La nueva España

Macario Schettino dice que "La elección en España fue una gran derrota de los partidos tradicionales. El PSOE ya había iniciado su reconversión, y tiene en Pedro Sánchez un buen dirigente. El PP está en problemas serios, con Rajoy sumamente debilitado y sin recambio a la vista".

Por Macario Schettino

Hubo elecciones en España el domingo, de autonomías (estados) y municipios en casi todo el país, y los resultados, ahora sí, fueron muy parecidos a lo esperado. Aunque las esperanzas de algunos sí quedaron destrozadas.

El partido que gobierna ese país, el Partido Popular, obtuvo el mayor número de votos, pero perdió todas las ciudades importantes que gobernaba. La razón es el carácter parlamentario en todos los niveles de gobierno, que obligan a tener mayoría absoluta. Así, aunque haya lugares en donde el PP obtuvo 30 o 35 por ciento del voto, para gobernar requerirá aliarse con otros partidos.

En algunos casos eso podrá ocurrir, pero en otros es más probable una alianza de otros que los envíe a la oposición. En 2011, en las elecciones generales, el PP obtuvo 45 por ciento de los votos, frente a 29 por ciento del PSOE. Ahora quedaron 27 contra 25 por ciento.

Eso es lo que llevó a Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, a festejar la misma noche del domingo que ¡habían alcanzado al PP! Pues sí, ambos partidos quedan muy cerca, pero también ambos con el menor porcentaje de votación de su historia. La razón debe ser obvia para usted: aparecieron otros. Esos otros son dos partidos nuevos que se llevaron parte de la votación de los dos grandes, pero que también barrieron a los partidos “bisagra”: Convergència iUnió, Izquierda Unida, y Unión Progreso y Democracia, que solían llevarse entre 4,0 y 6,0 por ciento del voto, y ahora quedaron en 2,0, 4,0 y 0,0 por ciento respectivamente.

El partido más reciente es Podemos, institución creada a partir de los movimientos de “indignados” de fines de 2011. Usted recordará que en agosto de ese año hubo la segunda parte de la crisis financiera global, debido al techo de endeudamiento de EE.UU. Es a partir de ese momento que la crisis europea se acelera, y por eso el PP perdió intención de voto casi inmediatamente de su victoria electoral. En menos de un año pasaron de 45 a 30 por ciento y ya no pudieron recuperarse.

Podemos se oficializa en enero de 2014, gana las elecciones europeas en España, y llega a estar, al cierre de 2014, empatado con el PP en primer lugar de intención de voto. Finalmente no logran tanto, pero sí quedan en tercer lugar nacional, con algo así como 10 por ciento del voto (como compitieron con distintos nombres en distintos lugares, no tengo la cifra exacta) y ganaron Barcelona, empataron en La Coruña y Santiago, y fueron segundo lugar en Madrid, Valencia y Zaragoza.

Considerando que tienen menos de dos años de vida, es un éxito rotundo. Comparando con la intención de voto hace seis meses, es una caída severa. Y buena parte de esta caída puede explicarse con el ascenso de otro partido nuevo, éste fundado en 2006: Ciudadanos. Originalmente partido local de Cataluña, se extendieron durante 2014 en alianzas con otros partidos pequeños y lograron captar buena parte del voto de castigo que Podemos monopolizaba, de forma que hoy son la cuarta fuerza electoral, con poco menos de 7,0 por ciento del voto.

La elección en España fue una gran derrota de los partidos tradicionales. El PSOE ya había iniciado su reconversión, y tiene en Pedro Sánchez un buen dirigente. El PP está en problemas serios, con Rajoy sumamente debilitado y sin recambio a la vista. Es posible que Ciudadanos acabe captando buena parte del voto del PP. Podemos, con ideología extremista, estará a prueba de aquí a noviembre, que habrá elecciones generales (si no se adelantan).

La democracia es una buena forma de procesar conflictos, como lo ha mostrado España este domingo.

Este artículo fue publicado originalmente en El Financiero (México) el 26 de mayo de 2015.