México: Excedentes petroleros
Por Sergio Sarmiento
Andrés Manuel López Obrador ha afirmado que para evitar una reforma energética el país sólo necesita dedicar los “excedentes petroleros” a la inversión en Pemex.
Pero ¿a cuánto ascendieron estos excedentes en el primer trimestre del 2008, un período en que el precio del petróleo mexicano duplicó la estimación de 49 dólares por barril que el Congreso utilizó para estimar los ingresos gubernamentales del 2008?
La información oficial nos dice que los excedentes —los recursos que se obtienen del petróleo por encima de lo presupuestado— simplemente no existieron. Y no sólo eso. Se registró un saldo negativo en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), el impuesto especial del petróleo, de casi 55 mil millones de pesos en los tres primeros meses del 2008.
¿Cómo puede ser? Muy fácil. A pesar del alto precio del petróleo, el volumen de exportación en el trimestre cayó en 12 por ciento. Pero además, debido al enorme subsidio que Pemex está teniendo que desembolsar al comprar gasolina cara en el extranjero para venderla barata en el país, el resultado ha sido ese saldo negativo que Hacienda presenta como un “traslado”, esto es, un subsidio, a los consumidores.
No han faltado voces que digan que esta falta de excedentes, en un momento en que los precios del petróleo han alcanzado sus niveles máximos en la historia, se debe necesariamente a algún tipo de maniobra del gobierno para impulsar su reforma petrolera. Pero las cifras están ahí y son muy claras. La declinación de la producción de Cantarell ha empezado desde hace algún tiempo y sus consecuencias habían sido previstas desde hace años. La manipulación de los precios de la gasolina, por otra parte, también es evidente. En el último año el precio que los mexicanos pagamos por la gasolina ha aumentado un 5 por ciento cuando la cotización del crudo se ha incrementado en un 100 por ciento. México importa el 40 por ciento de la gasolina que usa. No hace falta saber mucha economía para darse cuenta de que esta situación no puede sostenerse de manera indefinida.
¿Por qué no sube el gobierno de la república los precios de la gasolina? Porque sabe que esto implicaría un golpe brutal a la popularidad del presidente Felipe Calderón. La historia nos señala que un gobernante no puede gozar del respaldo de los ciudadanos cuando se genera una caída en el nivel de vida de la población.
Lo peor de todo es que se nos ha dicho tantas veces que México se beneficia de los altos precios del petróleo, que es difícil que la gente acepte que el costo puede ser superior a los beneficios. Si súbitamente se duplicaran los precios de la gasolina, la gente culparía al gobierno y no entendería que esto es consecuencia de una situación internacional.
Si no se eleva el precio de la gasolina, sin embargo, el gobierno estará gastando una creciente cantidad de dinero en un subsidio injusto, porque beneficia más a quienes más tienen, que son los dueños de vehículos privados. Podría incluso estar generando las condiciones para una nueva crisis económica, ya que tarde o temprano el subsidio a la gasolina se volverá insostenible.
Por lo pronto, la idea de que los grandes excedentes petroleros pudieran usarse para aumentar las inversiones en Pemex se vuelve un simple sueño. Los excedentes petroleros ya no existen y no pueden usarse por lo tanto para nada.
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