La política migratoria de EE.UU. limita en lo absurdo

Las leyes actuales son perjudiciales; la inmigración de mexicanos debería ser legalizada, según un estudio del Cato.

Las leyes actuales son perjudiciales; la inmigración de mexicanos debería ser legalizada, según un estudio del Cato.

WASHINGTON-Durante años, Estados Unidos ha seguido una política ilógica e inefectiva hacia la inmigración mexicana. Mientras el gobierno estadounidense ha promovido mayores lazos comerciales, políticos y de inversión con México, ha trabajado en vano por mantener el freno al flujo de mano de obra a través de la frontera. En un nuevo estudio del Cato Institute, "Dispuestos a Trabajar: Arreglando el Problema de la Migración Ilegal de Mexicanos a los Estados Unidos", Daniel Griswold, director asociado del Centro de Estudios de Política Comercial de Cato, sostiene que "La ley de inmigración de los Estados Unidos ha sido abrumada por la realidad económica. La demanda por mano de obra poco calificada continúa creciendo en los Estados Unidos mientras la oferta doméstica de trabajadores adecuados disminuye inexorablemente. La administración Bush y el Congreso deberían trabajar en conjunto para forjar una política limítrofe que se acomode a las necesidades y aspiraciones de la gente en ambos lados de la frontera."

A pesar de las sanciones a los patronos e incrementos dramáticos en el financiamiento y en el personal de control fronterizo de Estados Unidos desde 1986, el número de inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos hoy en día esta alrededor de ocho millones, el doble de lo que había ese año. "La longitud de la frontera entre Estados Unidos y México y el volumen de pasos fronterizos legales casi garantizan que la actual política de control de frontera de Estados Unidos fracasará. Además, los esfuerzos costosos y coercitivos del gobierno estadounidense para frenar la migración mexicana han causado un gran número de consecuencias perversas no previstas." Ha generado una industria ilegal de contrabando, fraude de documentos y otras actividades criminales; ha contribuido a la muerte de cientos de inmigrantes en la frontera; ha disminuido los salarios, y amenaza a las libertades civiles.

Griswold sostiene que un sistema que le permita a los trabajadores mexicanos entrar a los Estados Unidos legalmente liberaría a miles de trabajadores gubernamentales y ahorraría un estimado de $3.000 millones al año-recursos que estarían disponibles para combatir al terrorismo. La evidencia sugiere que la legalización de inmigrantes mexicanos no pesará sobre los contribuyentes, no perjudicará a los estadounidenses de bajos ingresos, no "balcanizará" a la sociedad norteamericana, ni traerá consigo un flujo de nuevos inmigrantes. Si un canal lo suficientemente amplio fuera abierto de tal forma que la oferta de trabajadores de México calzara legalmente con la demanda laboral en los Estados Unidos, a través de una visa temporal de trabajo y una legalización ganada, la lógica del flujo actual de inmigrantes mexicanos ilegales desaparecería.

"El presidente Bush y los líderes de ambos partidos en el Congreso deberían retomar la tarea de transformar el sistema disfuncional de inmigración de Estados Unidos en uno que sea económico, humano y compatible con la manera en que los estadounidenses manejan sus vidas actualmente", concluye Griswold.

El Trade Policy Analysis No. 19, "Dispuestos A Trabajar: Solucionando el Problema de la Migración Ilegal de Mexicanos a Estados Unidos" se encuentra disponible en Español en (http://www.elcato.org/griswold_estudio.htm) y su versión en Inglés "Willing Workers: Fixing the Problem of Illegal Mexican Migration to the United States"en (http://www.freetrade.org/pubs/pas/tpa-019es.html)

Contactos:

Daniel T. Griswold, Director Asociado del Centro de Estudios de Política Comercial, 202-789-5260, dgriswol@cato.org.

Ian Vásquez, Director del Proyecto sobre Libertad Económica Global del Cato Institute, 202-789-5241, ivasquez@cato.org.

El Cato Institute es un centro de investigación de políticas públicas no partidista dedicado a ampliar el debate político de manera consistente con los principios de libertad individual, gobierno limitado, mercados libres y paz.