Los eventos en Cochabamba no fueron una victoria para los pobres
Esta es una carta al editor del Wall Street Journal publicada el 19 de enero del 2006.
La “Guerra del Agua” del 2000 en Cochabamba sigue siendo malinterpretada (Jim Schultz, Cartas al editor del Wall Street Journal, Enero 11, 2006). Mientras que los precios de agua de hecho si subieron inmediatamente después de la privatización, el incremento fue más modesto de lo que el Sr. Schultz ha sugerido y no afectó principalmente a los pobres y a los menos privilegiados.
De hecho, luego del incremento en las tarifas, el gasto en el agua constataba solo un 5.4% del ingreso de los hogares más pobres, un porcentaje razonable y muy común en los países en vías de desarrollo. Como es muchas veces el caso en los países en vías de desarrollo, además, la utilidad pública ha fallado en conectar a los pobres de Cochabamba a las redes de agua. En los barrios de bajos ingresos, la cobertura era tan baja hasta como de un 4%, comparada con la cobertura de hasta un 99% en las áreas más ricas. Muchos de los pobres tenían que comprar agua de baja calidad de otras fuentes y no eran, por ende, afectados por el incremento en las tarifas.
Ahora la distribución está de nuevo en las manos de la utilidad pública. El agua es 10 veces más cara para los pobres que para las clases medias y fluye hasta tan poco como cuatro horas al día. Peor aún, la red de agua no ha añadido ni un solo hogar nuevo. Es por lo tanto terriblemente engañoso alabar los eventos trágicos en Cochabamba como una victoria para los pobres. La subida a la fama y al poder de Evo Morales es una historia mucho más sombría.
Traducido por Gabriela Calderón para Cato Institute.