Los precios de los productos farmacéuticos alrededor del mundo
Peter Van Doren indica que Estados Unidos contribuye de forma desproporcionada a los costos de desarrollo de fármacos y aunque la contribución del resto del mundo no es nula, sí es menor de lo que cabría prever en función únicamente de la renta y la población.
Por Peter Van Doren
La Comisión de Sanidad, Educación, Trabajo y Pensiones, presidida por el senador Bernie Sanders (Independiente de Vermont), celebró el martes una audiencia en la que preguntó al director general de Novo Nordisk por qué sus medicamentos para la diabetes y la pérdida de peso, Ozempic y Wegovy, cuestan mucho menos en Europa que en Estados Unidos. El senador Sanders reflejó el sentir popular cuando dijo: "Traten al pueblo estadounidense del mismo modo que tratan a la gente de todo el mundo. Dejen de estafarnos".
¿Por qué varían los precios de los medicamentos de un país a otro? Un artículo de la edición de otoño de Regulation ofrece algunas ideas de los economistas.
El conocimiento incorporado a los productos farmacéuticos es un bien público mundial. Los incentivos están ahí para que todos los países eviten los costos fijos del desarrollo de fármacos y los ensayos clínicos y paguen sólo los costos marginales de producir un medicamento. La demanda de atención sanitaria aumenta con la renta y la población, por lo que el peor de los casos es que el país más rico y grande –Estados Unidos– pague todos los costos fijos del desarrollo de fármacos y todos los demás países se libren y paguen sólo los costos marginales.
Los autores recopilaron datos sobre los ingresos por ventas y los compararon con las estimaciones del costo marginal para calcular la contribución de cada país a los costos fijos del desarrollo de fármacos. Concluyen que el PIB de un país explica el 83% de la variación de las contribuciones entre países y que el efecto de la renta es mayor que proporcional. Un país con un PIB un 100% superior contribuye un 129% más a la I+D farmacéutica.
Así pues, Estados Unidos contribuye de forma desproporcionada a los costos de desarrollo de fármacos. La contribución del resto del mundo no es nula, pero es menor de lo que cabría prever en función únicamente de la renta y la población.
Los autores concluyen: "Nuestros hallazgos indican posibles beneficios de la cooperación internacional, a partir de acuerdos internacionales formales o informales entre países de renta alta. Si otros países ricos acordaran contribuir más al bien público mundial, ellos, y el mundo, se beneficiarían".
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 27 de septiembre de 2024.