Milton Friedman: El economista más famoso del siglo XX

Por Roberto Salinas-León

El economista más famoso en el último siglo, así como el que mayor influencia ha tenido en el ámbito de la política pública, es el Dr. Milton Friedman. El día de hoy, cumple 90 años de edad. ¡Feliz Cumpleaños, Dr. Friedman!

Friedman es conocido por su trayectoria como economista monetario, y principal voz de la llamada escuela de "monetarismo" -sobre todo la tesis (simplificada) que la inflación es un fenómeno monetario, derivado de un exceso de medios de pago por arriba de bienes y servicios disponibles en una economía. Fue galadornado con el Premio Nóbel de Economía en 1976 -en una época donde sus ideas eran consideradas herejía en varios campos académicos y políticos. En una reciente ceremonia en la Casa Blanca, en honor de Milton Friedman y su (también brillante) esposa Rose (en la cual tuve la gran suerte de participar como invitado), Alan Greenspan señaló que la gran virtud de las tesis e investigaciones de Friedman en el mundo monetario, es que nos enseñó que sí se puede lograr la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda en un mundo de moneda fiat, o sea en un mundo de papel. Greenspan siempre fue defensor de un patrón metálico, tal como el oro, para garantizar la estabilidad monetaria.

Pero Friedman también se caracterizó por sus controvertidas posiciones en temas como la reforma fiscal, el gasto público, el llamado "bono educativo", la flotación del tipo de cambio, así como un sistema de pensiones individualizadas. Esta última propuesta tuvo su primera divulgación en el célebre (y criticadísimo) libro Capitalismo y Libertad, y unas dos décadas después se adoptaría con enorme éxito en Chile, y posteriormente en varios otros países latinoamericanos, incluyendo México.

En la misma ceremonia en la Casa Blanca, el pasado 9 de mayo de este año, el Dr. Friedman trató de sintetizar sus fuertes críticas al gasto público y la creciente intervención estatal el proceso productivo, con una maravillosa parábola, que dice así: "si uno gasta su dinero en uno mismo, se preocupa mucho de cuánto y cómo se gasta; si uno gasta su dinero en otro, sigue estando muy preocupado de cuánto se gasta, mas no tanto de cómo se gasta; si uno gasta el dinero de otro en uno mismo, no se preocupa tanto de cuánto se gasta, pero sí de cómo se gasta. Sin embargo, si uno gasta el dinero de otro en terceros, uno no se preocupa mucho de cuánto, ni de cómo se gasta".

Este es el origen de la pobreza del gasto público, y del despilfarro burocrático que se observa, tanto en países ricos como en países pobres. Otro gran economista, estudiante de Friedman y también Premio Nobel de Economía, Gary Becker, en un reciente artículo en la revista Business Week, escribe que "Friedman ha demostrado enorme valentía" en la defensa de sus posiciones, "manteniéndose firme a pesar de la hostilidad y de los ataques personales de sus opositores". "Todos", dice Becker, "tenemos una inmensa deuda con este gran economista".

Ciertamente, El Economista no es una excepción. Nos enorgullece que este ha sido el único periódico mexicano que ha publicado tres entrevistas en exclusiva con el célebre Dr. Friedman, a lo largo de los últimos 10 años -incluyendo la ocasión que visitó nuestro país en 1992, en un magno evento del Cato Institute "Apertura en las Américas", dentro del cual también participó como patrocinador. Por cierto, varios colaboradores editoriales del foro económico de este diario fueron estudiantes, directos e indirectos, de Friedman.

Hoy en día, Milton Friedman dedica la mayor parte de su tiempo a una institución que fundaron él y su esposa Rose, la Fundación Milton y Rose Friedman. Esta entidad se dedica a difundir los principios del llamado bono educativo, el cual siempre ha considerado aplicable al caso de México y la región latinoamericana. Su posición aquí, como en otros países, es que la idea de subsidiar la demanda educativa es muy superior al sistema actual de monopolio educativo -y por ende, que sería mucho más efectivo el dejar que los padres elijan cómo debe gastarse ese dinero, en lugar de tener a un burócrata haciendo decisiones tan personales, "gastando el dinero de otros, en terceros".

Una de sus más recientes polémicas es que la era digital representa una de las dos grandes revoluciones de fin de siglo. La primera fue una revolución política, la caída del muro de Berlín. La segunda revolución, la tecnológica, es un episodio liberalizador, que a la postre permitirá que las personas sean más productivas, con mayor oportunidad tanto de crecer como de recibir mejor educación. Pero el efecto más importante, según Friedman (y ello a pesar de la derrama bursátil de las llamadas empresas punto.com) es que hará cada vez más difícil la recaudación de impuestos; y con ello, obligará a los gobiernos a ser más eficientes en el quehacer público.

México, dice, y sigue diciendo, es un país que se ha beneficiado enormemente del comercio exterior, y de la inversión. Por un lado, Friedman lamenta que México ha tenido una experiencia mixta en los últimos 25 años, más por errores internos que por mala suerte del exterior. Pero México, nos ha dicho, tiene recursos, tiene gente. Los mexicanos que han migrado hacia EE.UU. han sido fuentes laborales muy valiosas, altamente productivos. Es una verdadera tragedia que no hagan lo mismo en su propio país. Un gobierno estable, que se limite a lo suyo (protección de derechos de propiedad, justicia, seguridad y paz), es la condición sine que non de un futuro desarrollo.