México: La peligrosa victoria del PRI

Sergio Sarmiento comenta el reciente triunfo del PRI en las elecciones intermedias en México y dice que "Lo lógico es que en el 2012 el PRI no tenga unos rivales tan fáciles

Por Sergio Sarmiento

Las encuestas habían previsto un triunfo del PRI en las elecciones intermedias de este pasado 5 de julio, pero el resultado que obtuvo el partido rebasa las expectativas más optimistas de sus simpatizantes. El PRI no regresó a los tiempos del carro completo, cuando obtenía triunfos con el 70 por ciento del voto o más, pero dentro de una democracia competitiva el resultado ha sido de lo más positivo que se pudiera esperar.

El partido consiguió una votación de 36 por ciento, pero esto le bastó aumentar su número de diputados de 106 a 233. Muy poco le falta para conseguir una mayoría absoluta de 250 votos más uno en la Cámara de Diputados. Si logra renovar la alianza legislativa que en varios momentos ha tenido con el Partido Verde, tendrá la posibilidad de conseguir estos votos de manera automática (siempre y cuando todos sus diputados se presenten y voten en las sesiones).

Sorprendente también es el hecho de que el PRI ganó cinco de seis gobiernos estatales el 5 de julio, dos de ellos, en Querétaro y San Luis Potosí, en estados que desde hace años se consideraban baluartes del PAN. Pero los triunfos no pararon ahí. Guadalajara y su zona metropolitana quedaron en manos del PRI, como también varios municipios conurbados de la ciudad de México, como Naucalpan, que era territorio panista, y Ecatepec, que estaba bajo control del PRD.

El PRI festejó estos triunfos como no lo había hecho en mucho tiempo. Y es positivo que lo haya hecho. Muchos analistas políticos se han cansado de señalar en los últimos tiempos que el PRI estaba en camino de extinción. Lo dijeron cuando era hegemónico y lo repitieron tras las derrotas de 2000 y 2006. Hoy el PRI puede decir, como Mark Twain, que las noticias de su fallecimiento fueron muy exageradas.

El gran riesgo hoy radica en lo que podría ser un exceso de confianza. El PRI ha obtenido un triunfo sorprendente en este 2009, pero su victoria en las elecciones intermedias del 2003 también fue importante. El capital político del 2003, sin embargo, se desperdició y llevó a una dramática derrota en 2006 que dejó al partido en tercer lugar en la Cámara de Diputados. Un exceso de confianza en los próximos años podría llevar a una repetición de esta historia.

Los otros dos principales partidos políticos de México, el PAN y el PRD, entenderán sin duda los errores que cometieron en el 2009. El PAN tuvo una pésima campaña al mando de Germán Martínez Cázares, quien consideraba que los ataques sin pruebas a los priistas podían ser una buena forma de atraer apoyo electoral. El PRD se autodestruyó, o más bien se enfrentó con un líder propio, Andrés Manuel López Obrador, que estuvo dispuesto a atacar al partido cuando éste no lo obedeció en todos sus deseos.

Lo lógico es que en el 2012 el PRI no tenga unos rivales tan fáciles. El simple hecho de ser nuevamente el partido número uno del país lo convierte ahora en un blanco fácil para ataques y cuestionamientos. La victoria puede ser muchas veces más peligrosa que la derrota.

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