Malta, la sorpresa de la libertad económica
Victor H. Becerra y Miguel A. Cervantes destacan cómo el ambiente de negocios en Malta es uno de los mejores a nivel mundial gracias a las reformas de mercado emprendidas desde la década de los ochenta.
Por Victor H. Becerra y Miguel A. Cervantes
Malta desde la antigüedad ha jugado un rol estratégico, desde el punto de vista geopolítico, ya que se encuentra en el Mediterráneo, en el trayecto entre Europa y el Norte de África. Por ello ha sido gobernado y disputado por diversas potencias en el transcurso de los siglos: Cartago, Grecia, Roma, el Imperio Bizantino, el Imperio Español, el Imperio Napoleónico. Hoy, la República de Malta cuenta con casi medio millón de habitantes con una distribución de 1457 hab./km², la más alta densidad de población entre los países de la Unión Europea (UE), de la que es miembro.
Malta fue parte del Imperio Británico entre 1800 y 1964, año cuando obtuvo su independencia. La presencia británica hiza a Malta dependiente del consumo de sus bases militares, presentes hasta 1974. En la década de los ochenta empezaron a implementar una serie de reformas, y finalmente en la década de los noventa se profundizaron las reformas de libre mercado, incluyendo numerosas privatizaciones y se levantaron los controles de capital, sobre todo con vistas a ingresar a la Unión Europea (UE). En 2004 Malta accedió a ella, junto con Chipre.
Las reformas de libre mercado han hecho de Malta una de las economías más competitivas en el mundo y un gran lugar para hacer negocios. Malta es uno de los países de la Unión Europea con más alto crecimiento. Junto con Alemania y Holanda, Malta es un país que tiene finanzas muy sanas, ya que tiene superávit fiscal.
Malta tiene una población multilingüe, ya que es importante al ser un hub internacional. Al respecto, es útil considerar que Malta es un país minúsculo, que produce solo una quinta parte de sus alimentos, que tiene suministro limitado de agua dulce y que no posee fuentes propias de energía. En cambio, es un país exitoso en materia de comercio exterior (sirviendo como puerto de transbordo para los buques), de las manufacturas (especialmente electrónicas y textiles) y del turismo. Su riqueza y bienestar, pues, no provienen sorpresivamente ni de su tamaño, ni de sus recursos, sino de la libertad.
Malta es un país modélico en cuanto a libertad económica: hoy en día tiene un puntaje de 7,97/10 y ocupa el lugar número 11 entre los 162 países clasificados en el Informe Libertad Económica en el Mundo del Instituto Fraser. Como comparación, considérese que en 1980 Malta tenía un puntaje de 5,57/10. Veamos los cambios de este país en la materia a través del tiempo.
En el componente 1, Tamaño de gobierno, Malta tiene un puntaje de 7,08/10 pero en 1980 el puntaje era de 4,67. Una de las razones de la mejora es la disminución del rol del gobierno en la economía. Hoy por hoy, la inversión estatal como porcentaje de la inversión total es solo 4,6%, pero en 1980 era del 28,6. El impuesto sobre la renta personal ha disminuido considerablemente, ya que en 1980-1990 el impuesto más alto era de un opresivo 65 por ciento, pero desde el año 2000 ha bajado al 35 por ciento.
En el componente 2, Sistema legal y derechos de propiedad, Malta tiene un puntaje de 6,45/10. En este componente destaca la integridad del sistema legal y la no injerencia del Ejército en el sistema legal. Hay poca incidencia de la criminalidad sobre las empresas.
En el componente 3, Moneda sana, Malta tiene un altísimo puntaje de 9,55/10. Destaca una inflación muy baja y que la variación de la inflación también es baja. Existe gran libertad de tener cuentas en divisas extranjeras.
En el componente 4, Libertad de comercio internacional, Malta tiene un excepcional puntaje de 8,42/10. Esta nota ha mejorado substancialmente, ya que en 1980 era solo de 5,44/10. En ese lapso, Malta ha tenido una considerable reducción arancelaria, y su entrada a la UE ha fortalecido su integración a los mercados internacionales. Los trámites para la exportación e importación son ágiles. El país facilita la inversión extranjera directa y tiene pocos controles de capital. Malta es un país comprometido con el libre comercio, y la atracción de inversión extranjera. Es un país bastante globalizado que le da gran importancia al comercio internacional.
En el componente 5, Regulación crediticia, laboral y empresarial, Malta tiene un alto puntaje de 8,34/10. Malta tiene las mejores regulaciones crediticias a nivel mundial, lo cual ha derivado en una gran competencia bancaria. Por varios años Malta no ha tenido déficits presupuestales. Por esta razón el gobierno no absorbe el crédito disponible. En cuanto a regulaciones laborales, Malta tiene las mejores prácticas: los contratos temporales se pueden renovar hasta 48 meses; la mayoría de los contratos colectivos se hacen a nivel empresa; y no existen restricciones para el trabajo en fines de semana, días festivos, trabajo nocturno y horas extras. En Malta no existe el servicio militar obligatorio, lo cual no atenta contra la libertad del trabajador. Por estas razones Malta tiene el desempleo más bajo de la eurozona
En cuanto a las regulaciones empresariales, por último, se puede abrir una empresa con solo cinco trámites, en 20 días, y hacerlo cuesta 6,7 por ciento del ingreso per cápita. Por su gran calidad regulatoria, Malta es un centro de servicios financieros, marítimos, logísticos, de industria fílmica, biotecnología, videojuegos, y de industria química, entre otros. Las regulaciones de Malta son de mas amigables, transparentes, y previsibles.
La Dra. Priscilla Mifsud Parker indica que el excelente clima de negocios de Malta, y la mano de obra calificada que habla inglés, jugaran un rol geoestratégico en el post-Brexit, ya que muchas empresas británicas decidirán establecerse en Malta para no perder el mercado europeo.