vemos que no son tan disparatadas las dudas que este accidente ha suscitado. Por lo pronto, llama la atención que Zavascki y el dueño de la avioneta, el empresario hotelero Carlos Alberto Filgueiras, hayan decidido viajar si estaban al tanto de la mencionada “advertencia climática”, poniendo sus vidas y la de los restantes pasajeros en riesgo. Además, cualquier piloto experimentado como sin duda era Osmar Rodríguez, sabe que frente a condiciones climáticas adversas debe cambiar de rumbo y aterrizar en un lugar seguro. ¿Por qué no lo hizo?
Lo cierto es que a raíz de esta muerte, la operación Lava Jato va a quedar afectada. Zavascki tenía la energía y el impulso necesarios para limpiar de corrupción al Brasil y por consiguiente, sanear a las instituciones republicanas. No se dejaba amedrentar y estaba convencido de lo que hacía.
Pero ahora prevalece la incertidumbre dado que esta pausa, puede hacer cambiar de rumbo y vigor al trabajo de la Justicia. Para empezar, según establece la Constitución brasileña, el presidente de la república, o sea Temer, será quien elija al sucesor de Zavascki en la Corte (quien continuará con sus causas). Además, el substituto deberá pasar por una evaluación de la Comisión de Constitución de Justicia (CCJ) del Senado, y deberá ser aprobado por el plenario de la Cámara Alta.
Está dentro de la lógica de la situación planteada, que estos se tomarán muuuucho tiempo en designar al nuevo magistrado y que además, buscarán uno que tenga un “perfil” muy diferente al que caracterizó a Zavascki.
Sin embargo, en Brasil el horno no está para bollos. Si los gobernantes se “hacen los locos”, podría estallar la indignación popular con impredecibles (pero seguramente nefastas) consecuencias. Especialmente para esos mismos políticos.
Por otra parte, se abre una luz de esperanza porque Carmen Lucía Antunes Rocha –presidenta del STF- está evaluando recurrir a la previsión de "excepcionalidad" del reglamento interno de la Corte. Esa herramienta le permitiría pasar de inmediato el caso a otro magistrado. Se maneja el nombre del juez Edson Fachin, que era muy cercano a Zavascki y está al tanto de todo el material de Odebrecht.
Toda la región debería estar atenta a lo que ocurra con este tema. El Lava Jato no es un asunto que esté circunscrito al Brasil. Muy por el contrario, las delaraciones premiadas de los ejecutivos de Odebrecht son calificadas como las "delaciones del fin del mundo", porque alcanzan a presidentes, ministros y políticos no sólo de Brasil sino también de casi toda Latinoamérica.
Este último elemento acrecienta aún más las sospechas sobre este accidente, tan oportuno para los intereses de los políticos corruptos. Posiblemente cuando esas confesiones sean conocidas (si es que algún día eso ocurre), el mundo se llevará más de una sorpresa…
Este artículo fue originalmente publicado en PanAm Post (EE.UU.) el 26 de enero de 2017.