Los subsidios a la energía verde no son tan verdes
Chris Edwards señala que los subsidios a las energías verdes tienen consecuencias nocivas para el medio ambiente que deberían ser consideradas por el Congreso entrante.
Por Chris Edwards
Mi artículo de opinión de publicado recientemente en National Review examina los subsidios a la energía eólica, la energía solar, las baterías de litio y los vehículos eléctricos. La Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de 2022 incluía alrededor de un billón de dólares en subsidios para estas y otras tecnologías ostensiblemente ecológicas. El año que viene, los republicanos tratarán de recortar estas subvenciones para reducir el déficit e igualar las condiciones en la industria energética.
Hay otra razón por la que los republicanos deberían replantearse las subvenciones a la IRA: el daño medioambiental que la energía eólica, la solar, las baterías y los vehículos eléctricos pueden imponer si sus huellas siguen expandiéndose. En la loca carrera por limitar las emisiones de CO2, las preocupaciones medioambientales tradicionales parecen haberse dejado de lado. Los republicanos del Congreso deberían celebrar audiencias el año que viene sobre los efectos antiecológicos de los subsidios verdes del IRA.
Me sorprendió descubrir, por ejemplo, que la administración Biden ultimó este año un plan para cubrir 538.000 campos de fútbol de terrenos públicos del Oeste con estructuras de paneles solares de metal y vidrio. Sería una imposición extraordinaria sobre el entorno natural que merece un mayor escrutinio por parte del Congreso y del público.
Otra cuestión que se aborda en mi artículo de opinión es que los paneles solares, los aerogeneradores y las baterías de litio pueden causar problemas masivos de basura. Los científicos están trabajando en ello, pero su importancia se debe a la corta vida de estas tecnologías energéticas.
Los VE son mucho más pesados que los vehículos de gasolina, lo que aumenta los daños por accidentes, desgasta más rápido los neumáticos y aumenta las emisiones de partículas. Las turbinas eólicas matan actualmente alrededor de un millón de aves al año en Estados Unidos y más de un millón de murciélagos, y la administración Biden planea grandes aumentos de las instalaciones eólicas.
La fabricación de paneles solares y baterías de litio tiene cadenas de suministro muy problemáticas. El gobierno de Biden, por ejemplo, está subvencionando la extracción de litio en regiones áridas del Oeste, que consumen mucha agua, lo que provocará una presión añadida sobre ríos y acuíferos ya agotados.
El artículo de la NRO aborda estas y otras cuestiones. El Congreso entrante debería revisar a fondo tanto los costos como las repercusiones ecológicas de los subsidios de la IRA.
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 3 de diciembre de 2024.