No nos vamos a quedar sin recursos

Tim Worstall indica cómo mediante el descubrimiento de nuevas herramientas, entre estas nuevos métodos de extracción del minerales, los seres humanos hemos demostrado ser capaces de adaptarnos para usar de manera más eficiente los recursos naturales escasos, aumentar su disponibilidad o encontrar elementos que los reemplacen.

Por Tim Worstall

Los pesimistas muchas veces dicen que el progreso humano pronto se detendrá de manera súbita. Dicen que los recursos que hacen posible el progreso están por agotarse, condenándonos a todos a un retroceso en nuestra calidad de vida. El Club de Roma, junto con casi todos los ambientalistas, nos dicen eso sin cesar, usualmente señalando a una supuesta escasez de minerales que acabará con la civilización. Los pesimistas insisten que todo debe ser reciclado y que debemos tener una economía totalmente circular. No obstante, no logran comprender cómo la industria de minerales de hecho funciona. A un nivel más profundo, no logran entender que los seres humanos tienen agencia. No somos simplemente golpeados por el mundo natural sino que también podemos resolver problemas por nuestra cuenta. 

Otro grupo que no logra apreciar nuestra capacidad para resolver problemas es la Sociedad Americana de Químicos (ACS). La Sociedad tiene una lista de “elementos en peligro”, que ellos creen que se pueden agotar en el futuro cercano. La idea de que podríamos quedarnos sin hafnio es suficiente para hacer reír a los geólogos —de hecho les comenté esto una vez, y eso es lo que sucedió: no solo les produje carcajadas, sino profundas risotadas. 

El germanio, otro elemento en esa lista de probables escaseces, ilustra mi punto todavía mejor. El mundo no usa mucho de este, quizás unas 150 toneladas al año (no hay nada malo con reciclar, pero insistir en que debemos reciclar está mal). Primero usábamos el germanio en los electrónicos antes de que empezáramos a utilizar chips de silicona para los computadores. El germanio todavía es el material preferido para obtener un sonido cálido y confuso en el pedal de una guitarra, pero hoy, el germanio es en gran medida utilizado para la visión nocturna y la fibra óptica de larga distancia. Esto es porque agregarle un poco de germanio al vidrio le permite a este cargar la luz a través de distancias más largas. De manera que nos gusta tener el germanio alrededor y lo extrañaríamos si se acabara.

Los métodos tempranos de extracción de germanio usaban carbón. Hay un poco de germanio en prácticamente todo carbón y más en otro cierto tipo de depósitos. Si usted reúne el vapor luego de quemar el carbón, el germanio se concentra en las cenizas y puede ser almacenado. La empresa química Johnson Matthey solía tener una planta en Cheshire, Inglaterra, para la felicidad de los entusiastas de la guitarra de pedal. Después, nos dimos cuenta de que ciertos minerales de zinc también podían proveer germanio, y la oferta mundial se volcó hacia una mina de zinc en la República Democrática del Congo. Entonces, nos dimos cuenta de los efectos perjudiciales del polvo de carbón flotando alrededor del campo. Las plantas de energía de carbón instalaron precipitadores electroestáticos en sus chimeneas para reunir el polvo, y el carbón una vez más se convirtió en la principal fuente del germanio del mundo. 

Podría parecer buena suerte que la oferta actual de germanio es solamente un subproducto de la generación de electricidad. Pero considerarlo como buena suerte es confundir las cosas. Nosotros resolvemos problemas, no somos únicamente los receptores de casualidades. En la ausencia de la buena suerte, podríamos construir una fábrica para hacerlo de todas maneras. Así es como funciona el productor más importante de germanio en el mundo en China. Ellos minan carbón, lo queman en una planta eléctrica, y reúnen el polvo lleno de germanio. Dicen los rumores que —y puede ser solo un rumor porque es tan lindo— que el contenido de germanio es tan rico que le dan la electricidad gratis al pueblo local.

El punto de mi ejemplo de germanio es mostrar que no dependemos de los métodos actuales de la extracción mineral, ni necesitamos suerte para evitar las escaseces. Somos criaturas que elaboramos herramientas. Si tenemos un problema, estudiamos el mundo a nuestro alrededor y desarrollamos una manera de resolverlo. 

Como el germanio, cada ítem en la lista de la ACS de “elementos en peligro” de hecho tiene hoy una oferta abundante. Los métodos actuales de extracción de minerales puede que tengan problemas, pero la cantidad total de recursos que podemos usar es imponderable. Y si nuestros métodos actuales fuesen a quedarse cortos, encontraremos mejores métodos de extracción. 

Nuestras capacidades de adaptación deberían ser obvias, aunque claramente no lo son. Hemos estado adaptándonos a la escasez de recursos por milenios, y la idea de que dejaríamos de hacerlo hoy, en la cumbre de nuestro desarrollo hasta ahora, es una idea peculiar.

Este artículo fue publicado originalmente en HumanProgress.org (EE.UU.) el 14 de junio de 2021.