Culpando a Bush
En su discurso a la nación luego del huracán Katrina, el presidente Bush dijo: “Y en cuanto a que el gobierno federal no hizo su trabajo totalmente bien, yo asumo la responsabilidad”. Aceptar la culpa por la labor del gobierno es una cosa, pero espero que no acepte ser culpable del huracán.
En un discurso en la convención del Sierra Club en San Francisco, el ex vicepresidente Al Gore dijo a los presentes que existe una relación entre el huracán Katrina y el recalentamiento terrestre. Advirtió que “confrontamos una cadena de terribles desastres, a menos que nos preparemos y nos ocupemos de la causas del recalentamiento global”.
Nuestros aliados europeos, la mayoría de los cuales firmaron el Protocolo de Kyoto, han lanzado acerbos ataques contra el presidente Bush. Un titular de la revista alemana Der Spiegel dice que “Katrina debe ser una lección sobre recalentamiento global para Estados Unidos”. El ministro alemán del Ambiente, Jurgen Tritten, quien es miembro del Partido Verde, acusó al “presidente americano de cerrar los ojos respecto al costo económico y humano de su país y de la economía mundial sufrido por catástrofes naturales como Katrina”.
Ross Gelbspan escribió el 30 de agosto en el diario Boston Globe: “El huracán que azotó a Luisiana ayer fue llamado Katrina por el Servicio Nacional del Tiempo. Su verdadero nombre es recalentamiento global”. Según el periodista, Bush tiene la culpa por basar su política ambiental en los intereses de los empresarios petroleros y del carbón.
Grandes huracanes de categoría 3, 4 y 5 son relativamente raros. Si visita la página en la red del Centro Nacional de Huracanes encontrará que la década con más huracanes fue 1941 a 1950, con 24 ciclones, 10 de ellos gigantescos, de categoría 3, 4 y 5. La mayor concentración de tales huracanes ocurrió en las décadas de 1890, 1930 y 1940, un promedio de 9 en cada década. De los 92 grandes huracanes que han azotado a EEUU continental entre 1851 y 2004, 61 de ellos ocurrieron antes de 1950. Es decir, mucho antes de que se hablara de recalentamiento.
Tres destacados expertos en ciclones publicaron un estudio en el Boletín de la Sociedad Americana de Meteorología titulado “Huracanes y recalentamiento global”. Su conclusión es que no se ha podido establecer una conexión entre las emisiones de gases invernadero y el comportamiento de los huracanes. El consenso científico es que cualquier cambio futuro en la intensidad de los huracanes será pequeño y dentro de la variabilidad natural observada. Además, la politizada conexión de huracanes con el recalentamiento amenaza debilitar el apoyo a investigaciones legítimas sobre el clima, lo cual puede resultar en políticas no efectivas respecto a los huracanes.
El científico Chris Landsea de la División de Investigación de Huracanes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica afirma que “si estudiamos las estadísticas de los huracanes, no hay ninguna indicación de recalentamiento global. Lo que encontramos es más bien un definido ciclo de actividad. Son períodos de 25 a 40 años muy activos y luego períodos de 25 a 40 años muy tranquilos”.
En cuanto a la conexión entre huracanes y recalentamiento, la conclusión de Stanley Goldenberg, otro científico de la misma oficina gubernamental es: “hablando en nombre de muchos investigadores de huracanes y el clima, tal conclusión es un disparate”.
La clara consecuencia de todo esto es que el presidente Bush, a menos que sea Dios, no debe aceptar la culpa por el huracán Katrina.
Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE)
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