Más allá de la oferta y de la demanda

Ángel Soto reseña el libro "Más allá de la oferta y la demanda" del economista alemán Wilhelm Röpke, quien jugó un papel fundamental en las políticas que aplicó Ludwig Erhard hace 70 años en Alemania.

Por Ángel Soto

“Las cosas auténticamente decisivas son las que están más allá de la oferta y la demanda, aquellas de las que depende el sentido, la dignidad y la plenitud interior de la existencia, las que se refieren a metas y valores situados en la esfera de lo moral entendido en su más amplio sentido”.

Estas palabras las escribió en 1957 el economista alemán Wilhem Röpke (1899-1966) en su libro Más allá de la oferta y la demanda, publicado en español en  1979.

Röpke jugó un papel fundamental en las ideas que aplicó Ludwig Erhard hace 70 años, cuando en 1948 impulsó en Alemania un poderoso plan de reformas económicas que tuvieron como centro la liberalización de la economía a través de la apertura del comercio, la eliminación de los controles de precios, la prohibición del déficit público y cambiaron la moneda dando curso al marco alemán. Una época, hasta 1966, conocida como el “milagro alemán”, pero que para Erhard no constituía tal, pues su explicación no era sobrenatural ni estaba en el ámbito de la fe: bastó dejar que funcionara la economía libre, y al poco tiempo se vieron los resultados con la reaparición de mercaderías y el aumento de la producción. Los soviéticos, temerosos a la libertad del individuo, respondieron cerrando los accesos a Berlín lo que significó que se creara un puente aéreo hasta 1949, año en que además se dividió Alemania en la República Democrática y la República Federal.

Erhard, escribiría: “mis propios esfuerzos para alcanzar una sociedad libre serían apenas suficiente expresión de mi gratitud hacia quien [Röpke] en tan alto grado influyó en mi posición y en mi conducta”.

Nuestro autor escribió varios libros, entre los que destacamos La teoría económica (1937) y La crisis social de nuestro tiempo (1942), éste último para muchos uno de los más importantes.

Sin embargo, y reforzando su liberalismo económico, en Más allá de la oferta y la demanda, junto con criticar al Estado de Bienestar y las causantes de la inflación, los problemas del centralismo y la descentralización, la moderna sociedad de masas, y las condiciones y límites del mercado, incluye una dimensión trascendental del ser humano en el análisis económico.

Si bien lo que más le preocupa en este libro es la crisis de valores y –aceptando el respeto a las instituciones, también denominado el rule of law- su centro está en la cultura a la que le da la máxima relevancia.

Para el inspirador del exitoso modelo alemán de postguerra, el exceso de tecnicismo en el análisis económico liberal, que finalmente mide todo matemáticamente, ha convertido a los seres humanos en autómatas o simples piezas de una meta por cumplir. Dice: “el hombre no vive de radios, autos y frigoríficos, sino de aquel mundo no sujeto a compraventa, situado más allá del mercado y de las cifras del negocio global, vive de la dignidad, de la belleza, de la poesía, de la elegancia, de la caballerosidad, del amor y de la amistad, de lo incalculable que desborda lo cotidiano y sus objetivos, de la comunidad, de la policromía vital, de la libertad y del despligue de sus capacidades personales” (p. 117). De ahí que, la economía de mercado solo puede ser considerada una parte de este orden más amplio y global. Por tanto, nuestros economistas no pueden seguir pretendiendo explicar todo en función de sus modelos matemáticos, sino que requieren de la filosofía, de la historia, pues “el que sólo sabe economía no sabe ni siquiera eso” (p.120). Frase que me hizo recordar otra: “un buen economista no sólo sabe economía”.

El exceso de culto al “standard of life”, ¿a qué lleva?: a la ansiedad, a la depresión, al cardiólogo, sin obviar que también a la quiebra e incluso la cárcel. No es curioso que, como dice el autor, finalmente lo seres humanos vuelven a descubrir los valores del jardín, la música hogareña, los libros.

El problema es que hay un distanciamiento entre el mundo de los negocios respecto de la cultura, y viceversa, “cargado de resentimiento” mutuo. Un antiintelectualismo de algunos empresarios, y un anticapitalismo de no menos “amplios círculos de intelectuales”. ¿Cómo hacer para “que el mundo del espíritu sea tan respetado por el mundo de los negocios como, a la inversa”? (p. 145).

El mercado, no es perfecto… “es”, y tampoco subordina a los seres humanos, los coordina. Por eso, dice Röpke, no puede tomar por sí mismo las últimas decisiones importantes y es inevitable buscar una decisión fuera del mercado, es decir, más allá de la oferta y la demanda (p. 168).

 Concluye: “las batallas no son un problema matemático que pueda confiarse a una calculadora electrónica. El factor decisivo reside, también en la vida económica, en cosas tan alejadas de las matemáticas como puede ser una carta de amor o una fiesta de Navidad, en fuerzas morales y espirituales, en reacciones anímicas, en opiniones que están más allá de las curvas y de las ecuaciones, en lo eternamente incalculable e imprevisible” (p. 302).

Wilhelm  
Más allá de la oferta y la demanda (Unión Editorial, 1996, 320 páginas).
Publicado en Libertad y Desarrollo, agosto 2018.