Maine legaliza la venta de servicios de prostitución

A fines de junio, Maine legalizó la venta –pero no la compra– de servicios de prostitución, convirtiéndose en el primer estado que promulga una ley de este tipo. (Nevada permite la prostitución legal en condados con menos de 700.000 residentes; Rhode Island no tuvo ninguna ley contra la prostitución en locales cerrados entre 1980 y 2009).

La política de Maine es un paso en la dirección correcta, pero al igual que ocurre con las leyes que legalizan la posesión de drogas pero no su producción o venta, eliminar las sanciones penales de un solo lado del mercado es un paso menor que puede ser peor que no legalizar nada.

Con una legalización parcial, el mercado de la prostitución sigue siendo clandestino, con todas las consecuencias negativas que ello conlleva: violencia, corrupción y escaso "control de calidad", lo que significa una mayor transmisión de enfermedades de transmisión sexual.

Despenalizar sólo el lado de la oferta mejora el bienestar de las prostitutas. El riesgo, sin embargo, es que cuando continúen otros males de los mercados clandestinos, algunos observadores afirmen que la legalización ha fracasado. Esto ocurre repetidamente en los debates sobre la despenalización de los mercados de drogas.

Por tanto, la política ideal es la plena legalización de la prostitución consentida por adultos. La prostitución infantil y la trata son historias diferentes, ya que ambas implican coacción (presuntamente para los niños, como ocurre con las leyes sobre estupro, o explícitamente para niños y adultos cuando los traficantes utilizan el engaño y la fuerza). La forma más eficaz de eliminar estos componentes del mercado es la plena legalización de las transacciones voluntarias entre adultos.

Este artículo fue publicado originalmente en Substack (Estados Unidos) el 3 de julio de 2023.