México: Pemex

Macario Schettino indica que "México no tiene petróleo ni gas, frente a EE.UU. y Canadá que van a tener de sobra muy pronto. Los energéticos son mucho más caros en México que en esos países. El dinero que Pemex entrega al gobierno es menos de lo que podría ser, si fuese una empresa privada. Es decir: ya nos saquearon, no nos volverán a saquear, pero porque ya no habrá nada para hacerlo".

Por Macario Schettino

La semana pasada aparecieron entrevistas realizadas al presidente Enrique Peña Nieto por parte de periódicos extranjeros especializados en economía que resultan muy importantes para entender lo que el gobierno busca en materia energética.

No puedo saber si en los siguientes días hubo desmentidos o se hizo énfasis en otros temas, de forma que me concentraré en lo que aparece en las entrevistas otorgadas por el presidente a Financial Times y a Bloomberg. Al primero le dijo que la reforma será “transformacional”, y que espera que incluya los cambios constitucionales necesarios para dar certeza a los inversionistas. Al segundo, que la idea es que Pemex continúe explotando los mantos que hoy tiene, pero que podrían existir otras empresas (con inversión privada) para el desarrollo de nuevos campos.

Como le digo, por un asunto de logística me será imposible saber cuál fue la reacción en México a estos comentarios, pero más allá de ello, hay que considerar la declaración del presidente al Financial Times: “La democracia es acerca de respetar la mayoría, no se trata de unanimidad”. Es decir, aunque seguramente habrá gritos y sombrerazos por estas entrevistas, la verdad es que no necesitamos que todos estén de acuerdo. Pero sí necesitamos que haya dos terceras partes del congreso y más de la mitad de las legislaturas estatales.

Lo necesitamos para poder modificar la Constitución en los artículos 27 y 28 que impiden que haya inversión privada (nacional o extranjera) en la producción de hidrocarburos del subsuelo. Sin una corrección en esos artículos, va a estar complicado que alguien quiera apostar a invertir en México, si pueden hacerlo en EE.UU. sin riesgo legal alguno, y con muchas posibilidades de éxito. En varios casos, extrayendo crudo o gas de campos compartidos con México, que nosotros no explotamos.

Como lo hemos dicho en varias ocasiones, Pemex es una tragedia. Si pudiéramos rentar los campos que tenemos a empresas privadas, podríamos incrementar los ingresos petroleros del gobierno en 10%. En promedio, las empresas privadas pagan a los gobiernos de los países petroleros 72% de lo que extraen (hay contratos recientes de 80%). En México, Pemex le paga al gobierno federal 65%. Y dicen que el gobierno saquea a la petrolera.

Por otra parte, si no consideramos las reservas petroleras, Pemex está absolutamente quebrado. Sus pasivos laborales casi valen lo mismo que las instalaciones. Al cierre de 2012, según el reporte financiero disponible en Internet, los pasivos laborales eran de poco menos de 1.3 billones de pesos, frente a “propiedades, mobiliario y equipo” por 1.65 billones. Si le suma a lo primero la deuda de largo plazo, ya quebramos: son 2 billones los que se deben. Peor: en el último año los activos fijos crecieron en 4%, los pasivos laborales, en 49%.

Así pues, los números apuntan a una gran tragedia. Pemex paga menos de lo que debería al país (es decir, a usted); la producción ha caído y los campos que tenemos están, casi todos, en la fase de agotamiento; tienen cerca de tres veces más personal del que deberían, al grado que ya casi no alcanzan los activos para pagar el pasivo laboral; y por si fuese poco, el mundo está transitando a una nueva forma de producir energía que va a cambiar por completo el mapa del mundo. Nosotros, con Pemex, estamos atrasados como 70 años, ya no diga usted si tenemos posibilidades de entrar en esta nueva ola productiva.

Muchas personas defienden a Pemex por simple repetición. Aprendieron de niños que la expropiación petrolera fue el punto más alto de “dignidad soberana”, porque le quitamos el petróleo a los gringos. Como usted debe saber, si no es un simple repetidor, esto no es cierto. Pero es indudable que la expropiación fue el momento definitorio del siglo XX, con lo que pudo consolidarse el régimen de la Revolución que Cárdenas mismo construyó. Si me ha hecho favor de leer otros trabajos míos, sabrá que mi opinión con respecto a ese régimen es muy negativa. México fue un fracaso en el siglo XX (eso no es opinión, son datos) debido a ese régimen (esto sí es un tema a discutir).

Pero más allá de lo que se opine con respecto a ese tema, lo que hoy hay que decidir es cómo hará México para enfrentar los próximos años. En un plazo muy breve, EE.UU. y Canadá serán autosuficientes en petróleo y gas natural (según yo, en dos años; estimaciones menos optimistas, cinco años). De cualquier forma, nosotros ya estamos exportando muy poco, 200 mil barriles diarios solamente (netos, es decir, restando lo que importamos). Si se nos ocurre crecer, ya no tenemos electricidad ni gas para ello, además de que pagamos entre 30 y 50% más por la primera y, agárrese, cinco veces más por el segundo que en EE.UU.

No sé si el panorama es claro. México no tiene petróleo ni gas, frente a EE.UU. y Canadá que van a tener de sobra muy pronto. Los energéticos son mucho más caros en México que en esos países. El dinero que Pemex entrega al gobierno es menos de lo que podría ser, si fuese una empresa privada. Es decir: ya nos saquearon, no nos volverán a saquear, pero porque ya no habrá nada para hacerlo.

A los nacionalistas revolucionarios, y a los estatistas keynesianos, todo lo aquí escrito debe parecerles ridículo, falso, interesado, y demás. Ojalá intentaran demostrarlo. Sería muy bueno discutir con numeritos la reforma energética. No con creencias, mitos, eslógans, ocurrencias, insultos, gritos y sombrerazos. Números sencillos: cuánto se produce, cuánto se exporta, cuánto vale la empresa, cuánto debe, cuánto paga en verdad. Igual y estoy equivocado. Mientras no haya numeritos en contra, mis afirmaciones resultan más sólidas que todos los lemas revolucionarios que me avienten. En suma: cierren Pemex, es lo mejor que se puede hacer.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universal (México) el 20 de junio de 2013.